Fuente: El Comercio, Quito
Ecuador - El uso del palangre ahonda la polemica
martes 11 de enero de 2005
Franklin Vega,
enviado al archipiélago
Las islas Galápagos atraviesan una situación crítica. Además del debilitamiento institucional del Parque Nacional, los reclamos de los pescadores y los isleños han radicalizado sus posiciones.
La bandera de lucha de los pescadores es el uso del palangre, también conocido como espinel o 'long line' dentro de la Reserva Marina (RMG).
Este arte de pesca consiste en una larga línea, de la cual penden cientos de anzuelos.
La mayor crítica a esta herramienta es que no es selectiva y tiene alto porcentaje de capturas incidentales, es decir, no son el objetivo de la pesca, como tiburones, lobos y aves.
Según los resultados de los ensayos realizados, las capturas incidentales llegaron al 40 por ciento. El Plan Piloto de Pesca de Altura, desarrollado entre marzo y diciembre del 2003, evidenció la captura de 568 individuos de pesca incidental y 845 ejemplares de pesca objetivo. La mayoría de la incidental fue de tiburones con 482 especímenes.
Empero, para el sector pesquero, estos resultados no son válidos. Dionisio Zapata, presidente de la Cooperativa de pesca de Santa Cruz (Copropag), puntualiza que el espinel debe utilizarse según el Plan de Manejo, y cuestiona el hecho de que no participó un técnico pesquero en el análisis.
Rosario Mejía, presidenta de la Asociación Nacional de Empresas Turísticas de Galápagos (Asogal), en cambio, dice que este arte de pesca no es artesanal y su autorización permitirá que la flota pesquera pase a ser semiindustrial.
Fernando Ortiz, guía y ex jefe de Recursos Marinos del PNG, puntualiza que el Parque no está en capacidad de controlar este tipo de actividad.
"Los pescadores proponen hacer los lances por las noches, cuando los tiburones se alimentan. Para minimizar la captura de escualos es necesario que los anzuelos estén a 200 metros de profundidad, algo que no es factible en la flota pesquera actual".
Para el Parque, es imposible monitorear esta actividad, más aún en la situación actual cuando no se dispone del personal, agrega Ortiz.
La tensión que se vive en las islas también se observa en las intervenciones en medios de comunicación locales. Guías, conservacionistas, estudiantes y otros sectores se organizaron para mantener una campaña en contra de la aprobación del uso de este arte.
Realizan charlas en colegios, distribuyen afiches en los cuales exponen el valor que tienen los escualos vivos tanto para el ecosistema como para el desarrollo de la actividad turística.
Esta campaña también se desarrollará, la próxima semana, en territorio continental.
Lo que más irrita al sector pesquero son los vídeos que se difunden en un canal de TV local. Precisamente este fue el argumento que utilizaron para diferir el análisis del palangre en la Junta de Manejo Participativo de la Reserva Marina (JMP).
Zapata recalca que este tipo de publicidad no favorece el diálogo entre los sectores.
Con el agravante de que los pescadores señalan que no participarán más en la JMP. Su objetivo, a decir de Cléber López, gerente de Copropag, es que se autorice el uso de este arte. Para Ortiz, esta acción busca desconocer el Sistema de Manejo Participativo de la Reserva Marina, el cual se implantó desde 1997.
Las herramientas
El troleo. Se utiliza una pesa para que el anzuelo, con una carnada viva, se mantenga cerca del fondo. El pez muerde el anzuelo y la línea se recoge hasta la cubierta.
El arrastre. Desde una embarcación en movimiento se lanza una línea con un señuelo artificial. Este se mueve cerca de la superficie, de modo que atrae a los peces y lo muerden.
El trasmallo. Son redes que se colocan en aguas poco profundas para pescar peces pequeños como las lisas.
Frente a frente. Luis Rodríguez, guía, y Rogelio Guaycha, pescador
'Los escualos son de toda la población local'
Luis Rodríguez, guía
No estamos en contra del sector pesquero, sino de quienes pescan ilegalmente. Si se aprueba el uso del palangre se permitirá legalizar la comercialización y capturas de aletas de tiburón. Los escualos no son un recurso de los pescadores, pertenecen a toda la población, pues el 80 por ciento de los habitantes dependen de que se mantenga un ecosistema saludable y la captura de tiburones afecta el equilibrio ambiental de las islas.
Usar palangre significa hacer una doble pesquería, pues primero se capturan las carnadas cerca de las costas: lisas y ojones. De estas especies se alimentan los piqueros.
Además, ni para los pescadores es un negocio. Solo existen nueve botes en la Reserva Marina que pudieran utilizar palangre, estos a su vez arrastraran hasta cuatro fibras, pero los propietarios de fibras deben pagar hasta con el 50 por ciento de las capturas brutas.
Los dirigentes de los pescadores han mentido sobre los beneficios que el palangre pudiera generar, lo que sí está claro es que si se aprueba necesitarán contratar pescadores del continente.
'No buscamos pescar tiburones en la Reserva'
Rogelio Guaycha, pescador
El palangre es un arte de pesca pasivo y selectivo. Esto lo reconoce el Instituto Nacional de Pesca, además, proponemos un espinel artesanal. Si es necesario utilizar solo nailon para que no mueran los tiburones lo haremos.
Los estudios hechos por el Parque Nacional Galápagos y la Estación Charles Darwin no contaron con el aporte de técnicos pesqueros, por esto mi sector no les reconoce como válidos. No buscamos pescar tiburones, esa es una mentira de los conservacionistas para desprestigiarnos.
Lo prioritario es empezar a utilizar este arte de pesca, el cual está autorizado en el Plan de Manejo de la Reserva. Es cierto que al inicio cerca de 150 pescadores participarán directamente, pero el beneficio se ampliará a todo el sector.
El 22 de diciembre los dirigentes de los pescadores nos reunimos con el presidente Gutiérrez; allí le solicité que se autorizara el uso del palangre. Hasta ahora solo usufructúan las grandes empresas de turismo, los conservacionistas y las flotas industriales de Manta y Costa Rica. Los grandes barcos pesqueros ingresan sin control a la Reserva.
El manejo político de las islas en debate
Las denuncias de explotación irracional de las riquezas ictiológicas de Galápagos, reactivaron el debate sobre la conveniencia de suprimir su categoría de provincia, así como la necesidad de que su administración pase a manos de organismos internacionales.
Ayer, el ex canciller Alfonso Barrera consideró positiva la iniciativa de que organismos internacionales como las Naciones Unidas manejen los destinos de Galápagos. "Así, la administración del Archiepiélago se independizaría de factores de políticas internas".
En efecto, los diálogos políticos alrededor del reparto de puestos clave, como la dirección del Parque Nacional Galápagos, ha hecho que el control ambiental sea mínimo, en especial en los últimos 2 años.
En ese sentido, el ex Ministro de RR.EE. descartó que entre en juego la discusión sobre una eventual contradicción con los principios de soberanía del país sobre las islas.
Pero hay otras voces que no ven con buenos ojos una posible administración internacional de Galápagos. Y menos aún que pierda su condición de provincia. A criterio del legislador Alfredo Serrano (PSC), "la irresponsabilidad del Gobierno que ha entregado a un diputado (Vinicio
Andrade) no se puede pretender eliminar la provincialización de las islas, que ha sido una conquista de su población". Por ello, Serrano señaló que la solución para la actual crisis es que se respete la Ley Especial de Galápagos. Un criterio que es compartido por Barrera.




