Fuente: El Mercurio On Line, Santiago de Chile
Chile - EE.UU: Empresas de transportes aun no implementan medidas antiterroristas
martes 5 de octubre de 2004
Lunes, 04 de Octubre de 2004
Economía y Negocios On Line
Directivos de las distintas áreas de la industria del transporte fueron consultados por Deloitte, a solicitud de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, para conocer cómo han enfrentado el nuevo escenario y las nuevas regulaciones sobre seguridad.
SANTIAGO.-Pese a que más del 80% de los ejecutivos pertenecientes a empresas de transporte de carga aérea y el 70% de los ejecutivos del sector marítimo, reconocen que los riesgos de seguridad en esa área son muy altos y dan primera prioridad a la implementación de medidas que reduzcan las posibilidades de un ataque; será recién dentro de los próximos doce meses cuando las organizaciones empiecen a invertir seriamente en cumplir con las leyes y regulaciones impuestas luego del 11 de septiembre de 2001.
Directivos de las distintas áreas de la industria del transporte (aéreo, marítimo, ferroviario, terrestre y proveedores de servicios) fueron consultados por Deloitte, a solicitud de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, para conocer cómo han enfrentado el nuevo escenario y las nuevas regulaciones sobre seguridad establecidas por Estados Unidos.
En la encuesta se solicitó a los profesionales que ordenaran por importancia una serie de medidas utilizadas para disminuir los riesgos y se les consultó sobre cómo la industria estaba actuando frente a cada una de ellas. Sólo un 14% dijo que el comportamiento de la industria era excelente frente a la implementación de las medidas claves, entre las que están el chequeo a los trabajadores y conductores en las terminales y la seguridad física, referida a la infraestructura.
En cuanto a las estrategias diseñadas por las empresas, hay que destacar que un 60% señaló ya haber puesto en funcionamiento íntegramente una estrategia de seguridad interna. Este porcentaje aumenta al 93% en el caso del transporte terrestre menor, seguido por el transporte aéreo con el 82%. Sin embargo, la positiva evaluación que hicieron los ejecutivos acerca del desempeño de sus propias empresas contrasta con las malas notas puestas al comportamiento de la industria, que son un reconocimiento a que aún falta mucho por hacer. Según el informe de Deloitte "esto sugiere que existe una sobreestimación de lo hecho individualmente y que en realidad es poco lo que se ha avanzado".
Estar de acuerdo con las mejoras en seguridad y con cumplir con las regulaciones exige tomar complejas decisiones estratégicas y operacionales.
Mientras algunas empresas han transformado el tema en una prioridad y han tomado medidas agresivas para reducir su vulnerabilidad al terrorismo, muchas firmas no le han dado a este punto la urgencia que se requiere.
Los ejecutivos del sector marítimo son los que registran menos progresos, con sólo un 35% de empresas con una estrategia de seguridad implementada totalmente.
Las firmas pequeñas también se mueven más lento. El 35% de los ejecutivos de estas compañías señaló que no se ha tomado ninguna acción en este sentido y menos se ha desarrollado una estrategia.
Según Deloitte, un paso clave en el desarrollo de una estrategia de seguridad interna es conducir una evaluación de las actuales operaciones respecto a la seguridad. El 80% de los encuestados dijo que sus firmas ya habían completado dicha evaluación y otro 8% dijo que estaban planeando hacerla.
La implementación y los gastos
En cuanto a los temas que tienen prioridad, casi la totalidad de los ejecutivos ubicó a la administración de riesgos como lo más importante para sus firmas. Asegurar el cumplimiento de normas legales y regulatorias también fue un tema masivamente nombrado.
Toda esta implementación, tanto de estrategias como de medidas tangibles, que apuntan a disminuir el riesgo de las organizaciones en cuanto a una amenaza terrorista, requerirá un gasto que, como señalaron los ejecutivos, tendrá más fuerza dentro de los próximos meses. El dinero provendría, según comentaron algunos entrevistados, de ganancias actuales, reservas, reducciones de costos y de la posible recepción de fondos públicos.
Cerca de un 60% señaló además que las iniciativas en seguridad podrían incrementar el gasto en el manejo de los riesgos internos y los gastos en tecnologías de información (TI).
Para responder a los complejos requerimientos de seguridad interna, cerca de la mitad de los ejecutivos dijo que sus firmas planean invertir en servicios externos. La seguridad y el entrenamiento físico fueron citados por parte importante de los encuestados como áreas en las que buscarán especialmente asistencia externa, la que vendría de compañías especializadas en servicios de seguridad, consultoras y empresas de software.
Otro punto importante es que los cambios que se realicen al interior de las empresas deberán ser comunicados de manera correcta al personal. Las firmas necesitarán una estrategia adicional para dar a conocer los cambios operacionales que resulten de las medidas de seguridad interna.
Aproximadamente dos tercios de los ejecutivos reportaron tener un plan para comunicar los cambios en las operaciones a sus altos ejecutivos y al directorio. Muy por el contrario, sólo un tercio de los ejecutivos señaló que poseen planes para comunicar los cambios a sus propios empleados y proveedores, a pesar de "la clara necesidad de que estos grupos estén informados y preparados para implementar cualquier cambio que se requiera a nivel operacional", como señala el informe de Deloitte.
Programas gubernamentales
Dos de los principales programas que el gobierno federal de Estados Unidos ha presentado para incrementar la seguridad interna son el sistema de alerta de seguridad según códigos de color (el color depende del nivel de peligro) y el programa de certificación de clientes asociados contra el terrorismo (C-TPAT). Aunque muchos ejecutivos señalan haber cumplido con los cambios, hay una gran variación según la industria y el tamaño de las firmas.
Más del 90% de los ejecutivos del transporte aéreo señalaron que los cambios en los niveles de amenaza han impactado sus empresas. El 70% de las empresas marítimas y los proveedores externos también están de acuerdo en este punto.
El C-TPAT es una iniciativa creada para incrementar la seguridad en las fronteras de la nación, que emplea una certificación voluntaria en que la firma asegura cumplir apropiadamente con los estándares de seguridad. En la encuesta, el 41% de los ejecutivos de estas empresas afirmaron que ya poseen la certificación C-TPAT, mientras que el 18% señaló estar en proceso de obtenerla. Otro 21% dijo no haber evaluado los beneficios potenciales de la certificación mientras que el 9% se mostró en contra de ésta.
Claramente, las firmas grandes son las más proclives a certificarse. De aquellas que facturan sobre el billón de dólares, el 94% señaló ya estar certificada o en proceso de estarlo, comparado con el 23% de aquellas empresas que facturan menos de US$ 100 millones.
El incumplimiento de leyes y regulaciones traerá consigo la aplicación de importantes multas. Por ejemplo, un día de infracción para el transporte marítimo podrá costar cerca de US$ 25 mil y las cargas pueden ser retrasadas o retenidas, lo que significaría un alto impacto en la cadena de abastecimiento de toda la organización.