Fuente: Revista Puerto, Mar del Plata

Argentina - Desechos pesqueros para mejorar cultivos ¿ciencia ficción o ciencia real?

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viernes 13 de septiembre de 2019

12/09/2019
Argentina - Desechos pesqueros para mejorar cultivos ¿ciencia ficción o ciencia real?

En un llamado de atención a las autoridades políticas, un grupo de investigadores de Mar del Plata anunció con ese título los avances logrados en el desarrollo de materiales que mejoran la fisiología de las plantas de interés productivo a partir de los desechos de langostino. Son investigadores del CONICET, la Universidad y un laboratorio privado.

Revista Puerto - Desechos pesqueros para mejorar cultivos

“Promedia la mañana en Comodoro Rivadavia, un sol radiante calienta las interminables costas patagónicas y la temperatura parece la de un día de primavera. Tanto sol invita a abrir la ventana. Los trabajadores de la oficina de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la provincia de Chubut quieren darse ese gustito e invitar al aire matinal a entrar en las oficinas.

Se abre la ventana y un olor nauseabundo invade todo y es que los caparazones de langostinos se acumulan por miles en montañas pestilentes. Si estuviésemos en una película del universo Marvel, por ejemplo, un superhéroe aparecería y resolvería el problema volando los desechos a otro planeta y poniendo a los responsables en su sitio”, imaginan en un comunicado con aires de cuento los investigadores del CONICET Mar del Plata.

Pero advierten que quienes pueden terminar con esta situación “no son personajes de ciencia ficción, sino científicos y científicas argentinos que hacen ciencia real”, como buscando llamar la atención de quienes deben tomar decisiones al respecto. Es que están proponiendo soluciones para los desechos, convirtiéndolos además en productos útiles para el agro.

“La industria pesquera comercializa generalmente camarones y langostinos pelados, lo cual conduce al descarte de sus caparazones. En nuestro país, esta industria se localiza principalmente, desde el Golfo San Jorge hacia el sur lo cual genera la acumulación de grandes cantidades de residuos. En la medida en que no se realiza con ellos algún tipo de tratamiento, dicho residuo forma montañas de desechos que generan un gran desequilibrio ecológico debido al cual, hasta las ballenas de las costas del Mar Argentino se ven afectadas”, indican.

Sin embargo advierten que existe una alternativa potencial para la utilización de dichos caparazones dado que su constituyente más abundante es la quitina: un polísacárido del que se obtiene el quitosano, que “tiene numerosas aplicaciones industriales por tratarse de un polímero policatiónico, biodegradable, biocompatible y no tóxico”, explican en el documento difundido por la entidad.

Con el objetivo de dar una solución a pesar de no ser superhéroes crearon UNIBIO, una plataforma tecnológica para el desarrollo de agroinsumos sustentables, un proyecto que busca generar productos con valor agregado a partir de lo que habitualmente se considera un desecho biológico. El proyecto lo llevan a cabo investigadoras del CONICET Mar del Plata; de la Universidad Nacional de Mar del Plata y Alberto Chevalier de I+D+i y GHION.

El laboratorio que lidera Alberto Chevalier estudió la forma de extraer quitina y al mismo tiempo sintetizar micropartículas de quitosano logrando procesos de producción en escala de planta piloto. Mientras que el grupo de investigación del Instituto de Investigaciones, liderado por Vera Álvarez, se encargó de la caracterización y selección de las partículas generadas. Desde el punto de vista de su función y aplicación, el grupo liderado por Claudia Casalongué, estudió las propiedades biológicas y los mecanismos de acción de las micropartículas en diferentes procesos de crecimiento y desarrollo de las plantas.

Probaron diferentes variantes y lograron demostrar que el uso de este polímero constituye un recurso de alto valor industrial para la producción de agroinsumo o insumos inteligentes. Ya sea como micropartículas que protegen a las plantas frente a estrés o como compuestos bioactivos tanto para el suelo como para la planta se pueden vehiculizar en las partículas herbicidas, pesticidas e inclusive microorganismos benéficos “facilitando su acción prolongada en los sistemas donde se aplican”.

El inicio del proyecto se remonta al año 2010, cuando Claudia Casalongué le planteó inicialmente a Alberto Chevalier y un poco más tarde a Vera Álvarez la posibilidad de llevar a cabo una plataforma de I+D de quitosano, en el marco de los temas estratégicos planteados por el sistema científico nacional. Actualmente, la plataforma de UNIBIO tiene como objetivo desarrollar varios productos micro-nanoparticulados con potencial en agricultura y con extensión de aplicación en otros campos industriales.
“Una vez más, la ciencia marplatense encuentra soluciones a problemas de la región, que deberán ser acompañados por decisiones políticas que permitan llevarlas a cabo y sobre todo, demuestra cómo los científicos producen ciencia real, que una vez más, supera la ciencia ficción”, concluye el comunicado.