Fuente: Conapach, Valparaíso
Chile - Carta abierta al Presidente Lagos de Cosme Caracciolo Presidente de CONAPACH
miércoles 7 de diciembre de 2005
Quien le escribe quizás no le traiga ningún recuerdo, sin embargo me atrevo a refrescarle un poco la memoria:
El día 31 de diciembre del año 2000, durante su campaña para obtener la presidencia de nuestro país, navegamos por la bahía de Valparaíso. Tuve la suerte (hoy ya no estoy seguro) de ser escogido por mis compañeros para compartir con usted, junto a mi esposa y mi hija, durante la navegación. En la mar, sostuvimos una conversación distendida en la cual le comenté lo que esperábamos los pescadores de su y nuestro futuro gobierno.
Le planteé que queríamos participación real en la toma de decisiones en materia de administración, y que nos oponíamos a la privatización de los recursos pesqueros. Además, le dije que proponíamos el cierre definitivo de las 5 millas, y que queríamos un seguro de vida obligatorio para los pescadores artesanales.
Todo lo anterior, creíamos ilusamente nosotros, podía ser cumplido durante su mandato, pues no significaba gasto para el Estado.
Bastaba tener una actitud correcta y ética.
No obstante, al evaluar la situación en que se encuentran las pesquerías y nuestras comunidades casi al término de su gobierno, es evidente que usted no consideró ninguna de nuestras propuestas, y por el contrario, privilegió las exigencias de la gran industria.
Primero, nuestro sector ha sido marginado de todas las instancias de toma de decisiones. Se nos pregunta siempre, pero sólo por cumplir, porque finalmente se toma la decisión de apoyar a las grandes pesqueras.
Segundo, la mayoría de los recursos fueron privatizados a través de la creación de los Limites Máximos de Captura por Armador para la industria y el RAE para la pesca artesanal. Por otra parte, las cinco millas siguen abiertas de la IV Región al norte, y desde la XI Región al sur, y seguirán siendo perforadas después de terminado su Gobierno.
Finalmente, cuando nuestros compañeros pescadores mueren en las faenas de pesca, sus familias aún quedan en la indefensión.
Señor presidente, su total falta de preocupación por la pesca artesanal dejó desilusionado a quien escribe esta nota. Sin embargo, después de cinco años, mis recuerdos me llevan nuevamente a la lancha y puedo ver que mientras conversábamos, nunca me miró de frente. Incluso, acordándome bien, en el momento de sellar nuestro compromiso con un apretón de manos, como lo hacemos los hombres de mar, no tenía la misma energía con la que apuntó al dictador. Más bien era el gesto débil de alguien que no estaba asumiendo un compromiso.




