
Fuente: La Voz de Galicia, Vigo
España - Bruselas intenta reventar el grupo de los Amigos de la Pesca
jueves 17 de octubre de 2002
-Fischler quiere premiar a Italia y Grecia para que apoyen su reforma pesquera -La entente de países del sur de Europa se reunirá en Salerno para renovar su maltrecha alianza
Cuando Portugal, España, Grecia, Italia, Francia e Irlanda constituyeron en abril el llamado grupo de los Amigos de la Pesca, un lobby formado por estos países para defender mejor sus «intereses comunes» en la reforma de la política común de pesca (PCP), un alto representante del Ministerio de Agricultura español decía con tono lacónico: «No sé por cuánto tiempo seremos capaces de mantener esta alianza».
Y aunque este concordato se ha mantenido infranqueable durante medio año, ahora comenzaron a aflorar las fisuras. ¿La razón?. Pues hay dos: las diferencias que subyacen entre estos seis países a la hora de priorizar sus objetivos y, sobre todo, la estrategia del divide y vencerás que están siguiendo desde Bruselas los servicios del comisario Franz Fischler. «La Comisión intenta dividir para reinar», declaró al diario Le Monde un miembro de la delegación francesa que el martes participó en el Consejo de Ministros celebrado en Luxemburgo.
Esta división se plasmaría en la nueva oferta hecha por Fischler para que su reforma pueda ganarse las simpatías de Italia y Grecia, socios sin los cuáles el grupo de Amigos de la Pesca perdería la capacidad de bloquear en el Consejo el proyecto de la PCP.
Ayudas a la flota
El comisario pareció identificar bien las debilidades de sus opositores al plantear que la flota artesanal pueda seguir beneficiándose de las ayudas comunitarias a partir del 2004. Hay que recordar que este tipo de barcos, de menos de 12 metros de eslora, representa el 80% de la flota pesquera de los países mediterráneos como Italia y Grecia, cifra que en España se rebajaría al 60% del total.
Bruselas espera que, con estas nuevas condiciones, Roma y Atenas acepten la reforma, ya que no les afectaría de forma tan grave. Pese a la amenaza de división, tanto España como Francia conservan su optimismo, pues creen que «no se va a romper el frente», como vaticinó el ministro galo de Pesca, Hervé Gaymard. En todo caso, la reunión que la entente del sur mantendrá mañana en la ciudad italiana de Salerno, próxima a Nápoles, será una buena oportunidad para recomponer un pacto cada vez más enfermo.
Pero aunque el lobby vuelva a recomponerse y los seis países sigan actuando de una forma concertada -que el entorno de Fischler no duda en calificar de «desafiante»-, a los Amigos de la Pesca le aguarda en noviembre una nueva prueba de fuego con las reuniones bilaterales que la presidencia danesa -muy escorada hacia las posiciones que defiende Bruselas- mantendrá con varios países por separado para ir «cerrando algunas cuestiones».
En lo a España respecta, en este baile de farsa poco más le queda que engancharse a la novia francesa, por muy fea que sea, y dar por buena la reforma pesquera que sea capaz de imponer París. Ahora bien, de principio Francia ya ha dado algunos desplantes, al manifestar que no apoyará propuestas defendidas por Madrid, como la revisión de los criterios para reparto de cuotas, para premiar más a regiones como Galicia, o la libertad de acceso en las bandas de 12 millas.
Domingos Sampedro (corresponsal | bruselas)