Fuente: La Nacion, Buenos Aires
Argentina - Crece la pesca ilegal
domingo 20 de marzo de 2005
La reciente captura del buque de bandera coreana identificado como Jae Sung, que pescaba ilegalmente en la zona económica exclusiva, reinstala la preocupación que ocasiona la pesca ilegal, de la cual nuestro país es víctima frecuente. Según el Informe sobre Desarrollo Mundial 2003, editado por el Banco Mundial, el 70 por ciento de las pesquerías del mundo están sobreexplotadas, la productividad del medio acuático está en descenso en todo el planeta y un 34 por ciento de especies ictícolas está en peligro de extinción. Los ejemplos abundan: los pescadores ilegales ya depredaron las langostas chilenas y afectaron seriamente las reservas pesqueras canadienses, y ahora están detrás del calamar illex, el de mayor captura en el Atlántico Sur. En efecto, el 80 por ciento de las reservas existentes de esta especie cada vez más codiciada -a medida que se reducen dramáticamente las reservas de otros caladeros en el mundo- se encuentra dentro de la zona económica exclusiva argentina, un área de 200 millas marinas asignada a la explotación del país y de aquéllos a los que éste habilite, según lo establecido por la Convención del Mar firmada en Jamaica en 1982.
La pesca de uno de los cardúmenes más importante de calamar del mundo en esa zona del Atlántico constituye un poderoso atractivo para las decenas de barcos llegados desde distintos rincones del mundo. Son naves chinas, coreanas, japonesas, camboyanas, españolas y algunas de ellas esperan pegadas a la línea que delimita la zona económica exclusiva argentina para ingresar en ésta furtivamente y pescar de manera ilegal. Detenerlos no resulta tarea fácil. En primer lugar, hay que descubrirlos "in fraganti"
pescando dentro de las 200 millas marítimas de la zona económica exclusiva argentina; fotografiarlos para demostrar la infracción; intimarlos a dejar la pesca y, si se niegan, perseguirlos, inspeccionarlos, secuestrar la carga y ponerlos a disposición de la justicia federal. Para ello y para ponerle freno a una práctica que, por lo sistemática, está poniendo en riesgo las reservas pesqueras del país, la Armada y la Prefectura controlan y patrullan con buques y aeronaves las zonas de mayor riesgo.
El problema de la pesca ilegal, no documentada y no reglamentada, está aumentando en todo el mundo porque algunos pescadores tratan de evadir normas más estrictas que están imponiéndose en muchas partes para responder a la reducción de capturas y la disminución de las poblaciones de peces.
La preocupante situación de la mayoría de las pescaderías importantes ha llevado a la comunidad internacional a desplegar un esfuerzo considerable con el fin de hacerlas sostenibles. En este sentido, los estados, las organizaciones internacionales y las regionales de pesca se han comprometido en la tarea de establecer y aplicar normas que puedan gestionar las actividades de la pesca y garantizar que se realicen de una manera sostenible.
La pesca ilegal supone una grave amenaza contra la explotación de las especies marinas, porque resta efectividad a las medidas de conservación adoptadas por las organizaciones regionales de regulación pesquera, y supone, además, una competencia desleal en perjuicio del sector, que está obligado a un riguroso cumplimiento de las normas nacionales e internacionales de control, conservación y gestión.




