Fuente: Fish Information Services, FIS

Chile - Especialista refuta informacion sobre parasitos en reinetas y merluzas

Albert Arias Arthur

lunes 28 de enero de 2002

Un científico afirma que las denuncias hechas hace algunos días sobre la
existencia de parásitos en algunas especies de peces de consumo humano se
basan en una información equívoca, resultante de una imprecisión por falta
de experiencia.

Mario Georges-Nascimento, médico veterinario, parasitólogo marino y doctor
en Ciencias Biológicas de la Universidad Católica de la Santísima
Concepción, declaró a El Sur que si los resultados de un reciente estudio
realizado por la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Mayor
fueran correctos, entonces una de cada tres personas que asiste a un
restaurante peruano o japonés tendría lombriz solitaria (Tenia).

El citado estudio señalaba que se había detectado la presencia de dos tipos
de parásitos musculares dañinos para el ser humano en más del 30% de la
reineta (Brama australis) y merluza común (Merluccius gayi) que se consumen
en Chile.

Según el estudio, un 23,3% de las merluzas analizadas contenían gusanos
nemátodos, anisakidos, mientras que en un 33% de las reinetas se encontraron
plerocercoides o larvas Diphyllobothrium pacificum.

El docente aseguró que la frecuencia del parásito en estado larval como
mucho es menor al 1%. Indicó que esta larva se encuentra en la masa muscular
de la reineta y en las merluza de cola, común y austral, y que es capaz de
madurar en el ser humano al igual que en el lobo marino. Sin embargo, dijo
que la probabilidad de que esto suceda es muy baja y dista mucho de lo
informado por esa escuela de medicina. Como ejemplo, señaló que sólo se
tiene conocimiento de haberse encontrado un ejemplar en la zona, hace dos
décadas.

Agregó, además, que la especie que se había mostrado en televisión chilena
no era un Diphyllobothrium, sino una tenia propia de los tiburones, llamada
Hepatoxylon triehiuri, la cual no reviste ningún peligro para la salud
humana y que incluso se pueden ingerir kilos de ella sin riesgo, puesto que
muere en el tracto digestivo humano.

Respecto a la presencia de gusanos nematodos, anisakidos, explicó que son
parásitos que maduran en el tracto digestivo de lobos marinos, ballenas,
delfines y toninas, igual que en el ser humano. Dijo que su tamaño no excede
los 8 centímetros y que su ingesta no constituye riesgo vital. De
manifestarse, añadió, sólo es a través de un cólico, incluso
subdiagnosticado por los médicos, ya que la única forma de detectarlo es a
través de una gastroscopía.

Lamentablemente, concluyó Georges-Nascimento, los medios de prensa han
informado durante los últimos días que el consumo de pescados ha disminuido
drásticamente luego de dar a conocer la noticia de los parásitos, lo que
podría traer serios problemas económicos al sector artesanal, quienes, en un
alto porcentaje, sostienen el consumo interno de pescados en el país, así
como al sector gastronómico.

Por Albert Arias Arthur
FIS Latino