La responsabilidad que REPSOL pretende eludir

Autor: Francisco J. Miranda Avalos, Presidente de la J. Directiva de la ONG Oannes

lunes 24 de enero de 2022

La responsabilidad que REPSOL pretende eludir

Hace algunos años supe sobre un caso dónde una firma de hidrocarburos negociaba con diversos gremios de pescadores una licencia social para buscar petroleo en su zona. El relato nos permite poner un punto de partida para comprender los intereses de las empresas, los de las personas que trabajan en la empresa y los terceros, en este caso, pescadores.


El directorio de la empresa se reúne en su sede principal en un país extranjero, para decidir la suma de dinero que permita apoyar económicamente a los pescadores y con ello obtener su licencia social. Después de una larga discusión, muy ilustrada, donde se habla de millones, la empresa finalmente decide invertir hasta 50 millones de Dólares. Una cifra fuerte que comprende según la discusión del directorio diversas posibles acciones en beneficio de los pescadores y el desarrollo de su comunidad, así como la exposición de un plan de contingencia ante eventualidades que implica también un fuerte presupuesto en reserva.


La gerencia local de la empresa transnacional, recibe la orden de su principal en el extranjero de conversar con los pescadores y preguntarles qué cosas tienen ellos como prioridad. El gerente a cargo recibe ademas la informacion sobre la cifra que la empresa esta dispuesta a invertir. 


La gerencia actuo inmediatamente contactando a los dirigentes de los pescadores, se reúne con ellos, pero no les informa el monto decidido por el directorio de la empresa. Pero si les pide conocer sus prioridades.


Los pescadores, establecen sus prioridades sobre cuatro cosas, equipos de pesca, motores, un local comunal y una escuela. El gerente a cargo convierte en números el petitorio y resulta sumando no más de 2.5 millones de Dólares, es decir solo el 5% del total aprobado por la empresa. Prepara su informe al directorio mencionando que la cifra es resultado de la conversación directa con los pescadores y que incluye sus pedidos. La empresa interpreta que han sobreestimado las necesidades y aprueba la inversión de 2.5 millones de Dólares para obtener la licencia social. Por esas cosas del destino la exploración transcurre sin mayores novedades y por simple suerte no se hace necesario implementar un plan de contingencia.


Pero ¿cuál es el detalle?, simplemente que el gerente a cargo nunca les dijo a los pescadores que la empresa estaba dispuesta a invertir hasta 50 millones de Dólares en la licencia social, por qué pensó que con esa acción le estaba ahorrando millones a su empresa.


En la Pampilla la firma española Repsol, no necesito invertir en licencia social, pero entendemos que considera que su plan de contingencia, ante estas situaciones es uno de los mejores planes de contingencia desarrollados y mas de una vez sus ejecutivos han manifestado su orgullo por el, por que incluye compensaciones a todos los actores y terceros afectados. Pero ante el derrame de Ventanilla, Repsol no quiere reconocer su responsabilidad y obviamente no podemos confirmar si su plan de contingencia es como ellos suponen.


Todo indica qué Repsol es responsable de todo este desastre. La gerencia local de la transnacional cree que ahorrara millones a la empresa, si no reconoce su responsabilidad y se la achaca a la Marina de Guerra del Perú, aprovechando la circunstancia del fenómeno volcánico submarino sucedido en el reino de Tonga.


Pero es posible que la ruptura de la tubería que ocasiono el derrame de hidrocarburos, pudo no deberse al "oleaje anómalo", sino a otra negligencia cualquiera, y Repsol pretende usar la coincidencia del fenómeno geológico submarino como una oportuna situación que les permitiría sacar el cuerpo ante la responsabilidad.


Una vez que el derrame se dio, Repsol debió aplicar de manera inmediata barreras superficiales para concentrar el derrame en una sola área, aplicando lo que su propio plan debería decir. Pero no estuvieron preparados para implementar su plan.


Ahora el derrame sigue su curso y hasta donde llegue depende de la cantidad derramada y las corrientes marinas de la costa peruana. Se habla de 6,000 barriles, pero es una cifra seguramente inexacta y probablemente mayor.


La corriente llevara el petróleo derramado por la zona costera, de sur a norte, con una pequeña contracorriente sur. Esto significa que ademas de Ventanilla, se contaminara Santa Rosa, Ancón, Pasamayo, Chacramar, Chancay, Rio Seco y es posible que llegue hasta Punta Salinas en Huacho o mas allá.


La contaminación por el derrame de hidrocarburos seguramente afectara en corto plazo y en mucho menor grado a los peces. Por una razón simple; los peces tienen cola, nadan y se pueden mover poniéndose a salvo del derrame, sin embargo sobre la base de la experiencia de casos anteriores algunos peces podrían verse contaminados a mediano o largo plazo. Pero los mas perjudicados, y de manera inmediata, serán los diferentes organismos que viven en los ecosistemas bentónicos rocosos y arenosos. 


Los mensajes que hoy se divulgan en las redes de no consumir peces por el derrame, resultan por cierto una exageración, por que hoy en día los tres terminales pesqueros de Lima, que distribuyen los productos hidrobiológicos en los diversos mercados minoristas y pescaderías limeñas reciben pesca de todos los rincones de la costa, sierra y selva peruana, e incluso del extranjero. Un pez afectado por el petróleo seria imposible de camuflar, la película del aceite lo cubrirá por completo y aunque se lave, el olor del hidrocarburo siempre será evidente. 


Pero si la gente quiere sentirse segura y tiene miedo, siempre existe la posibilidad de consumir hidrobiológicos congelados, que tienen pruebas de histamina y demás necesarias, antes de ser procesados. Pero eso coloca a los comerciantes de pescado, como parte de los damnificados de este desastre.


Siendo los principales perjudicados, los pescadores artesanales de orilla, embarcados y no embarcados, por que ellos pescan cerca de la orilla, sin perder vista de la costa continental o de las islas y no se alejan de ella por que sus caladeros están en la orilla entre los 0 y los 50 mt de profundidad. Pero cómo hemos visto no son los únicos perjudicados y entre otros, están también los actores que viven del el turismo en las playas afectadas.


Tres de los 4 caladeros (Ventanilla - Ancón, Islas de Ancón, Pasamayo y San Nicolas) para la pesca artesanal de orilla de Callao, Ancón y Chancay, han sido o pueden ser seriamente afectados. Felizmente, al parecer las Islas de Ancón más lejanas están a salvo.


Nos preocupa la afectación a dos de ellos en particular; Pasamayo y San Nicolas, que son caladeros muy importante para los pescadores de Ancón y Chancay. Pero no pueden verse desde la carretera y son de difícil acceso, ningún medio de prensa ha podido documentar los daños en esa zonas por que solo se accede por mar o bajando y subiendo unos enormes cerros de arena. San Nicolas, al norte de Chancay, al sur de Rio Seco, es parecido a Pasamayo. Lo documentado hasta hoy es la afectada orilla entre Ventanilla y Ancón.


El daño a los pescadores artesanales de orilla de Callao, Ancón y Chancay es inmenso, Y esperemos que no se extienda a los pescadores de Huacho, Barranca, Supe o más al norte, a lugares como Casma, donde existen muchos centros de acuicultivo de concha de abanico.

La industria de hidrocarburos, podria ser un socio importante de la pesca y la acuicultura, como lo es hoy dia en Noruega por ejemplo. De hecho la pesca y la acuicultura se han desarrollado gracias al petroleo, que son el principal costo e insumo para el desarrollo de estas actividades. Empresas de hidrocarburos responsables reconocen esta situacion y asignan a sus departamentos de responsabilidad social, cuantiosos fondos para invertir en el desarrollo de las comunidades costeras, la pesca y la acuicultura. Y asi deberia ser, pero la historia destaca muy lamentables accidentes que van en sentido contrario. 


El derrame ocasionado por el accidente del buque Exxon Valdez saliendo de la terminal de Alyeska en Alaska en 1989, fue de 257,000 barriles de crudo, 42 veces mayor que este derrame. Y  significo una de las mas grandes catástrofes ecológicas del mundo, por qué ademas Alaska es una de las reservas ecológicas del planeta, que cobija a cientos de especies protegidas o en peligro de extinción. 


La compensación dispuesta por el gobierno norteamericano llego a 5,000 Millones de Dólares, pero luego la Corte Suprema Norteamericana, decidió en un fallo controversial, que solo seria 507,5 Millones de Dólares.


En aquel incidente no hubo plan de contingencia, y tanto las compañías responsables como la misma guardia costera se demoraron 15 días en responder. El petróleo derramado cubrió 26,000 Km2, afectando 2,500 Km de litoral, 350,000 aves, 3.000 nutrias marinas, 300 focas, 250 águilas calvas, 22 orcas y billones de huevos de salmón y arenques, perjudicando la industria pesquera y al turismo.


La British Petroleum (Propiedad de la Reina de Inglaterra) llego a un acuerdo con la justicia norteamericana, para una compensación tras la explosión de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de Mexico, en el 2010, por 18,700 millones de Dólares en un plazo de 18 años. En lo que fue considerado el mas catastrófico desastre ecológico de la historia, un derrame que vertió al mar mas de 5 millones de barriles de petróleo.


La experiencia histórica nos dice que el que contamina debe pagar, y sobre eso no debería existir discusión, pero para ello se necesita que el estado peruano actúe con firmeza y no de manera condescendiente. Este desastre ecológico esta consumado, y por que es cercano a Lima, cuenta con toda la atención publica, muchos derrames suceden en el país y el publico no suele prestarles mucha atención y por supuesto esta indiferencia es terrible para el medio ambiente. Repsol debe asumir su responsabilidad…lo demás es cuento.