Fuente: El Comercio, Quito

Ecuador - El mercado del camaron estable pese a la tragedia

viernes 7 de enero de 2005

Quito

Los datos sobre pérdidas y afectaciones a la infraestructura camaronera derivadas del maremoto que golpeó el sudeste de Asia el 26 de diciembre pasado aún son difusos o llegan a cuentagotas.

Según informes de periódicos locales asiáticos, los destrozos alcanzan el 10 por ciento de esta industria en India. En este país, que es el quinto productor mundial del marisco, las regiones de Andhra Pradesh y Tamil Nadu, ubicadas en la bahía de Bengala, son las más perjudicadas.

Reportes del diario The Hindu, señalan que en esas zonas se concentran unos
72 000 granjeros dedicados a esa actividad, con predios de menos de dos hectáreas, y que, en su gran mayoría, son ilegales. Este último punto es uno de los que más complica las labores de evaluación en esa industria, aunque se advierte que, por la fecha, los costos en producto pueden ser menores.

El fenómeno natural ocurrió a fines de diciembre y en época invernal.
Debido a ello, las granjas camaroneras ya habían vendido casi toda su producción y se mantenían en espera de un nuevo ciclo, según publica este periódico.

En India, el maremoto destruyó las piscinas de las granjas, la maquinaria y la infraestructura en criaderos, con lo cual, el impacto se medirá en "dos o tres meses más".

Según datos de la FAO, en este país existen en la actualidad cerca de 180 000 hectáreas dedicadas a la cría intensiva del camarón en piscinas, cuando hace solo una década no llegaban ni a 60 000 las hectáreas dedicadas a esa actividad.

En la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) se considera que datos como el anterior son una muestra del crecimiento de la industria camaronera en esta región del mundo, "lo cual ha disparado la sobreproducción del marisco".

Por este motivo, los voceros del gremio advierten que todavía es muy "adelantado hablar de alteraciones en los precios internacionales del camarón".

Poniendo como símil el huracán Mitch, que en 1998 arrasó buena parte de las plantaciones bananeras centroamericanas, en la CNA se dice que los "daños a la infraestructura fueron grandes", pero que no por ello se afectó el mercado.

Pero el crecimiento desmedido de las camaroneras, a costa de los manglares en casi todas las regiones costeras tropicales del mundo, es visto como uno de los agravantes de este tipo de fenómenos.

En el caso de Bangladesh, agencias ambientalistas, citadas por los periódicos de la región, comparan lo ocurrido con los 'tsunamis' en 1960,
1991 y el 2004. Con la protección natural de los manglares, los daños y pérdidas de vidas humanas "fueron casi nulos", en el primer caso. Este tipo de floresta actuó como barrera natural que asimiló la mayor parte del impacto.

La situación cambió en los siguientes fenómenos, cuando las camaroneras habían reemplazado a los mangles. Según las mismas fuentes, en esas ocasiones los daños y las víctimas llegaron a varios miles.