Los positivos y los negativos de la pesca y acuicultura nacional

Autor: Francisco J. Miranda Avalos - Presidente de la Junta Directiva

viernes 29 de abril de 2016

Las campañas electorales se caracterizan por las grandes discusiones sobre los diversos temas de importancia nacional. Pero aquí en el Perú a pocos días de la segunda vuelta electoral, que permitirá elegir al presidente de la Republica del Perú, de dos candidatos previamente elegidos; la discusión sobre temas trascendentales es escasa.

No hay propuestas, solo muchas intervenciones publicas de diversos personajes, a través de redes sociales y entrevistas, que pueden calificarse como negativas, tétricas o pesimistas. Para un lector común y corriente que comprenda poco o nada de la realidad de la pesca y acuicultura peruana, el panorama es sombrío: el mar y los ríos están depredados, la pesca no tiene valor agregado, los empresarios se han apropiado del mar, la acuicultura peruana esta en pañales, solo cultivamos dos o tres especies, no habrá con que alimentar el futuro desarrollo de la acuicultura, etc.

Sin embargo, para quienes nos hemos dado el trabajo de visitar mas de 14 regiones y conversar personalmente con mas de dos mil de actores, recogiendo las impresiones y conocimientos adquiridos en la practica cotidiana de la pesca y acuicultura, así como con profesionales y estudiosos del sector; la visión es totalmente diferente. Hay un positivismo realista que identifica los problemas y plantea soluciones concretas a cada situación aparentemente negativa. Todos ven con optimismo el sector y todos coinciden en que esta mal gobernado, con leyes y normas irreales, así como complejas en extremo.

Estas leyes y normas, hechas por gente que no ha estado jamás en el campo o en el mar, no solo maniatan al sector sino que además bloquean los recursos que permitirían un desarrollo académico del mismo, llegando al absurdo de que fondos que se necesitan para la investigación en universidades, se quedan simplemente sin usar de año a año, ante la impaciencia de todos y la ineptitud de los que administran el sector o toman decisiones respecto a el.

En un sector tan dinámico como la pesca y la acuicultura, la investigación permanente es clave, es su motor para la evaluación constante y desarrollo de innovación que genere sostenibilidad de los recursos y la sustentabilidad de los negocios. Y algo muy importante y absoluto, nunca será suficiente. Este sin duda es un principio básico para el progreso y desarrollo de este sector.

Existe una clara diferencia entre “llorar sobre leche derramada” y “aprender de los errores”. La historia, una vez mas nos ha mostrado cientos de casos al respecto. Voy a poner dos casos concretos que creo serán suficientes.

La recuperación de la anchoa en el golfo de Vizcaya, es una. Un ejemplo muy interesante de cómo es posible recuperar un recurso que prácticamente estaba agotado, con una adecuada administración. Y el bacalao del Atlántico Norte, es el segundo, que aunque tardo mas tiempo, es también un ejemplo del éxito de recuperación de un stock. No incluyo a la merluza peruana, ya que por lo que he podido ver, no estamos aun totalmente seguros si hubo sobrepesca o un desplazamiento de la biomasa del recurso hacia el norte, producto de variables oceanográficas, cosa que de hecho favoreció al incremento de la biomasa, ya que en ese entonces la merluza peruana, no era pescada en Ecuador. Nuestros científicos no están aun de acuerdo, y este mas bien es un claro ejemplo de que se necesita mas investigación para lograr con ella asegurar la sustentabilidad de una pesquería tan importante. Ahora por supuesto los esfuerzos de investigación deben ser binacionales, considerando que ambos países están explotando un recurso transzonal.

El mar es un medio extremadamente dinámico. Sus cambios de temperatura, PH, salinidad y dirección de las corrientes; sin duda afectan la abundancia del plancton y este a su vez, permite la subsistencia de diversas especies que se alternan en el y que son piezas importantísimas de este ajedrez ecológico. La constante alternancia es muy frecuente en nuestras costas, hoy no tenemos abundancia de calamar gigante, pero el bonito abunda. Mañana puede no haber abundancia de anchoveta, pero la sardina muy probablemente prosperaría y ocuparía su nicho ecológico. Y esto es algo que no se puede gobernar ni administrar.

Una de las posiciones científicas mas interesantes al respecto, que también merece ser mas estudiada, es la del Dr. Marco Espino, que sostiene que estas alternancias han sido frecuentes a lo largo de la historia de la costa peruanas, incluso sin la existencia de la explotación pesquera industrial que comenzó a fines de la década de los 50s. De confirmarse esta presunción, deberíamos aceptar que los humanos aunque tenemos influencia en nuestro medio ambiente, no definimos su destino. Lamentablemente la data en la que basa su posición es escaza y por ello no podemos confirmar su hipótesis, pero si nos dice claramente que es necesario obtener mas información al respecto. En pocas palabra es necesario y urgente hacer cientos de perforaciones en el sustrato marino en todo el litoral y estudiar los estratos, para encontrar las escamas, otolitos o restos de especies que han sido predominantes en los diferentes ciclos que alternaron las condiciones de nuestro mar. Y este creo que es el aporte mas importante que nos hace el Dr. Espino.

Aunque debemos ser conscientes de que es probable que los humanos no seamos tan importantes como presumimos para transformar un determinado ecosistema marino, la realidad es dura. Los humanos hemos transformado fondos coralinos y depredado cientos de especies. Y seguimos haciéndolo incluso con nuestras tecnologías mas salvadoras como la acuicultura.

Hace solo unos días, leíamos de Colombia un articulo relacionado con la influencia de la Tilapia, una especie netamente africana, en la ecología del rio Magdalena. La intención del hombre de alimentar a su población desde los años 50s, puede que este poniendo en riesgo miles de especies nativas de un ecosistema fluvial. Y si de ejemplos se trata, el Pez León, es quizá uno muy representativo. Ya que un acuarismo frívolo, trajo desde el Indico una bella especie de escorpenido que hoy, arrojado por alguien o por varios, inunda e invade el mar Caribe, creando miles de conflictos ecológicos. El acuarismo por lo tanto también debe ser una actividad responsable.

Pero la pregunta del millón es ¿Dónde esta el balance? Por que si no extraemos y aprovechamos algunas especies del mar, estas morirán de viejas sin ningún beneficio para nuestra humanidad. O si no fomentamos el acuarismo (para promover el cultivo de peces) y no desarrollamos la acuicultura ¿cómo vamos a asegurar la alimentación de las futuras generaciones?

La verdad, es que no hay respuestas para esas pregunta aun, y quizá jamás las encontremos. Pero también es verdad, que nuestra especie también muy dinámica debe sobrevivir y para lograrlo es necesario producir mas alimentos y sobretodo proteínas que el mar tiene y produce en abundancia gracias a su productividad primaria.

¿Entonces? Solo hay dos recetas que pueden ser consideradas como fundamentales para nuestra supervivencia. No ocasionar daños al mar que afecten la productividad primaria (contaminación, remoción de fondos y otros de esta naturaleza) y elevar el nivel cualitativo y cuantitativo de la investigación sobre las especies, sus ciclos de vida y demás, a fin de disminuir riesgos en la sostenibilidad de los recursos y la sustentabilidad de las pesquerías. Finalmente de ellas también depende el desarrollo de la acuicultura de peces carnívoros y omnívoros.

Una pesquería bien administrada, tiene que cumplir con esas dos recomendaciones. Y debemos comprenderlas, si queremos cuidar a nuestra “gallina de los huevos de oro”, por que de ello depende nuestra supervivencia y la generación de riqueza, que siempre es posible, mas con nuestro mar y las enormes posibilidades de desarrollar la acuicultura en el Perú.

Lo demás es una suerte de “bla, bla, bla” de gente que cree que sabe de pesquería y acuicultura, que nos inunda de resentimiento, negativismo y sombrías perspectivas de futuro, olvidando que la humanidad nunca se vio mejor representada que en la escena de Mickey Mouse en Fantasía, cuando toma la varita del brujo. Eso es lo que somos y seguiremos siendo, “aprendices de brujo”. Y lamento algunos puedan sentirse afectados. Pero aunque siempre estamos aprendiendo por que reconocemos nuestra ignorancia, no somos presuntuosos en decir que mas de 20 años estudiando al mar, sus recursos y su administración, nos han permitido saber un poco mas que ellos. Somos, como muchos que me acompañan en este foro; “aprendices de brujo” de un nivel superior.