5 millas para la reproducción y pesca artesanal
Autor: Francisco J. Miranda Avalos
martes 15 de noviembre de 2011
5 millas para la reproducción y pesca artesanal
Hace algunos años atrás luchábamos por asegurarnos que nadie tocara a lo largo del litoral peruano las 5 millas para la reproducción y reserva de la pesca artesanal, hasta que se formo el ¨Lobby¨de Aprosur y compro concienciencias entre los dirigentes, rompiendo la unidad y permitiendo la barbaridad de las ventanas de penetración, me decía un amigo pescador de caleta Quilca, que nos visito durante la Expopesca.
La mayoría de los que defendimos las cinco millas, estamos avergonzados por lo que sucedió y hoy estamos muy contentos con la nueva normativa del gobierno, ya que reivindica nuestra lucha, los que se quejan son todos los que vendieron a Aprosur. Que felizmente son solo unos pocos…esos, precisamente, los únicos beneficiados. Agrego.
Yo he visto Francisco, como se iba corvina, zorro, lenguado, lenguetas, tollos de leche, pampanitos y hasta pota bebe a las tolvas de las plantas de harina de pescado, he visto y hasta filmamos como las embarcaciones industriales pescaban casi en la orilla entre Camana y Quilca, levantando hasta pejerrey. Me comentaba irritado. Pero la plata Francisco…la plata es la que los hace bailar.
En la región sur del Perú, como muchos seguramente saben, la morfología de los fondos marinos, es pronunciada y -solo basta que uno se aleje una milla para que ya registremos mil metros en el ecosonda- me decía otro pescador de bacalao de profundidad. Pero es precisamente esa morfología costera la que le da al sur del Perú la rica biodiversidad que posee.
Poca gente sabe incluso que durante una época del año, entre diciembre y marzo, basta salir unas 2 o 3 millas, para encontrar aguas azules tropicales, con presencia de perico, atunes e incluso de pez espada y tiburones. La costa sur del Perú compite en la extracción del tiburón con Pucusana y Mancora.
La reserva de las cinco millas se lucho básicamente para permitir el repoblamiento de nuestro mar, por que es la zona costera la que da refugio a los juveniles de prácticamente todas las especies. En esta zona la presencia del verdadero pescador artesanal no afecta realmente los procesos biológicos, ya que sus artes de pesca son sencillos y no someten a las especies a un gran esfuerzo pesquero.
Pero es esa preciosa morfología costera la que hace que los cardúmenes de anchoveta en el sur del Perú se peguen a la costa, y obviamente las grandes inversiones para producción de harina y aceite de pescado, necesitaban esa materia prima y había que llegar a ella rompiendo la protección de las normas, entonces se corrompieron conciencias de los dirigentes de gremios artesanales y se crearon las ventanas de penetración, por donde las embarcaciones industriales podían acercarse a los cardúmenes de anchoveta.
Hoy la norma ha sido derogada, algunos bolsillos han sido afectados, felizmente son una minoría privilegiada que hoy ya no tendrá mas privilegios, sobre los bienes naturales de todos los peruanos. Es una decisión que aplaudimos y continuaremos aplaudiendo.
Bien ponía Cervantes en boca de su soñador preferido: Ladran Sancho, es señal de que avanzamos!