El futuro de la politica pública de innovación en pesca y acuicultura
Autor: Mg. Javier Ramírez-Gastón Roe
lunes 3 de abril de 2023

El futuro de la politica pública de innovación en pesca y acuicultura
Por- Mg. Javier Ramírez-Gastón Roe*
30.03.2023
Está por concluir la primera fase del Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA 2017-2022), - previsto para tres fases -, creado con la misión estratégica de forjar una política pública de innovación sectorial y promover la reforma del sistema de I+D+i de la P+A, hacia un sistema público-privado y de amplia convocatoria social y nacional. Los resultados de estos primeros cinco años, han sido muy alentadores y las lecciones y experiencia ganada son extraordinarias.
Aproximadamente 1,850 proyectos de I+D+i cofinanciados, más de 1,650 instituciones movilizadas a nivel nacional, 10 redes de innovación promoviendo la colaboración alrededor de 10 agendas de innovación por cadenas productivas y territorios, 8 estudios prospectivos, 35 estudios diversos (sobre mercado, hojas de ruta, vigilancia tecnológica), 25 proyectos de sanidad, una plataforma de gestión de conocimiento (COINNOVA y GEOSNIPA) basada en inteligencia artificial, la promulgación de la política nacional de acuicultura, son algunas cifras que auguran interesantes resultados en términos de: i) emprendimientos de pequeña escala en todo el país, aplicando buenas prácticas tecnológicas ii) nuevo conocimiento e información de fácil acceso, para mejores decisiones de negocio y de políticas; iii) dinamización de los mercados regionales de servicios de innovación, iv) fortalecimiento de capacidades del VPA y de sus principales agencias, como instancias de conducción y fomento de la innovación sectorial, v) institucionalización de nuevas prácticas de colaboración y diálogo entre la academia, las agencias públicas y los emprendedores, como valioso bien inmaterial para acrecentar el ritmo de innovación y competitividad sectorial; vi) Un aprendizaje colectivo en gestión de proyectos de ID+i de cientos de organizaciones públicas, privadas y de la academia; entre otros. Estos resultados que falta sistematizar, seguramente están forjando impactos técnológicos, económicos, ambientales, institucionales y sociales, en las principales cadenas de valor que conforman el sector (particularmente es relevante el avance en la truchicultura y en el cultivo de peces amazónicos), dando los primeros pasos de una renovación del sector y su sistema de I+D+i, en un proceso que ciertamente es de largo plazo.
Pero lo más valioso son las lecciones que resultan de estos primeros cinco años, máxime el hecho de ser una dimensión nueva de la política pública sectorial que exige apertura a la experimentación y el aprendizaje. Me atrevo a adelantar algunas de las más importantes: i) La pertinencia de ir más allá del financiamiento de proyectos de I+D, orientándose hacia la construcción de una gobernanza de nuevo tipo de la I+D+i que compromete tanto el fortalecimiento del Viceministerio de P+A (VPA), como el empoderamiento de los protagonistas de la innovación sectorial; ii) la importancia de forjar una estrategia y política de innovación de carácter sectorial y segmentada a cada cadena de valor y eje territorial para abordar con efectividad la gran diversidad, heterogeneidad y complejidad del sector P+A; iii) lo valioso de apostar por la construcción de redes de innovación como instancias de fomento de la colaboración multiactor, alrededor de agendas de innovación por cadenas productivas como expresión de la construcción de una nueva gobernanza interactiva (de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo); iv) la importancia de la creación de una nueva generación de funcionarios públicos del sector P+A, dotados de capacidades estratégicas, políticas y técnicas para asumir los nuevos retos y dimensiones de la gestión pública, en perspectiva de hacer del propio VPA el conductor de la política de innovación sectorial; v) la relevancia de asumir un enfoque colaborativo de gestión del conocimiento como aspecto sustancial de la política de innovación sectorial, vi) encarar el fomento de la innovación sectorial con un enfoque inclusivo y descentralizado, sensible a la diversidad socioeconómica y territorial que caracteriza la pesca y acuicultura nacional. La evaluación de estos y otros seguramente será fuente de correcciones, perfeccionamiento y nuevos niveles de intervención más ambiciosas.
Luego de esta interesante y alentadora fase 1, la continuidad a una fase 2, supone iniciar un proceso complejo que exige unos dos años de gestiones y estudios para: i) contar con presupuesto para la Unidad Formuladora, ii) sistematización y evaluación para levantar lecciones sobre dificultades y logros, iii) realización de estudios y procesos de consulta para ajustar y elevar la calidad de los objetivos estratégicos, iv) analizar los cambios en el entorno relevante, v) perfeccionamiento del modelo organizativo e institucional, vi) evaluación del desarrollo de capacidades técnicas y funcionales forjadas, vii) perfeccionamiento y diseño de nuevos instrumentos de política, entre otras acciones. Este proceso requiere previsión, visión estratégica, capacidad gerencial y de negociación y un fuerte conocimiento, compromiso y voluntad política por la modernización y fortalecimiento de un sector complejo, diverso y heterogeneo como es la pesca y acuicultura nacional que, como lo demuestran estos primeros cinco años de la fase 1, requiere intervenciones especializadas para garantizar efectividad y celeridad en su transformación y modernización,
Si no se encara este proceso con una clara decisión política y capacidad técnica y estratégica, se puede romper la continuidad del PNIPA, con el riesgo de desmovilizar los talentos y capacidades institucionales desarrolladas, perderse las valiosas lecciones y el conocimiento ganado en estos años, así como empobrecer cualquier esfuerzo posterior por retomar la misión y visión estratégica de largo plazo que ciertamente sigue totalmente vigente. El camino hacia la modernización y fortalecimiento del sector pesca y acuicultura, en base a una nueva y clara política de innovación sectorial, conducida por el propio Viceministerio, se vería truncada o postergada.
También puede atentar a la continuidad del PNIPA, si se le concibe sólo como un programa de fondos competitivos “a secas” y si se subestima la pertinencia de desarrollar las capacidades estratégicas y políticas del VPA para diseñar y conducir la emergente política de innovación sectorial. La experiencia PNIPA fase 1, demuestra la importancia que los fondos competitivos se manejen con una clara misión sectorial que se va co-creando en interacción con la diversidad de demandas según cadenas de valor y territorios que caracterizan el sector P+A. También rescata que estos fondos competitivos no pueden estar ajenos al desarrollo de las capacidades del VPA para diseñar y conducir la emergente nueva política de innovación sectorial y la construcción de una nueva gobernanza de tipo interactiva ad hoc a dicha política, como parte de su reforma y fortalecimiento. Obviar estas lecciones y experiencias, es no entender la envergadura de la tarea de construir dicha política sectorial, pero también empobrece la visión sobre el rol del Estado que merece asumir una actitud mucho más proactiva en la conducción de la innovación, desde una gobernanza interactiva público-privada que PNIPA Fase 1, ha dado los primeros pasos.
Una razonable política nacional de innovación (transversal), no puede contraponerse a la pertinencia de una política sectorial en un sector tan complejo heterogeneo y diverso como es la pesca y acuicultura. En ese sentido, una pretendida entrega de la conducción de la política de innovación sectorial a una instancia ajena al sector mismo, a través de instancias como PROINNOVATE, posterga seriamente la modernización y fortalecimiento del VPA y subestima la importancia que exista una estrecha sintonía entre la estrategia, la política y la implementación, en el proceso dinámico de diseñar e implementar una política de innovación sectorial proactiva. Frente a esta situación, el sector P+A debe estar atento al proceso de gestación de la fase 2 de PNIPA, de tal manera que se desenvuelva con la debida celeridad para evitar una brecha entre una y otra fase, se recoja las valiosas lecciones y experiencias de estos primeros cinco años y se estructuren los arreglos institucionales pertinentes que defiendan la pertinencia y el derecho del sector (VPA) a desarrollar su capacidad como ente rector. Así no se repetiran situaciones anteriores que afectaron el empoderamiento del VPA en su responsabilidad de diseñar y conducir la nueva política de innovación sectorial.
*Especialista en Políticas de innovación, Ex director Ejecutivo del Programa Nacional e Innovación en Pesca y Acuicultura y del Programa PIEA/INCAGRO.
*Eventos, PNIPA, Cosechando innovación, 2022