Fuente: CNN en Español, Atlanta
EE.UU. - Experto pronostica activa temporada de huracanes en el Atlantico
lunes 2 de junio de 2003
Mike Brown, director de la Oficina de Atención de Emergencias informó sobre los preparativos para la temporada de huracanes.
30 de mayo, 2003
Actualizado: 3:30 PM hora de Nueva York (1930 GMT)
MIAMI (Reuters) -- La disipación del fenómeno de aguas tibias de El Niño en el océano Pacífico contribuirá este año a una temporada de huracanes en el Atlántico más activa que lo habitual, con ocho huracanes, dijo el viernes un destacado pronosticador.
El experto William Gray, de la Universidad Estatal de Colorado, dijo que la temporada, que comienza oficialmente el domingo, tendrá un total de 14 tormentas tropicales, de las cuales tres se convertirán en grandes huracanes, con vientos de por lo menos 179 kilómetros por hora.
La predicción duplica el número de huracanes en comparación con el año pasado, una temporada que tuvo doce tormentas con nombre pero sólo cuatro huracanes, de los cuales dos fueron grandes.
El pronóstico de Gray coincide con el del Centro Nacional de Huracanes, que el 19 de mayo predijo para este año de once a 15 tormentas tropicales, de las cuales entre seis y nueve serían huracanes, incluidos de dos a cuatro huracanes mayores.
Pronosticar huracanes es muy engañoso. En septiembre Gray tuvo que revisar su pronóstico a media temporada y lo bajó a ocho tormentas para toda la gestión, justo antes de un incremento dramático de la actividad que elevó el saldo final a 12 tormentas.
"La disipación de El Niño y la formación anticipada de La Niña en el Pacífico son factores que llevan a incrementar nuestro pronóstico en mayo", dijo Gray en una declaración escrita.
El Niño es un fenómeno de calentamiento periódico de las aguas del Pacífico en el área de la línea del Ecuador. Esto lleva vientos fuertes a las capas altas de la atmósfera que, al encontrarse con la parte más elevada de ciclones en formación en el Atlántico, facilitan su desarrollo.
El Niño tuvo que ver con la actividad de huracanes del año pasado en el Atlántico y ahora el equipo de pronósticos de Gray dice que espera que las condiciones de agua fría de La Niña se presenten en el Pacífico hacia mediados de agosto, cuando comienza la parte más activa de la temporada de huracanes.
Cuando se desarrollan, los sistemas climáticos circulares del trópico se transforman primero en tormentas tropicales que reciben nombres cuando sus vientos sostenidos máximos alcanzan los 63 kilómetros por hora. Cuando los vientos máximos llegan a los 119 kph, las tormentas se transforman en huracanes.
La temporada oficial de huracanes transcurre del 1 de junio al 30 de noviembre, pero este año tuvo un inicio anticipado en abril, cuando se formó la tormenta Ana, que se desvaneció en el Atlántico norte.
En promedio, cada temporada atlántica tiene 9,6 tormentas con nombres, 5,9 huracanes y 2,3 huracanes mayores.
Este año, dijo Gray, hay una probabilidad mayor que el promedio --69 por
ciento-- de que un gran huracán golpee a Estados Unidos.
Pronostico mejorado
Estados Unidos tendrá este año alertas de tormentas más anticipadas, lo que dará a los residentes más tiempo para prepararse cuando se aproximen las tormentas.
Mejores satélites y más sofisticados modelos de computación y estadísticos han aumentado la precisión de los pronósticos, permitiendo al Centro Nacional de Huracanes emitir pronósticos con cinco días de anticipación, un gran avance respecto a los pronósticos de tres días utilizados desde 1964.
"Realmente estamos mejorando lo más rápido posible", dijo el director del centro, Max Mayfield, en una conferencia de prensa reciente.
La precisión de los pronósticos es medida por el margen de error, que es la distancia entre la posición pronosticada del ojo de un huracán y su posición real.
En pruebas realizadas durante los dos últimos años, el margen de error de los pronósticos a cinco días de tormentas tropicales y huracanes del Atlántico fue de 594 kilómetros. En comparación, los pronósticos a tres días tuvieron un margen de error de 715 kilómetros en los dos primeros años de su aplicación, 1964 y 1965.
Eso significa que los expertos pueden pronosticar el trayecto de una tormenta cinco días antes de que ésta golpee una costa, con el mismo grado de precisión que en los pronósticos a tres días.
Por tanto, los residentes de las zonas costeras tienen dos días más para asegurar sus viviendas, acopiar provisiones y prepararse para lo peor.
El pronóstico más anticipado es una gran ayuda para entidades como la Marina, la agencia espacial NASA y las compañías petroleras que operan plataformas en el Golfo de México, que necesitan tiempo para poner a buen recaudo a barcos, cohetes y trabajadores.
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