Fuente: Revista Puerto, Mar del Plata

Argentina - El sector empresario habla sobre la mala calificación que recibió el langostino

jueves 6 de diciembre de 2018

Argentina - El sector empresario habla sobre la mala calificación que recibió el langostino

La nota en rojo que otorgó Seafood Watch al crustáceo argentino genera preocupación en el empresariado. Algunos critican los criterios aplicados pero concuerdan en que la falta de gestión ya está generando problemas en los mercados internacionales más exigentes. La falta de un plan de manejo es el problema central.

Revista Puerto

Por Karina Fernández

Desde REVISTA PUERTO nos comunicamos con referentes del sector para conocer el impacto que la mala calificación otorgada al langostino argentino por parte de Seafood Watch puede tener sobre los mercados y saber cuál era su opinión respecto de la severa crítica que esta organización hizo sobre la administración pesquera nacional. Si bien algunos empresarios ponen en tela de juicio la rigurosidad de los parámetros evaluados, sobre todo el referido al manejo del bycatch, coinciden en que el Estado no está trabajando para lograr una pesquería sustentable desde el punto de vista de las certificadoras. Los efectos directos en el mercado de los Estados Unidos a partir de la recomendación de “evitar el consumo” aún no se sienten, pero la mayoría cree que se sentirán el corto plazo. Además indicaron que la falta de certificación ya les está trayendo serios problemas en mercados de Europa, con suspensión de compras. La falta de un plan de manejo integrado, a largo plazo y consensuado, es la gran falencia que destaca la mayoría (Ver Certificadora de USA califica negativamente el manejo del langostino).

El Grupo Veraz, desde su incursión en el negocio del langostino con la creación de la firma homónima en 2002, se concentró en el ingreso al mercado de los Estado Unidos, siendo uno de los que más exporta hacia ese destino. Federico Angeleri, director comercial del Grupo, tiene una mirada crítica de los criterios utilizados por Seafood Watch a la hora de calificar las pesquerías. “Para mucha gente, incluso dentro de Estados Unidos no tienen la mejor reputación y han sido muy criticados por sacar de sus criterios el trabajo esclavo como parámetro”, puntualiza.

A pesar de sus críticas considera que “no lo deberíamos pasar por alto, creo que gran parte de lo que marca es en lo que deberíamos trabajar para poder lograr una certificación del Marine Stewardship Council (MSC) u otra en un futuro”. Certificación en la que se encuentra trabajando junto a otros empresarios desde 2016.

“El tema principal es el manejo, si nosotros pudiéramos mejorar en este aspecto saldríamos de la calificación que nos dieron. Se había logrado un gran paso al trabajar durante este año en el Plan de Manejo pero después quedó ahí, sin que se produjeran avances a pesar de que por Resolución el Consejo Federal Pesquero había establecido como plazo máximo 180 días para terminarlo. Esto debería haber sucedido en el mes de noviembre”, indica Angeleri.

El director de Veraz asegura que la falta de un plan de manejo es lo que frena la posibilidad de certificar y que ello ya está teniendo consecuencias: “En los últimos días una empresa europea que estaba involucrada en el proyecto argentino acaba de bajarse, porque los avances para ordenar definitivamente la pesquería son muy lentos, no logramos la certificación y ellos no pueden esperar más, dado que uno de sus clientes alemanes dejó de comprarle 300 toneladas de nuestro producto por este motivo”.

Uno de los empresarios involucrados en la certificación es Ciro D’Antonio, quien indicó que lo único que falta para lograrla “es que el Estado haga los deberes, que termine el Plan de Manejo. Nosotros ya hicimos nuestra parte; CeDePesca hizo su trabajo de recolección de datos, pero no podemos hacer el trabajo del Estado. La certificación es un argumento de venta importante pero nosotros aquí parece que tenemos una visión de quinto mundo y no lo vemos”.

Para D’Antonio “la calificación que dio Seafood Watch y la falta de una certificación no será solo un problema en Estados Unidos” y como ejemplo citó un hecho reciente: “Ya estamos teniendo problemas en la Unión Europea. La empresa Ristic suspendió la compra de nuestro langostino porque no estamos cumpliendo con el plan de manejo que la Argentina había prometido”.

Damián Santos, presidente de CAPIP, la cámara patagónica que reúne a empresarios del sector langostinero, expresó que “sin dudas no es una buena señal para el sector” pero consideró que varios aspectos deben ser revisados, como la subjetividad con la que se evaluó el impacto de la flota sobre la especie.

Respecto del impacto sobre otras especies, Santos llamó la atención sobre la consideración hecha por Seafood Watch en lo relativo a la pesca incidental en las flotas costera y congeladora, calificando a esta última como más nociva: “Nosotros estamos en las tres flotas, costera, fresquera y tangonera, no es cierta la apreciación que realizan, hasta podría llegar a decir que es al revés”. Por otra parte indicó que se evaluó el impacto de una forma muy exigente u olvidando lo que esta pesquería aporta en la cuestión social.

Sin embargo a la hora de hablar del manejo pesquero, el presidente de CAPIP indicó que hay mucho por mejorar. “En parte coincido con esta calificación respecto de que no tenemos un plan de manejo porque falta muchas cosas, sobre todo en lo referido a los permisos y las reformulaciones; pero estamos trabajando, en un momento de crisis como el que atravesamos evidentemente el administrador busca volcar la mayor cantidad de gente sobre un recurso y eso es lo que estamos tratando de evitar”.

“Creo que es exagerado colocar al langostino en color rojo, sin embargo es bueno que alguien nos abra los ojos y nos muestre que si no tenemos un crecimiento sustentable podemos llegar a encontrar un cuello de botella en los mercados. Me parece que todos los actores debemos hacer un relevamiento de los barcos, ver el esfuerzo pesquero que tenemos y evaluar durante un año dónde estamos. No puede ser un logro en sí mismo pescar más que el año pasado, se debe tener en cuenta la forma en que lo pescamos y la forma en la que tratamos el ecosistema en general y el langostino en particular”, concluyó Damián Santos.

Mariano Retrivi, de Buena Proa, una empresa en expansión que en el último tiempo se ha asociado a Oceanic Seafoods con la intención de ampliar sus posibilidades de comercialización, lamentó que de los ciento once tipos diferentes de langostino que califica Seafood Watch solo el nuestro y el de California estén en rojo y considera que esto los va a complicar.

“Las grandes cadenas de supermercados como Walmart tienen en cuenta lo que dicen certificadoras importantes como esta y pronto comienza a caer la demanda, al principio no se siente porque todavía tienen stock pero luego optan por otras posibilidades y terminamos perdiendo el mercado; esto no se ve ahora pero se verá en seis meses o un año”, señaló Retrivi.

El empresario se mostró muy crítico de la política pesquera nacional, poniendo de resalto que “el informe dice que la gestión alienta el aumento de la presión pesquera y esto es lo más preocupante, cada vez tenemos más barcos sobre el recurso y ya ni siquiera se sabe cuáles son los requisitos para ingresar”.

“Acá nadie está mirando el recurso, lamentablemente la pesca sigue siendo una moneda de cambio para las autoridades nacionales y por falta de identidad en el sector no logramos que nos valoren. Las autoridades deben hacer una autocrítica porque la terquedad del gobierno nos está dejando mal parados frente al recurso, a los mercados y al mundo. Además lo que hagan para cambiar lo tienen que hacer de forma urgente”, concluyó Retrivi.

Miguel Glikman, director ejecutivo del Grupo Newsan, la mayor exportadora de productos pesqueros de la Argentina, indicó que por el momento no tienen problemas por la calificación que le ha otorgado Seafood Watch al langostino, pero no descartan que en un futuro puedan comenzar a tenerlos.

Si bien Glikman es crítico con los métodos de la certificadora, por la baja calificación que sufrieron en el pasado de la merluza negra a raíz de la supuesta existencia de trabajo infantil en la pesquería, que debió ser desmentida por la Cancillería argentina, considera que de todas formas es necesario que la administración nacional trabaje para poder lograr la certificación.

“Que debemos certificar no hay dudas, hay mercados en los que ya directamente no podemos ingresar, teníamos la intención de vender langostino al mercado de Gran Bretaña, que es virgen para nosotros, pero es imposible porque exigen una certificación”, indicó Glikman.

Finalmente, desde la Cámara de Frigoríficos Exportadores, Fernando Mellino indicó que existe preocupación entre los miembros de la entidad, debido a que “es una calificadora importante y si bien ahora no se siente el impacto es muy probable que en el corto plazo comencemos a sentirlo, es por eso que es necesario que mejore el manejo del recurso por parte de las autoridades”. Desde la Cámara de Congeladores, CaPECA, no se han expresado aún, pero tienen previsto realizar una propuesta para ser elevada a las autoridades en los próximos días.

Queda claro que la calificación otorgada al langostino argentino es un duro golpe para las empresas que buscan mantener y expandir sus mercados. Ahora, a la fuerte competencia que genera el langostino de cultivo por su bajo precio, se suma la calificación en rojo que le dio Seafood Watch, nada más y nada menos que porque la Argentina no tiene un manejo sustentable del recurso, según los parámetros internacionales.

El sector reclama unánimemente que se avance con el Plan de Manejo, algo que seguramente no se resolverá de un día para otro, dado que las autoridades pesqueras no están interesadas en poner freno a la presión pesquera, mientras muchos actores lo reclaman a viva voz. Pero sin dudas no queda más opción que adoptar una estrategia a largo plazo, integral, sustentable y consensuada.