Fuente: El Sol de México, México

México - Lo dorado del dorado

martes 24 de marzo de 2020

LUNES 23 DE MARZO DE 2020

Lo dorado del dorado
Por: Alejandra Zenzes

El dorado es una especie pesquera de agua caliente, se alimenta de cangrejos, tortugas pequeñas, calamares y algunas otras especies marinas adicionales y tiene un alto valor nutricional; en México está dedicado en exclusividad a la pesca deportiva. Es una especie emblemática de la fauna marina mexicana.

Sin embargo, hoy está viviendo una fuerte amenaza, ya que un grupo de pescadores comerciales han estado haciendo un intenso cabildeo para abrir la especie a la pesca comercial, argumentando principalmente que la tasa de crecimiento del dorado es elevada, que la madurez reproductiva de las hembras el alta, que es una especie depredadora y que no está en peligro de extinción, por lo que consideran que sí puede abrirse a la pesca comercial.

En términos de sustentabilidad, el dorado tiene que ver con medio ambiente y recursos naturales, con pesca y con turismo. Si bien vive en la franja costera del Pacífico, los estados que más pesca deportiva tienen de esta especie son Baja California Sur, Baja California, Sinaloa y Colima; mientras que algunos pescadores de estas entidades están presionando para su liberación, otros insisten en que se mantenga el status actual pero fortaleciendo la aplicación de la ley.

Hoy se justifica la discusión al afirmar que la pesca de picudos ha generado negocios y favorecido la posibilidad de desarrollo a través del turismo que trae divisas al país y es una fuente de ingresos para las personas que se dedican a la pesca, razones por las que se quiere impulsar la pesca del dorado.

Pareciera ridículo querer diferenciar entre pescadores deportivos y pescadores ribereños como si fueran dos cosas diferentes, cuando en realidad todos viven del mar. Lo que debemos hacer es respetar lo que está escrito en la ley.

Aunado al valor natural de la especie, se argumenta asimismo que al ser un pez de corrida, si se aumenta su captura, aumentan las ganancias económicas; pero sucede completamente lo contrario; en este caso lo que las autoridades deben garantizar es que sí se haga adecuadamente el manejo pesquero, e impulsar que se aumente la cadena de valor, no la cantidad de animales capturados. En otras palabras, debemos centrar la discusión en el monto de ingresos que se recauda por cada animal capturado.

En términos de sustentabilidad, sí se debe de aplicar la ley para alcanzar un manejo adecuado del aprovechamiento de las especies. En el caso de las pesquerías hay algunos indicadores que ayudan a determinar si se deben de capturar más o menos peces, pero en el caso particular de especies migratorias y de grandes peces de trofeo se reservaron hace muchos años a la pesca deportiva, justamente con sustento en el argumento anterior, porque es imposible saber cuántos peces dorado hay; lo que sí podemos saber es de qué magnitud es el esfuerzo de su captura.

En términos ambientales, todos los preocupados por el tema deberíamos de exigir a las autoridades y a los legisladores que antes de abrir esta especie a la captura comercial, es preferible enfocar el esfuerzo en la vigilancia y la aplicación efectiva de la ley, para frenar la captura incidental.

Este argumento de captura incidental, es el que ha sido utilizado para justificar la captura del dorado; por citar un ejemplo, en la Isla Piedra, en Mazatlán, por la mañana se ven las básculas de acopiadores de dorado comprando directamente a las embarcaciones pesqueras. Esta es una práctica ilegal, y nos obliga a pensar en soluciones alternativas para regularizar esa mala actividad y a hacer que sí se cumpla la ley; sin embargo, se ha preferido omitir este tipo de situaciones. Ejemplos igual de graves vemos en Baja California, Norte y Sur, donde también venden dorado a estadounidenses, porque en ese país sí se puede comercializar.

Por lo que vemos en la práctica, podemos concluir que hay un error de origen en pensar en abrir la ley a la captura del dorado; más bien debemos de pensar en las funciones de vigilancia y en detener su pesca, como si fuera pesca incidental.

Los palangreros se justifican a su vez en cuanto a la pesca del tiburón; lo que hacen las mafias es lavar este producto que se captura con redes, los chincorros, las palangres y lavarlo como si fuera pesca incidental, y tiene un mercado inmenso en Estados Unidos. El mahi-mahi, como se le conoce allá, que tiene gran valor, si encuentra un canal de salida.

El manejo implica siempre favorecer a unos contra otros. Por ejemplo, el camarón y el atún son especies resguardadas para ciertos grupos de pescadores, la idea del manejo es justamente eso, hacerlo diferenciado, usar la menor cantidad con el mayor rendimiento posible y consideramos que la pesca deportiva es lo mejor para darle valor al dorado y a los picudos en general, aprovechando el menor numero de ejemplares.

Yo espero que se abra en el Congreso de la Unión una discusión seria sobre el dorado, donde se sopesen todos los argumentos biológicos, ambientales, sociales, económicos, comerciales y pesqueros, para que la decisión de política pública esté bien sopesada y que al final no pongamos en riesgo una especie que hoy brilla en el mar, y que nuestro dorado siga siendo “Dorado”.