
Fuente: CNN en Español, Atlanta
EE.UU. - Mesa garantiza que hara respetar el mandato del pueblo boliviano
martes 20 de julio de 2004
LA PAZ (Reuters) -- El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, emergió el lunes resuelto a ejercer la autoridad política que le brindó un referendo sobre el gas y comenzó a trabajar en el proyecto de una nueva ley energética en que, según dijo, hará respetar el mandato popular.
El jefe de Estado, sin embargo, deberá enfrentar la ardua tarea de conciliar sus decisiones con las interpretaciones que, según analistas, le plantearán sectores sociales y esencialmente políticos en torno al contenido del referendo y sus preguntas.
"La disputa se desplaza ahora al Congreso", dijo el analista Jorge Lazarte, un politólogo y académico.
El mandatario obtuvo el domingo en las urnas un mayoritario apoyo para aprovechar el gas, la mayor riqueza natural del país, como motor de un proceso que podrá cambiar la estructura económica del país.
El respaldo, surgido del primer referendo en la historia constitucional de la nación más pobre de América del Sur, autorizó también a Mesa a vigorizar el debilitado rol del Estado en el llamado "negocio de los hidrocarburos," virtualmente entregado por una vigente ley al control de poderosas petroleras extranjeras.
Proyecciones privadas sobre el voto depositado por al menos 2,7 millones de un electorado de 4,5 millones de bolivianos y la tendencia de un lento cómputo oficial adjudicaron a Mesa una clara victoria con respuestas favorables en las cinco preguntas que incluyó en la papeleta del sufragio.
Sectores opositores repararon en que un posible abstencionismo de algo más de 40 por ciento podría mermar trascendencia política al referendo, pero Mesa se congratuló el domingo del "éxito extraordinario" de la participación ciudadana en la consulta.
"Ha sido, sino el más alto, uno de los niveles más altos de pariticipación en referéndums en América latina", dijo.
El referendo convocado por Mesa buscó el apoyo del pueblo a las exportaciones de gas, al fortalecimiento del Estado boliviano en su relación con las empresas petroleras extranjeras, que operan en el país desde 1996, y aumentar las obligaciones impositivas de éstas desde un actual 18 hasta el 50 por ciento
Respecto a las preguntas, criticadas por varios sectores como "ambiguas" y "complicadas," el mandatario resumió, tras la difusión de su triunfo en las cinco, su interpretación sobre el mandato expresado en las urnas.
"El mandato del pueblo es un Estado fuerte, un Estado que recupera propiedad sobre sus recursos (energéticos), un Estado que cobra muchos más impuestos y regalías, un Estado que garantiza una empresa petrolera estatal con fuerza, con poder, con protagonismo, un Estado que se compromete a no malgastar el dinero recaudado de los recursos naturales, un Estado que tiene que vender el gas no solamente como materia prima, sino también como materia industrializada".
El mandatario ratificó su absoluto rechazo a una nacionalización de los hidrocarburos, que implique expropiaciones o confiscaciones, como exigen sectores opuestos a su convocatoria.
Mesa, indiscutiblemente fortalecido por el referendo, anunció que se asegurará para que el proyecto de la nueva Ley de Hidrocarburos "no se separe un milímetro de lo que representan las cinco preguntas".
El ministro de Gobierno (Interior), Alfonso Ferrufino, dijo el lunes que el gobierno presentaría el proyecto el 6 de agosto, es decir el día en que se instalará una nueva legislatura para un período ordinario de sesiones.
Consultado sobre la posibilidad de que los partidos políticos pretendan en Congreso "interpretar" el contenido de las preguntas, Mesa recordó categóricamente que el referendo se tradujo en "un voto vinculante obligatorio y de cumplimiento inexcusable".
"Esta es una decisión tomada por los bolivianos... yo voy a defenderla," agregó.
Líderes de los sectores sindicales y campesinos, que fracasaron en su intento de boicotear la consulta bajo amenaza de acciones violentas, desmerecieron el lunes la importancia del resultado.
Jaime Solares, máximo dirigente de la alicaída Centra Obrera Boliviana (COB), matriz sindical del país, insistió que persistirá la lucha contra "el gerente de las petroleras transnacionales," como describe al presidente Mesa.
"Este referéndum, en pocas horas, más va a ser el principio de la revolución", advirtió el controvertido líder, desconocido por su sindicato, el minero.
El dirigente campesino Felipe Quispe, cuya influencia en sectores indígenas de los indígenas del altiplano andino decayó notablemente antes y después de la consulta, dijo el lunes a emisoras radiales: "vamos a seguir peleando".
"Los hidrocarburos salen de la Pachamama (Madre Tierra, en lenguas aymara y quechua) y nosotros, los indígenas, tenemos que defender a esa nuestra Madre", agregó.
Mesa destacó al proclamar su victoria en el referendo que uno de los resultados claves de la consulta fue "el fracaso total de la violencia".
Pero el mandatario llamó a los dirigentes sindicales y de sectores sociales a "reformular nuestra relación" en busca de un diálogo constructivo.
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