Armador pesquero artesanal: ¿Me formalizo o no me formalizo? Mejor no.

Para ejercer un mejor control y vigilancia del cumplimiento de las numerosas normas y reglamentos vigentes en el sector pesquero, es preciso tener a todo el paquete actores debidamente formalizados, sabiendo quién es quién, donde radica y cómo ubicarlo. Esto es un requerimiento elemental para el estado peruano, porque para administrar un sector tengo que saber dónde están mis administrados.

Gobierno tras gobierno, han intentado la formalización de los informales, y todos en general hacen lo mismo. Tan pronto asumen su cargo como administradores, comienzan un programa de formalización. Pero es una tarea de nunca acabar, por qué jamás se logra el objetivo y más bien los programas de formalización se convierten en una suerte de incentivo perverso para hacer crecer la flota.

Después de la publicación de nuestra última editorial algunos personajes nos han atacado de muchas maneras, en algunos casos demostrando además que no han leído lo que escribimos o que no saben leer. Pero les daremos el beneficio de la duda, porque no somos políticos, ni buscamos votos, decimos lo que pensamos con la mayor objetividad posible, porque nuestra intención es precisamente informar con veracidad.

Felizmente las cifras no engañan. Las encuestas ENEPA, realizadas por el IMARPE, entre 1995 y 2015, revelan esta cruda realidad. La ENEPA I, 1995-1996: 28,082 pescadores, 6,258 embarcaciones. La ENEPA II, 2004-2005: 37,727 pescadores, 9,667 embarcaciones. La ENEPA III, 2015: 67,427 pescadores, 17,920 embarcaciones. (Crecimiento de la pesca artesanal - Fuente: IMARPE) 

¿SI LA PESCA ARTESANAL ES UN MAL NEGOCIO, POR QUE CRECE TANTO? Cada lancha representa una inversion promedio de 30,000 Soles ¿CUANTO ARROJARÍA UNA ENEPA IV, SI SE HACE EN EL 2021?

Nos queda claro que los procesos de formalización implementados por el estado han fracasado rotundamente. El SIFORPA I, que culminó en el 2017, solo hizo fiscalización de 751 embarcaciones sobre 8,418 estimadas. El SIFORPA II, que culmina en octubre del 2021, solo ha logrado certificados de matrícula para 719 embarcaciones y 110 permisos de pesca, para un estimado de 2508 embarcaciones, y el Sistema de formalización de cooperativas, solo ha logrado la matrícula de 50 embarcaciones de 845. Si al armador artesanal realmente le interesara la formalización, hace rato que estarían todos formalizados, si esto no sucede es porque no les interesa y las cifras lo demuestran. (Avances en los procesos de formalización pesquera - Fuente: SPDA)

Ninguna empresa pesquera informal o ilegal paga impuestos directos. Y las empresas pesqueras artesanales están exoneradas de muchos, por no decir de todos.  Esta condición de “armadores artesanales” y la informalidad de la gran mayoría armadores artesanales les ha permitido ganar mucho dinero y ahora algunos de los intereses de estos armadores, son ganar espacios de mar a la pesca industrial, lo mismo que una mayor porción de la cuota de pesca. Y el estado no protege a las empresas formales, pero sí promociona lo informal o ilegal.

De hecho las empresas pesqueras formales pagaron en el 2019, por ejemplo, S/. 1,246 Millones, que representa más que todo el presupuesto del 2019, del sector producción que fue S/. 415 Millones, quedando una diferencia de S/. 415 Millones a favor del estado. En pocas palabras, el sector pesquero  industrial anchovetero cubre el 100% del presupuesto de su administración y deja excedentes. ¿PUEDEN LOS ARMADORES ARTESANALES ESGRIMIR ESTAS CIFRAS O ALGO PARECIDO?  (El aporte fiscal del sector relativo al presupuesto Ministerio de Producción - Fuente: Apoyo Consultoría)

¿Que dejan los armadores artesanales al fisco? Solo los impuestos indirectos. Y sin embargo usufructúan los recursos pesqueros de todos los peruanos. Sin pagar derechos de pesca, que sí pagan las empresas formales. Derechos que además sirven para financiar no solo los cruceros de exploración de la anchoveta, sino también los de la pota, que exclusivamente es explotada por la flota artesanal.

¿El mundo al revés? Si, el mundo al revés. En el Perú, el que paga impuestos, derechos de pesca, servicios sociales, asume cargas laborales, seguridad sanitaria, y además paga sus propio sistema de control y vigilancia entre otros pagos más; es el depredador desmedido, sinvergüenza, ladrón, etc. 

El punto sin embargo sigue siendo la incomprensión del sistema artesanal, ya  que no es lo mismo ser pescador, que ser armador, son dos actores con intereses diferentes y funciones diferentes. El pescador es el tripulante y el armador es el dueño de la embarcación, no pueden ser ambos llamados pescadores artesanales, por qué no lo son.

Como dijimos en nuestra anterior editorial, debemos retirar a muchos “armadores artesanales” del régimen artesanal. Podemos crear un nuevo régimen especial para su administración, de acuerdo. Pero no podemos administrarlos como si fuesen pescadores, por qué muchos de ellos no lo son. Ni siquiera muchos de sus tripulantes, que se embarcan en estas embarcaciones sin papel alguno, a vista y paciencia de la autoridad. Si luego se pierde una embarcación en el mar con todos estos tripulantes sin documentos, el armador solo dice ¡que pena!

La formalización debe ser para todos, todos los peruanos debemos pagar impuestos directos e indirectos, podemos permitir que algunos grupos no paguen impuestos directos para protegerlos, como es el caso específico de los "pescadores artesanales de orilla" que realizan pesca selectiva de subsistencia en la gran mayoría de los casos y son comunidades con un conocimiento ancestral de la pesca. Es razonable porque es un grupo que necesita protección.

Pero no podemos exonerar de esta obligación a quien usufructúa los recursos de todos los peruanos, y no le da seguridad social, laboral o sanitaria a sus tripulantes. La pesca es uno de los oficios más peligrosos del mundo, lo dice la OIT y todos lo sabemos. Muchos de estos tripulantes trabajan en condiciones infrahumanas en estas embarcaciones, que no tienen un camarote donde postrar la cabeza o un sanitario donde hacer sus necesidades y mucho menos la eslora suficiente para hacer una pesca de altura y competir con una flota extranjera en altamar, es bueno ser valiente, pero no tonto.

El régimen artesanal donde muchos armadores se han incorporado para obtener los beneficios que el estado le otorga, pone además una limitación en la eslora máxima de una embarcación que pesca calamar gigante en altamar, técnicamente es imposible poner condiciones laborales y sanitarias para largas faenas en altamar en una embarcación de 15 metros de eslora. Si no comprendemos esto, nuestra lucha por los derechos de la pesca de recursos como la pota, en altamar esta pérdida. ¿COMO SE PRETENDE COMPETIR CON UNA FLOTA CHINA EN ESTAS CONDICIONES?

La politización de la pesca, ha llegado a extremos insólitos e inadmisibles, hoy se critica al pesquero formal por traer pescado barato para todos los peruanos, y se fomenta una flota de botes de 15 metros de eslora para pescar un recurso muy lejos de la costa, cuando la competencia lo hace con barcos de acero de más de 30 metros de eslora, que tienen camarotes, baños, salas de proceso, sistemas automáticos de pesca, y capacidad de congelación. 

Lo que hay que proteger es al pescador artesanal de orilla, embarcado y no embarcado. Él es el verdadero pescador artesanal. Sus caladeros a pesar de estar altamente depredados, pueden recuperarse con planes de manejo costero o gestión costera. La acuicultura de engorde puede ser una alternativa de vida para él y su familia, lo mismo que el turismo costero. Pero este pescador está olvidado y no es comprendido, ni conocido por el estado. Y sus caladeros son explotados sin consideración por diferentes malas prácticas, algunas reguladas, y otras sin regulación, pero ambas en ejecución permanente. Los mismos bolichitos o arrastreros artesanales interfieren permanentemente con sus sus actividades pesqueras ancestrales.

Diferenciemos al pescador artesanal, la definición de la ley es imperfecta y engloba a dos actores diferentes.