Fuente: Chile.com

Chile - Pesca Artesanal en la Caleta Portales

viernes 11 de febrero de 2005

La industrialización está acabando con esta práctica...

La vida de un pescador es muy diferente a lo que algunas personas piensan.
La sacrificada y riesgosa labor que estos hombres realizan a diario, sólo puede ser dimensionada si nos adentramos en la rutina de ellos, que están viendo cada vez más difícil realizar su trabajo por culpa de la pesca industrial que arrasa con todo lo que les permite llevar el sustento a su hogar.

En la Caleta Portales de Valparaíso encontramos a un pescador que nos contó parte de sus años trabajando en el mar. Asegura, como muchos otros pescadores con los que conversamos, que cada día se hace más difícil conseguir que su trabajo sea los que debería ser, por culpa de barcos industriales, además de no contar con la ayuda del Gobierno Regional y del Servicio nacional de pesca para poder cambiar esta situación. A esto se suma los estragos que producen a jibia y las corrientes que no favorecen en nada su labor, siendo también de importancia el clima para realizar este oficio.

Asimismo, nos cuentan anécdotas que nos recuerdan esa gran novela de Ernest Hemingway, "El viejo y el mar" y nos damos cuenta que la fantasía no está muy lejana a la realidad que se vive a diario en Valparaíso, donde cerca de 200 hombres se adentran en el mar en la madrugada para poder llevar a cabo su trabajo.

Y es así, este oficio pasa de generación en generación, y es aprendido muchas veces por jóvenes que mantendrán vigente la pesca artesanal en la región.

Por otra parte y en términos prácticos, el salir cada día es un gasto importante para ellos, que pescan con botes con motor, redes y carnadas, gastando mensualmente casi 650 mil pesos sólo para salir al mar, a veces en épocas donde lo que se pesca no es mucho y en una zona donde tampoco se pueden extraer moluscos.

La Caleta Portales en Valparaíso es una tradición, especialmente para las personas que han vivido casi toda su vida en el litoral. Temprano, muy temprano, llegan los botes llenos de pescados frescos para su comercialización, junto con moluscos traídos de otras caletas de la zona central. Es por esto que en algunas oportunidades, muy pocas eso si por la rigurosa fiscalización, han habido caso de intoxicaciones por la costumbre de consumir moluscos crudos.

Finalmente, en esta caleta también podemos encontrar un restaurant que obviamente tiene como especialidad los productos del mar. Tiene asimismo, una decoración de acuerdo con esta línea y un gran escualo a la entrada que llama la atención de los visitantes.