¡Que los sueños se cumplan José!

Autor: Francisco J. Miranda Avalos, Presidente de la J. Directiva de la ONG Oannes

domingo 4 de febrero de 2024

¡Que los sueños se cumplan José!

“Jamás tendremos una pesquería de nivel mundial sin barcos capaces de pescar mas allá de las 200 millas”, me decía siempre José. El “Mochero Junior”, como lo solía llamar en alusión a su padre, un reconocido dirigente del partido Aprista, cabeza de una familia con gran actividad política. Pero Jose era más técnico que político, amaba el mar y los barcos; más si eran pesqueros, y ese era sin duda nuestro mayor punto de coincidencia.


“... y el General Tantalean (el primer ministro de pesquería del Perú), nos citó a todos los becarios que viajaríamos a Rusia, para felicitarnos y decirnos, entre otras cosas, que íbamos a Rusia a aprender su tecnología para venir a aplicarla y enseñarla en el país”. José, ni nadie imaginaba lo duro que sería años después, ser reconocido como un profesional y finalmente convalidar sus estudios en el país. Además de luchar permanentemente contra la prejuiciosa idea de que todos los ex becarios de la Unión Soviética, habían sido ideologizados.


“Cuando llegué de Rusia después de estudiar allí, Victor Raul Haya de la Torre, me recibió y de pronto me preguntó en ruso: ¿cómo había sido mi experiencia en la Ex Unión Soviética? Respondí, y finalmente toda la conversación fue en ruso. ¡Qué bien hablaba el ruso, el tío!”. José, fue un testigo más de las habilidades políglotas que poseía el más importante líder del APRA.


José De La Cruz Sotomayor, representa una etapa de la historia pesquera del Perú, que han vivido muchos ex becarios de la Ex Unión Soviética. El estado peruano los envió y cuando regresaron, muchos fueron relegados y discriminados absurdamente. Sin embargo, muchos de estos ex becarios han contribuido de manera muy positiva al desarrollo pesquero y acuícola peruano, en diferentes campos: desde el puente de un barco pesquero, hasta la administración de granjas langostineras.


Nos hicimos amigos, a finales del siglo pasado. La caída de la Unión Soviética y la Perestroika, significaban para mí y mi empresa la posibilidad de acceder a tecnología de pesca de primer nivel y Jose sabía lo que podíamos obtener. En aquella época viajé a Rusia varias veces, y juntos apoyamos a diferentes misiones de empresarios peruanos que querían conocer la tecnología pesquera rusa y empresarios rusos que querían establecerse en Perú. 


Fue frustrante luchar contra miles de prejuicios. La pesca y la acuicultura no son temas políticos, sino técnicos. Nuestro objetivo era pescar el jurel en altamar antes que los chilenos y hacer historia de pesca para el futuro. Es obvio que fracasamos.


En uno de nuestros últimos esfuerzos por lograr traer barcos con tecnología rusa, sufrí un accidente grave solo unos días antes de viajar a Rusia con el Ingeniero Eduardo Pastor, el viaje que había sido coordinado, con una agenda muy minuciosa, sería a Moscú y Vladivostock donde veríamos a muchos empresarios pesqueros de la Rusia post soviética, y además nos encontraríamos en Moscú, con otro ex becario que nos asistiría con la traducción. Mi accidente nos puso en la disyuntiva, suspenderlo o reemplazarme. Sugerí que Jose me reemplazara y el viaje se realizó. Cumplieron la misión milimétricamente, Eduardo y José se hicieron grandes amigos durante el viaje y trajeron a dos delegaciones de empresarios pesqueros rusos dispuestos a nacionalizar sus barcos.


Entre los barcos que se pretendían nacionalizar, había dos multipropósito cerco-arrastre para el jurel y la caballa, un trampero para nuevas pesquerías y un calamarero para pescar pota, todos barcos con gran autonomía, capacidad de frío y congelación. Pero la burocracia, enterró el proyecto, finalmente los empresarios rusos se desanimaron y sus barcos terminaron en otros destinos. 


El esfuerzo pretendía fortalecer a una empresa peruana creada exclusivamente para el Consumo Humano Directo, que ya pescaba exitosamente bacalao de profundidad y lo exportaba fresco a Norteamérica. Una experiencia inolvidable.


Podría definir mi amistad con José, como entrañable. Su personalidad estudiosa era única, me hacía gracia que su afán de conocimiento o resolver un problema técnico lo distrajera del entorno, su mente era muy activa y siempre buscaba soluciones.


No fue raro, entonces, que llegase a ser Jefe de Fondepes, Jefe de flota de 4 empresas nacionales y extranjeras, y finalmente encargado de la Presidencia del Instituto del Mar del Perú.


Hace unos días, hablamos por teléfono sobre los diferentes artículos que había publicado en Oannes. Estaba sorprendido por el número y por los temas que había acumulado. Quería ordenarlos para editar un libro, seguro que lo amerita. José siempre quiso ser docente, le gustaba mucho enseñar y dejó mucho material escrito archivado en nuestros servidores.


Es difícil despedir a los amigos que se van. Un miembro mas de Oannes, nos deja. Prefiero decir hasta pronto, ya que si en el “más allá” hay lugar para encontrarnos, estoy seguro de que nos tomaremos un vodka congelado, acompañado de pan negro con balik del Báltico y caviar de esturión del Caspio. Пусть сбываются мечты!, Хосе! (¡Que los sueños se cumplan Jose!)