Fuente: Expansion y Empleo, Madrid

España - Acuicultor: Un experto en cultivar especies acuaticas

lunes 24 de enero de 2005

El acuicultor, licenciado en Biología, Veterinaria o Ciencias del Mar, es un especialista cuya labor consiste en controlar las condiciones de cultivo de especies acuáticas animales.

Ana Colmenarejo / Madrid. El cultivo de ostras en Galicia data de la época de los romanos, pero el verdadero boom de la acuicultura en España se produjo a mediados del siglo XX. Así lo explica Francisca Jiménez, profesora de Acuicultura en la facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de
Alicante: "Nuestros alumnos están familiarizados, sobre todo, con el cultivo de la dorada y la lubina, dos especies con una producción muy alta en el Mediterráneo". Jiménez afirma que la acuicultura ofrece muchas posibilidades de empleo: "La consultoría relacionada con el impacto de las jaulas de peces en mar abierto está en pleno auge, razón por la que dedicamos una parte de la asignatura a este área", afirma.

José Manuel Vergara es profesor del Máster de Acuicultura que se imparte en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, este año en su cuarta edición.

Vergara explica que la acuicultura es una actividad cuyo objetivo es equiparable al de la ganadería: "Producir alimentos para consumo humano en condiciones controladas. En las granjas se manipula el medio, se alimenta a los animales y se procura un ambiente donde las especies crezcan en el menor tiempo posible". Afirma que este máster lo cursan licenciados en Biología, Veterinaria o Ciencias del Mar que quieren especializarse: "El postgrado ofrece una visión más detallada para ejercer la profesión en una granja o para la investigación con el fin de mejorar la producción. De las tres promociones anteriores, todos los alumnos están trabajando".

El acuicultor es un profesional multidisciplinar, ya que debe conocer los aspectos básicos de tres disciplinas: biología, ingeniería y economía. "Debe controlar las enfermedades que sufren los peces, los tratamientos, cómo manejar su reproducción y saber cuáles son los nutritientes que debe proporcionarles. También, tener conocimientos de diseño e ingeniería sobre las instalaciones e infraestructuras, las bombas de agua o las jaulas en el mar", afirma Vergara.

Fuerte crecimiento

Desde 1970, el sector de la acuicultura ha experimentado un crecimiento anual del diez por ciento. Entre las causas, Vergara cita "la esquilmación que produce la pesca, el incremento de la población y el aumento del coste del petróleo, un problema para los barcos pesqueros". Los datos que cita Vergara hablan por sí solos: "En el 2000, la acuicultura produjo mundialmente cuarenta y seis millones de toneladas de peces; de la pesca tradicional se obtienen ochenta y seis millones de toneladas. En el mundo, uno de cada tres langostinos procede de granjas. En el Mediterráneo se fabrican veinte mil toneladas anuales de dorada y lubina; tres mil toneladas en Canarias. Y de las rías gallegas salen 250.000 toneladas de mejillones".

La empresa gallega Acuinuga, con sede en Padrón, La Coruña, se dedica a la provisión integral de servicios al productor de especies acuáticas y está especializada en dietas de preengorde. El director de la división de acuicultura de la firma, Luis Pérez, explica que "Acuinuga compra las semillas y lleva a cabo el preengorde, que dura entre tres y cuatro meses y consiste en llevar a los animales -doradas, lubinas, almejas, rodaballos,
ostras- desde la fase de semilla a juveniles. Después los vendemos a empresas de engorde, fase en la que se especializa el mercado español. Estas empresas alimentan con pienso -compuesto por harina y aceite de pescado, vitaminas y minerales- a los juveniles y los llevan a la talla comercial".

El impacto de las jaulas marinas en el mar

Según Francisca Jiménez, profesora de Acuicultura en la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Alicante, las jaulas marinas producen un impacto en el mar "relacionado con la aportación de materia orgánica que termina disuelta o en suspensión", afirma. "El Mediterráneo es pobre en nutrientes y esto provoca desequilibrios. Es un alimento para muchos organismos y puede generar el crecimiento de algas que asimilan esos nutrientes creando, por ejemplo, un recubrimiento excesivo que "mata la pradera", explica. "También se utilizan antibióticos" -continúa- "para evitar problemas de salud entre los animales hacinados. Los antibióticos se incorporan en el pienso y esto puede afectar a las poblaciones naturales".
Otro conflicto, como ya ha ocurrido en Noruega con los salmones, "es la pérdida de calidad genética cuando se produce el escape de uno de los individuos, que puede mezclarse con la población natural". Jiménez añade que diversos estudios demuestran que las jaulas pueden ser muy dañinas, por lo que se han desarrollado políticas protectoras, "como su alejamiento o la creación de zonas de hidrodinamismo para que se lave la materia orgánica".

Julio López: "Nuestro gran reto son los nuevos cultivos"

Julio López es propietario de la Granja Marina Playa de Vargas, en Las Palmas de Gran Canaria. Hasta la creación de su propia empresa, ha recorrido un largo camino. Se licenció en Ciencias del Mar en Las Palmas y durante los tres últimos cursos de la carrera hizo prácticas en una empresa de cultivo de langostinos en Ecuador. En 1990 realizó un Máster en Acuicultura en la Universidad de Sterling, Escocia. Trabajó durante un año en el Centro de Investigación Marina de Guayaquil, Ecuador y en 1991 viajó a Japón para hacer el doctorado en nutrición de especies. "Durante seis meses, estudié sólo japonés ya que tenía que presentar la tesis en este idioma". En mayo de
1995 regresó a España, donde trabajó como consultor para la optimización del cultivo larvario en una empresa cántabra.

Regresó a Escocia como responsable de investigación de peces marinos en un centro de investigación. Cuatro años después renunció al puesto y volvió a España para crear su propia empresa. "La universidad estaba saturada de científicos y técnicos y por ello decidí dar el paso y montar un granja marina". Se trata de una granja de jaulas flotantes situada en mar abierto, a seis kilómetros del muelle. "Son jaulas donde se realiza el preengorde y el engorde de doradas y lubinas para fines comerciales y, como experimento, tenemos pargos y corbinas", explica López.

La empresa cuenta con un equipo de cinco personas que salen todos los días en barco a mantener y alimentar los peces. Para López lo mejor de su profesión es "estar en contacto con la naturaleza, producir alimentos para un futuro en el que la pesca cada vez va a ser mas escasa, y solucionar retos tecnicos, como el cultivo de nuevas especies y mejoras técnicas".

Lo que menos, "los peligros inherentes a esta actividad, como estar expuesto a las fuerzas de la naturaleza, el sabotaje y el vandalismo".