Honor a Carquin: Tecnica Ancestral de Secado de Anchoveta ahora Patrimonio Cultural de la Nación

Autor: Francisco J. Miranda Avalos, Presidente de la Junta Directiva de la ONG Oannes

viernes 23 de septiembre de 2016

"No hay peor gestión que la que no se hace"; nos imaginamos que se repiten una y otra vez y muy alegremente hoy; la Asociación de Pescadores Artesanales de Consumo Humano San Pedro Caleta Carquín, la Asociación de Pescadores Artesanales de la Caleta Carquín Jesús Hernán Ramos Oyola, La Municipalidad Distrital de la Caleta de Carquín y el Licenciado Miguel Ángel Silva Esquén. Hoy el Ministerio de Cultura, declaro la "Técnica Ancestral de Secado de Anchoveta de la Costa Central del Perú como Patrimonio Cultural de la Nación" (RM Nr. 126-2106-VMPCIC-MC).


Solo hace unas semanas publicábamos con motivo de nuestras Fiestas Patrias una editorial "La Anchoveta y la Papa nos dieron la Libertad" (http://www.oannes.org.pe/Oannes_new_ver_2011/editorial_detalle.php?ide=704), un resumen de la historia de como el "Charquicán", un plato tradicional de la Caleta de Carquín, alimentó los estómagos del Ejercito Libertador. La combinación perfecta de carbohidratos y proteínas que hizo al Perú un país independiente del Reino de España. Una receta ancestral de la costa central del Perú, que además de ser una vigorosa expresión cultural inmaterial, reúne prácticas y tecnologías productivas antiguas que conjugan la actividad pesquera artesanal, la conservación de alimentos y las practicas alimentarias de la población. 


Si queremos combatir la desnutrición infantil, la historia nos trae una vez mas la solución. Y es que según el Investigador Santiago Erik Antúnez de Mayolo, ya en la época prehispánica, precisamente en Caral, la ciudadela mas antigua de América, la anchoveta excedente después de su consumo en fresco, era conservada usando la técnica de “rozamiento de caliche o salitre natural y la técnica de salado y secado mediante asoleo”. Pero no es la única referencia. De hecho el cronista Bernabé Cobo describe como se salaban las anchovetas usando la sal de las salinas naturales al sur de la bahía de “El Paraíso”, en Huacho.


Antúnez de Mayolo, nos dice también que esta anchoveta secada era parte del tributo al Inca, que lo almacenaba en grandes cantidades, formando parte de la estrategia de conquista y administración en los tiempos del incanato. Su fácil transporte y su dosis de proteínas, minerales y ácidos grasos eran fundamentales en los momentos de escases o crisis, evitando hambrunas y crisis políticas. El Inca no solo gobernaba con mano de hierro, también cuidada la salud alimentaria de sus súbditos.


La caleta de Carquín, se encuentra cerca de la ciudad de Lima, su población estimada en 6,800 habitantes, ha construido sus viviendas sobre la pendiente de un cerro, que en los tiempos prehispánicos era un adoratorio. Cuenta con vestigios arqueológicos que también son considerados Patrimonio Cultural de la Nación. La expansión urbana también ha llegado a Carquín y hoy las faldas de cerro Carquín, que eran usadas para el asoleo del pescado, tienen menos espacios disponibles para el desarrollo de esta técnica ancestral.


La técnica de conservación desarrollada en Carquín, que es ahora motivo de tan importante declaración, depende fundamentalmente de un pescado capturado también con una metodología de pesca muy antigua, que es una red de 20 x 5 brazas, llamada tradicionalmente “chichorrito”, que se opera con embarcaciones artesanales en pareja. Luego las mujeres de Carquín hacer el resto de trabajo, agregando la sal, escurriendo la sanguaza y extendiendolas en mallas al sol, para luego de su secado, extraer el filete, removiendo la piel, cabeza, espinazo, cola y en algunos casos las vísceras, que luego son usadas como abono o alimento para animales. En una muestra de cómo se debe usar correctamente esta materia prima, tan valiosa.


La elaboración de esta anchoveta salada y seca al sol, contribuye con darle valor agregado a un producto de la pesca desde un esquema puramente artesanal, donde las mujeres de los pescadores, contribuyen activamente al desarrollo de la economía familiar, ya que es un producto de importante demanda en el mercado local y provincial. Pero además se realiza con un proceso que es totalmente amigable con el medio ambiente al no utilizar insumos artificiales o excedentes contaminantes, creando un producto de naturaleza 100% orgánico, que es 100% aprovechado y que puede resultar fundamental para el planteamiento de proyectos vinculados al combate contra la malnutrición, un mal que increíblemente aun aqueja a parte importante de nuestra población.


La historia, como hemos dicho ya, una vez mas vuelve a nosotros como la sabia consejera de nuestro futuro. La “Técnica Ancestral de secado de anchoveta en la costa norte del Perú” es ahora Patrimonio Cultural de la Nación. Honor inmenso para una comunidad pesquera artesanal que nos ha enseñado mucho y que nos muestra desde la simpleza de su sana vida a orillas del mar, la gran sabiduría de nuestro pueblo.