Fuente: Fish Information Services, FIS
EE.UU. - Politica oceanica federal puede abrir camino a la acuicultura en plataformas de petroleo y gas
Robert Cox
martes 5 de abril de 2005
El cultivo de peces en las plataformas de petróleo y gas natural del golfo de México podría convertirse en realidad. Esto gracias al informe de la Comisión Estadounidense sobre Política Oceánica del año pasado, que promueve el avance de la acuicultura offshore compatible con el ecosistema, y a la prioridad que otorga el gobierno del presidente George Bush a la legislación de este tipo de actividad en el Plan de Acción Oceánica.
La maricultura en las enormes plataformas del golfo no es nueva para los biólogos marinos, y tampoco lo es para las compañías petroleras que emprenden actividades extracurriculares, informó Associated Press.
Pero la explotación comercial se ha visto demorada por la reticencia del Gobierno federal para promover la acuicultura en mar abierto, hasta ahora limitada a aguas de jurisdicción estatal. Sin embargo, la Casa Blanca anunció en diciembre que facilitaría el desarrollo de granjas acuícolas offshore mediante la resolución de "una confusa serie de obstáculos regulatorios y legales".
Los defensores del cultivo en aguas profundas sostienen que la maricultura podría ayudar reducir los USD 7.000 millones que los productos marinos aportan al déficit comercial de Estados Unidos, impulsando la producción y creando empleos que se perdieron con la reciente caída de la industria pesquera.
El coordinador de acuicultura de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), Michael Rubino, afirmó que la acuicultura "está aquí para quedarse", y dijo que es tiempo de que EEUU pase al frente. El golfo de México podría ser el lugar adecuado para comenzar, dado que la oposición al desarrollo acuícola offshore es menos fuerte en Louisiana y Texas que en Florida o California.
"El golfo tiene un potencial enorme", manifestó el especialista en acuicultura del Programa Texas Sea Grant, Granvil Treece.
Unas 3.500 plataformas de petróleo y gas fuera de servicio podrían utilizarse como bases, ya que tienen el tamaño suficiente para almacenar piensos para peces y tener el equipo necesario (grúas y cabrestantes) para operar los corrales de una granja acuícola. Asimismo, al darles a las plataformas un nuevo uso, las compañías petroleras ahorrarían unos USD 1,2 millones.
Se estima que el costo de desmantelar una plataforma es de unos USD 2 millones, y el programa "De plataformas a arrecifes", que apunta a convertir las plataformas en arrecifes artificiales, costaría alrededor de USD 800.000.
Con todo, es probable que los ambientalistas no apoyen la nueva legislación a favor del cultivo en mar abierto, pues temen que estas actividades conviertan a los océanos en sucios corrales de engorde, representen una amenaza aún mayor para las poblaciones silvestres, y supongan una asignación injusta de los recursos públicos para la acuicultura.
En este sentido, Treece asegura que la contaminación no sería un problema en las fuertes corrientes del golfo, que diluyen la mayor parte de los desechos.
"Descubrimos que los impactos ambientales son relativamente leves", dijo Rubino. "Se trata de un amplio litoral. No necesitamos tanto espacio."
Por Robert Cox
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