
Fuente: Conapach, Santiago de Chile
Chile - Salmonicultura en Chile: sus implicancias reales
lunes 25 de agosto de 2008
24-08-2008
Tras la aparente imagen que se presenta de la industria salmonera en Chile, la cual lo muestra ante el mundo como un gigante en lo productivo-exportador, con ganancias de primer mundo, por otro lado, nos encontramos con que tanto laboral, medioambiental y sanitariamente presenta serias falencias que lo hacen quedar reducido a una industria que, pese a generar empleo para unos cuantos chilenos, más que reportar ganancias para la nación, reporta serias pérdidas, atentando contra las normas establecidas por el Estado, sin que éste posea aún un rol fiscalizador real.
Resulta contradictorio, por otra parte, que pese a que el 36% de las empresas salmoneras en Chile sean propiedad de compañías multinacionales, en donde se exige el cumplimiento de estos estándares internacionales, en cuanto a la industria alimentaria, y específicamente en el caso, en lo que respecta a la industria salmonera, el que en Chile se vulneren y apliquen dobles estándares a todas estas normativas internacionales, en pos de la mayor ganancia económica del empresariado, nacional e internacional.
En Chile, esta industria se encuentra asentada en las regiones de los Lagos, Aysén y Magallanes, principalmente. Esta industria de cultivo de salmónidos que opera en la zona austral del país, genera cerca de 50 mil empleos directos e indirectos, siendo el 98% de los salmones producidos, exportados a los mercados de Estados Unidos (40%), Japón y la Unión Europea, concentrándose en la región de los Lagos el 90% de la producción salmonera chilena, donde el 60% de la mano de obra corresponde a mujeres.
Nos encontramos, con que pese a esta alta tasa de empleo en las regiones en donde se instalan estos "gigantes de la industria salmonera" también en estas regiones, se comparte además la más alta tasa de accidentabilidad laboral principalmente de tipo grave y fatal en las labores de buceo, los que casi en su totalidad corresponden a empleados dependientes de subcontratistas de esta industria, encontrándose las tareas de mayor riesgo en las plantas de proceso y las faenas de buceo.
Según información oficial recogida desde los registros de la Armada, Fiscalías regionales y la Dirección del trabajo, hasta el momento (2007) se han registrado 42 trabajadores del sector acuícola muertos o desaparecidos, donde las muertes se han producido debido a las escasas medidas de higiene y seguridad laboral que presenta la industria salmonera, ocurriendo también el que, más del 66% de estas empresas han violado la legislación laboral.
Los problemas que se relacionan directamente con la industria en sí, son los de temas tales como infraestructura, donde estas empresas presentan serios problemas de hacinamiento en todas las áreas, además de que los trabajadores son controlados hasta en el tema de los tiempos para poder ir al baño, donde el 91% de las faenas en las plantas de proceso son realizadas por mujeres.
Si bien es cierto que las faenas en estas plantas procesadoras son peligrosas, no obstante, una de las labores de mayor riesgo son las faenas de buceo que se desarrollan en los centros de cultivo se salmón, registrando elevados índices de mortalidad, en comparación con lo que ocurre en el mismo tema en países desarrollados en los que también se cultiva salmón. Todas estas tragedias se hubiesen evitado si es que cumplieran las normas de Higiene y Seguridad del Código del trabajo y el reglamento que impulsa DIRECTEMAR.
Lo que resulta nada contradictorio sin embargo, se relaciona con el bajísimo grado de profesionalización que poseen los buzos, encontrándonos con que de 4000 buzos, menos de 100 de estos son buzos comerciales que han tenido capacitación certificada según las normas internacionales.
Lo que sucede entonces es claro: la industria salmonera en vez de pagar mayor cantidad de buzos comerciales certificados, a quienes debe pagar cuatro veces más, opta por contratar "buzos mariscadores", los que tienen permitido sumergirse hasta 20 metros, mientras que un pequeño porcentaje de estos mismos lo puede hacer hasta 36 metros, siendo que en la realidad de lo que ocurre en las jaulas salmoneras, los buzos llegan a sumergirse hasta los 65 metros de profundidad, realizando inmersiones de tipo yo-yo (que se realiza sólo en Chile), la que se desarrolla en repetidas ocasiones a diferentes profundidades, emergiendo sin realizar las recomendaciones de descompresión que exige ese tipo de faena de buceo, no existiendo una red de emergencia que responda de manera adecuada y rápida frente a estos siniestros. Este faena de buceo yo-yo, sólo tiene lugar en las jaulas salmoneras ubicadas en Chile, y se consiste en la sustracción diaria de salmones muertos en el fondo de éstas, producto del hacinamiento y de enfermedades presentes en las jaulas en las que se cría a los salmones.
Por 20 años la actividad de buceo en la salmonicultura ha sido sustentada por buzos provenientes de la Pesca Artesanal, no existiendo ninguna regulación profesional de estas faenas, donde por ejemplo, al buzo mariscador se le exige sólo un asistente que no precisa ser buzo ni posee las habilidades suficientes para prestar socorro en caso de un accidente, sumado al hecho de que las salmoneras no prestan información mensualmente de quienes son los que prestan sus servicios como buzos.
Ocurre además que como estrategia propia de un tipo de modelo de desarrollo económico, como es el modelo capitalista-neoliberal de mercado, cada vez con más frecuencia sucede que, el tema laboral se desregulariza y precariza más todavía con la introducción de la flexibilización laboral, la que permite la externalización de servicios por parte de las grandes compañías presentes en el país, como es el caso de la industria salmonera.
En la región de los Lagos sucede que, por una parte concentran alrededor de 45.000 empleos, producidos en gran parte por empresas subcontratistas de las salmoneras. Este factor entonces se convierte en un claro impedimento a la hora de la creación de organizaciones sindicales y el consiguiente fortalecimiento de las pocas que ya funcionan, debido a que al no ser trabajadores directos de las salmoneras en teoría no pueden atacar a su jefe directo, ni tampoco poseen la cantidad numérica y seguridad de empleo necesaria para poder emprender alguna tarea reivindicativa, sumado al hecho de la persecución política, represión y expulsión a la que son sometidos quienes como trabajadores se sienten movidos por las injusticias laborales que se cometen tanto en su contra como en contra de sus compañeros de trabajo, y llevan a cabo acciones de presión como huelgas y paros generales, desembocando algunas veces en la desesperada denuncia frente a la autoridad local, la que muy pocas veces falla a favor de los trabajadores, ocurriendo en lugar de ello el que envían a la fuerza represora estatal (policía) a defender los intereses de los empresarios locales.
Es este sector salmonero el que encabeza en la región de los Lagos las denuncias por violaciones a la libertad sindical, donde de las 900 denuncias interpuestas por los trabajadores por prácticas antisindicales los tribunales han sancionado con "multas" a 26 empresas.
Otra temática que toca a la industria salmonera es el de la desprotección a la maternidad, siendo las mujeres quienes conforman el 60 % de la fuerza laboral de la industria. Se toman medidas de tipo general diferenciado: en este caso, a las trabajadoras se les entrega un bono de incentivo de producción inferior al que le otorgan al resto de las trabajadoras; los días destinados a control de niño sano y de embarazo son descontados; las mujeres que hacen uso del fuero maternal muchas veces son despedidas; las empresas salmoneras no respetan la ley sobre el beneficio a sala cuna, ofreciendo como medida extensiva a todas las mujeres embarazadas un bono compensatorio de entre 36.000 y 44.000 pesos mensual dependiendo de la empresa, desprendiéndose así de la obligación del derecho a sala cuna establecido por ley. Esta medida que la industria salmonera extiende a todas las mujeres embarazadas según la ley es una medida de "estricta excepción" para mujeres que viven en sectores rurales y que deben caminar varios km para llegar a su lugar de trabajo.
Aspectos relacionados con la ocupación ilegal por parte de las salmoneras es otro tema. Ocupación de espacio marítimo por más allá de lo que legalmente tenían concesionado. Funcionamiento de estas empresas sin tener los permisos municipales correspondientes y sin someterse al sistema de evaluación de impacto ambiental, lo que da cuenta que los organismos estatales encargados de fiscalizar, no cumplieron ni cumplen su rol de manera cabal.
Temas sanitarios y medioambientales: masivos escapes de salmones (carnívoros) que ponen en peligro tanto la diversidad biológica existente en el agua, como la propia salud de personas que puedan llegar a consumirlos dado que poseen enfermedades contagiosas.
Nos encontramos además con el hecho de que existe poca o nula información en Chile, respecto a la cantidad de antibióticos suministrados a los salmones por la industria. Se utilizan antibióticos de última generación, como quinolonas y fluoroquinolonas en la producción industrial de salmones y otros animales de consumo humano, donde el aumento en su uso ha sido alarmante, sucediendo que, en todas las industrias productoras de animales de primer mundo existe prohibición de uso de estos fármacos de última generación. Quinolonas y fluoroquinolonas son avanzados y poderosos antimicrobianos siendo reservados en otros países para uso estricto sólo en casos altamente necesarios en medicina humana, donde en Chile se usa por la industria indiscriminada y masivamente sin una racionalidad científica clara.
Esto acarrea como resultado aparentemente sin relación, el hecho de que se aumente en hospitales por parte de la gente la resistencia bacteriana a los antibióticos. Esta resistencia a menudo trae como consecuencia la mortalidad porque a menudo las infecciones resistentes están siendo mortales.
Otro problema se relaciona con la aparición del ectoparásito Caligus, también conocido como piojo de mar, entre los salmónidos, el que aumenta la mortalidad de estos, donde estos son puestos fuera de las jaulas de cultivo, medida que según expertos no ayuda mucho.
Se da además una vinculación entre harina de pescado y la industria salmonera: la harina de pescado es obtenida a través de la captura de peces pelágicos que se transforman en alimento de salmones, donde debido a la sobreexplotación que han sufrido estas especies, la industria ya comienza a volcar su mirada hacia proteínas de origen vegetal o hacia pesquerías como el Krill. Teniendo en cuenta el que para producir un kilo de salmón se necesitan de 3 a 5 kilos de pescado como sardina, anchoveta y jurel, nos damos cuenta de por qué se está pensando en recurrir a un sustituto para reemplazar estas especies.
Con el fin de abaratar costos las grandes compañías salmoneras, optan por contratar a los talleres de redes que presentan condiciones más precarias en materia ambiental, sanitaria y laboral. Estos se relacionan con el tema del tratamiento y disminución de los residuos líquidos generados por la actividad de cultivo de salmónidos. Otro tema vulnerado es el del Reglamento Ambiental para la Acuicultura, el que exige a los productores acuícolas un permanente cuidado del entorno marino.
Todos los vertederos industriales de la región de los Lagos fiscalizados por la autoridad sanitaria no cumplen con la normativa que los regula. En Aysén por otra parte, las empresas que generan desechos industriales son: Pesca Chile, Aqua Chile, Salmar, Salmones Antártica, Aguas Patagonia, Planta Mañihuales, Nipón Meat, Ifop, Salmones australes, Biovac, Comtesa y Graneros, donde los empresarios pesqueros y salmoneros han depositado por más de diez años su basura contaminante en un relleno industrial ubicado en el km 12 entre Aysén y Coyhaique, ocurriendo el que cuando este colapsó en el 2004 los industriales recurrieron a un basurero ilegal.
Pese a la existencia de una cantidad impresionante de información acerca de los efectos negativos que provoca la industria salmonera en nuestro país, nos encontramos con que por una parte, genera buena parte de los empleos en las regiones en las que se instalan, por lo que resulta difícil por parte de la propia comunidad el oponerse a las prácticas negativas por parte de la industria salmonera, la que tiende a abaratar costos por medio de la utilización de mano de obra barata, obligando a los trabajadores a realizar tareas peligrosísimas que muchas veces terminan con la vida de buzos mariscadores los que debido a la propia disminución de la cantidad de recursos marinos disponibles a su haber, se ven obligados a prestar sus servicios a la industria salmonera, la que sencillamente no les brinda las condiciones laborales ni sanitarias suficientes para que su labor no termine en tragedia.
La exterminación de especies pelágicas es otro tema complejo, ya que este pez de tipo carnívoro es alimentado en buena parte con harina y aceite que producen los industriales pesqueros, los que al utilizar técnicas como el "arte de arrastre", depredan los fondos marinos, alterando con ello toda la diversidad marina y su correspondiente equilibrio, afectando directamente la actividad pesquera artesanal a lo largo de la costa chilena.
Quedará entonces pendiente aún la tarea de enfrentarse a estos "gigantes de la producción", que paradójicamente son los gigantes de la destrucción de ecosistemas, foco de enfermedades, agente contaminante, entre otras cosas. Frente a ello nos queda organizarnos a nivel local y nacional para que este tipo de industria y otras más no nos avasallen con sus imposiciones, malas pagas, condiciones precarias e insalubres de trabajo, violaciones a la libertad de organización dentro del lugar de trabajo, persecución y represión policial, entre otras prácticas que quedan facilitadas por falta de fiscalización de los organismos estatales.
Finalmente, es la Pesca artesanal hoy en día uno de los últimos sectores organizados que se moviliza cuando algo les perjudica en su actividad diaria de sustento, siendo un interesante movimiento en lucha que se mantiene en el tiempo pese a las inclemencias del sistema económico, digno de ser imitado por los diversos sectores productivos del país.
(Datos extraídos de "Radiografía a la industria del salmón en chile bajo la mirada de estándares RSE")
Fuente: Prensa CONAPACH