IMARPE, anchoveta y política. Mala formula.

Autor: Francisco J. Miranda Avalos - Presidente de la Junta Directiva

martes 3 de noviembre de 2015


Recuerdo una conversación con un amigo italiano en un viaje en tren de Colonia a Luxemburgo, viendo a mi derecha la energía del Rin y sus fantásticos castillos.

Pancho, me dijo: “Son muy raros los millonarios de una vida en Europa, tal vez los haya en Rusia, China o Estados Unidos. Pero aquí las grandes fortunas, son de familias que las han acumulado a lo largo de muchas generaciones y en la mayoría de los casos son países enteros. Para lograrlo han hecho enormes esfuerzos en educar a sus herederos de la mejor manera, generación tras generación, algunos aprovecharon la educación, otros la desdeñaron y se convirtieron en Reyes Carpinteros. En Europa lo que mas hay es “Instituciones”.

Las instituciones, son organizaciones que se forman en un largo plazo. Forjan historia en tradición, siguen y trabajan sus objetivos generación tras generación, trascendiendo a la temporal y limitada vida humana, construyendo futuro para nietos, bisnietos, tataranietos y demás descendientes.

El Instituto del Mar del Perú, es una institución que formamos los peruanos, hace mas de 50 años y a lo largo de su existencia por ella han pasado diversas generaciones de profesionales y científicos.

Creado en 1964. El Instituto del Mar del Perú (IMARPE) es el ente rector de la Investigación Científica y Tecnológica del Mar, de las aguas Continentales y todos sus recursos vivos.

Mas de 50 años de existencia, haciéndose cargo de tamaña responsabilidad. Los profesionales que han pasado por esa institución reconocen el enorme esfuerzo del estado y de los contribuyentes a través de los años; por formarlos, mantenerlos actualizados y listos para hacerse cargo de su responsabilidad.

Antes de esta administración de Gana Perú, la pesquería de anchoveta ha vivido cerca de 10 años de relativa estabilidad. En gran medida por que se respetaron las recomendaciones de un grupo de científicos de una institución, en la debemos confiar por que es lo mejor que tenemos. Pero además, se trata de una organización científica altamente reconocida en todo el mundo, cosa que avala su institucionalidad.

Han sido años con un promedio anual de 3 millones de toneladas de anchoveta procesada por la industria legal de harina y aceite de pescado. Llevando de 0 a mas de 130,000 TM la producción de anchoveta para la industria de consumo humano directo; cosa que este gobierno no ha logrado superar, por el contrario, sus cifras son de retroceso.

De pronto, algunos medios que normalmente tienen intereses subalternos, durante el proceso electoral comienzan a hablar de corrupción en instituciones como el IMARPE por ejemplo. No tiene que ser cierto. Pero es suficiente para sembrar la idea en la mente del peruano común, de que instituciones como el IMARPE son mas subalternas políticas que técnicas. Y lo que sigue a continuación, no es mas que una secuencia logica de acontecimientos.

Al asumir el nuevo gobierno, muchos profesionales del IMARPE, capacitados y formados por años son removidos por la nueva administración. Son reemplazados por otros también profesionales, pero sin la experiencia de quien fue formado por su institución. Eso pasa también en otras instituciones del sector.

Mientras aprenden, los informes del IMARPE son los mas cuestionados políticamente a lo largo de la historia de Perú y su existencia como institución. Una Ministra de Producción es interpelada dentro de todo este circo y el divorcio entre los actores destruye los sentidos del sector. Y es que el IMARPE, son los ojos, oídos, tacto y olfato del sector.

Pero todo profesional aprende, es raro que un tonto llegue a ser profesional (aunque por cierto los hay). Pronto queda claro que hay que dialogar y ser mas exhaustivo en las investigaciones, para ser certero y reducir las probabilidades de un error en las recomendaciones que permitirán una decisión tan importante como la administración de un recurso fundamental para la estructura del sector pesquero y acuícola.

Si se decide no pescar una segunda temporada, se perderán millones de dólares en producción, cientos de trabajos y muchas familias tendrán serios problemas durante muchos meses. Es un tema técnico que afectara políticamente y económicamente a un sector incomprendido por el peruano común.

Y es que los humanos debemos comprender que a no ser que queramos ser veganos por siempre, la proteína animal estará presente siempre en nuestra dieta, y esta proviene del mundo salvaje o de la crianza. Ambos mundos están interrelacionados en nuestro sector, a tal punto que si logramos en los años próximos re-dirigir la harina y aceite de anchoveta de la exportación al mercado local, podríamos generar un boom acuícola espectacular.

Nuestra harina y aceite de anchoveta, es una industria que no solo da de vivir a miles de peruanos, permite un negocio de mas de 15,000 millones de Dólares en producción acuícola en China, Vietnam, Noruega, Japón, Taiwan, y Chile. El solo usar ese componente vital para el alimento de la acuicultura en nuestro territorio, podría en solo algunos años quintuplicar el valor de nuestra producción pesquera y acuícola, que al 2014 recién llego a 2,900 millones de Dólares. Generando trabajo y sobre todo riqueza para muchos peruanos. Vietnan logra solo con producción y exportación acuícola cifras de exportación del orden de los 6,000 millones de Dólares al año.

La sustentabilidad y sostenibilidad de la anchoveta es clave, pero no necesitamos convencer al empresario formal de ello. El esta plenamente convencido de que estas dos palabritas son la clave del futuro de su empresa y nadie mata a la gallina de los huevos de oro. Nadie mas interesado en cuidar prolijamente a esta gallinita, que aquel que ha invertido millones y paga sus impuestos.

Pero la informalidad es un mal también “institucionalizado” en el país. Surge ante la inoperancia de nuestras instituciones encargadas de la administración, que antes de facilitar la vida del contribuyente para atraerlo a una conducta formal, lo hostigan hasta el cansancio.

Hay una diferencia fundamental entre el formal y el informal. El formal aporta a la construcción de un Perú para todos, el informal no. Como estado tenemos la obligación de sensibilizar al informal para que se formalice, pero luego de esta etapa debemos ser muy duros con el, por que sino será solo un parasito destructor de nuestra sociedad.

El Perú es un mundo de paradoja. en el interior de La Libertad, Ancash y la Región Lima. Miles de pequeños acuicultores han aparecido en los ultimos años, por que hay un alimento barato disponible (que no paga impuestos), crían tilapia y amazónicos de forma informal en pequeñas pozas o estanques y su producción ya comenzó a exceder los niveles de la simple subsistencia. Esta incipiente industria acuícola en vital crecimiento, se alimenta de una anchoveta picada y secada al sol, en grandes pampas. Es un recurso que proviene de la pesca informal, de la ilegal y además de una deficiencia normativa, que permite casi un 50 % (10+40%) de descarte de la pesca supuestamente destinada al consumo humano directo.

Pero claro, no todo es malo. La naturaleza emprendedora del peruano esta ahí a la vista. Sin promoción de la acuicultura, las deficiencias de nuestra capacidad para administrar el sector han creado este escenario y ahí esta la paradoja.

Amigos de Oannes, debemos ser muy cuidadosos con las instituciones. Mientras no tengamos políticos debidamente capacitados para comprender y administrar nuestro sector. Las expresiones mediáticas o electoreras anti-institucionales, son muy peligrosas. Ninguno de nosotros tiene una bola de cristal para saber con certeza que partido político gobernara el país a partir del 2016 y sabemos que para la gran mayoría de partidos políticos, el sector pesca y acuicultura es singularmente esotérico.

El IMARPE, ha hecho su tarea a lo largo de su existencia. Nosotros los peruanos debemos fortalecerlo, no destruirlo. Apoyarlo firmemente para que reduzca la probabilidad de un error.

El panorama ha cambiado y promete cambios muy importantes en la investigación en el Perú para los años próximos, que los peruanos debemos ser capaces de capitalizar. Mas allá del paquete de incentivos que este gobierno muy acertadamente ha dispuesto para que los empresarios inviertan en investigación.

La nueva ley universitaria, obliga a los profesionales a volver a graduarse con una Tesis. Desde la reforma Fujimorista, las tesis no fueron requisitos para que un profesional se reciba. Esto inhibía a las universidades de invertir en laboratorios y equipos para la investigación. Ahora es una urgencia necesaria equipar a las universidades con facilidades para investigación en todas las áreas.

Y sobretodo, el sector debe ser capaz de capitalizar de aquí en adelante, el único momento en que los profesionales harán investigación; el momento de optar la tesis.

La forma lógica de fortalecer una institución como el IMARPE, podría ser ejecutar un Plan Nacional para la Investigación Marina y Continental, que debe nacer de la identificación de las necesidades urgentes de investigación que tiene el sector para su despegue y mejor productividad, partiendo de una base de sustentabilidad y sostenibilidad de sus recursos. Este plan puede repartirse para su ejecución entre las diferentes universidades nacionales, con profesiones afines al sector.

Estas tareas de investigación podrían ser protocolizadas, para lograr y mantener un buen estándar de calidad y su compatibilidad con estudios posteriores que pudieran ser complementarios, con nuevas hipótesis de tesis. En la investigación en materia de ciencias de la pesca y acuicultura, es fundamental que las universidades se integren sumándose a los esfuerzos de instituciones como el IMARPE.

Algunas viejas teorías han caído por los suelos, durante las ultimas investigaciones dirigidas por el IMARPE en el 2015, ante el pronostico de ENSO para la proxima estación. Hemos confirmado que la anchoveta se dispersa en pequeños grupos, disgregando los grandes cardúmenes, refugiándose en la costa y fuera de las 50 millas y mayor profundidad. Además estos periodos promueven su fecundidad, generando abundante reclutamiento y muchos desoves, que aun no concluyen. La mezcla de aguas frías y calientes, es un medioambiente diferente para algunas especies como la anchoveta, no necesariamente hostil.

El manejo sustentable y sostenible de una pesquería, depende fundamentalmente del amplio conocimiento que se logra acumular por décadas sobre un recurso. Ese conocimiento no se logra en corto tiempo, requerimos formar instituciones para comprenderlo y almacenarlo.

Cuidemos la institucionalidad de nuestras instituciones.