Fuente: La Voz de Galicia, Vigo

España - El cerco gallego enrola a peruanos para salvar la costera de la anchoa

miércoles 19 de mayo de 2004

Quince marineros del país andino llegan a Cambados para trabajar en el Cantábrico

Los armadores recurren cada vez más a los emigrantes para completar sus tripulaciones

(B. Costa | vilagarcía)
Los armadores gallegos no encuentran mano de obra y cada vez son más los que recurren a marineros emigrantes para completar sus tripulaciones. En puertos como Vigo y Burela ya hace tiempo que empezaron a contratar a sudamericanos y africanos para este fin. En otros puertos, como Cambados, constituye todavía una novedad.

Quince marineros peruanos llegaron este fin de semana a Arousa para enrolarse en cinco barcos con base en Cambados: Costa Cordal , Nolito Persebello, Moropa, Juana Elvira y Tres Costas . De éstos, cuatro participan ya en la costera del Cantábrico y tienen previsto incorporar a los nuevos trabajadores dentro de tres semanas, coincidiendo con uno de los viajes de descanso de la flota.

Con retraso

La previsión inicial era que los peruanos empezaran a trabajar ya en el mes de marzo, coincidiendo con el inicio de la campaña de la anchoa, pero los trámites burocráticos se retrasaron más de lo previsto. A ello hay que sumar la demora que supone la realización de los cursos de competencia marinera que ayer comenzaron en la cofradía pues, aunque todos son profesionales, precisan homologar sus titulaciones para trabajar en España.

Doblar los ingresos

Los quince marineros llegan a Galicia con un contrato de trabajo de nueve meses y con el deseo de quedarse indefinidamente. Todo va a depender de su rendimiento laboral y de la carga de trabajo en el sector. «A nosotros nos pasará como a todo el mundo, si no curreas , te despiden», señalaba ayer Grabriel Muñantes, uno de los marineros que participan en esta iniciativa.

Trabajarán a porcentaje -sus ganancias dependerán del volumen de capturas y ventas, como es habitual en el cerco- y sus expectativas pasan por doblar los ingresos que percibían en Perú por un trabajo similar: en torno a 900 dólares al mes (952 euros) en el mejor de los casos.? Los armadores le han adelantado el dinero para sufragar los gastos del viaje, estancia y manutención, entretanto no empiezan a trabajar, y, recién llegados, todas son buenas vibraciones. «Estamos muy contentos. Esto va a ser un ciento por ciento para bien».

Su objetivo final es afianzarse en su nuevo puesto de trabajo y traer a sus familias para España, donde aspiran a alcanzar mejor nivel de vida que en su país. Allá -pese a ser una potencia pesquera- hay poco trabajo y «un ministro de Pesca que nunca pisa el puerto», indicaba sarcásticamente uno de los veteranos. De modo que Grabriel y la mayoría de sus compañeros han decidido coger la maleta sólo con billete de ida. ¿Temor al racismo? «Yo en siete años que llevo trabajando con españoles nunca he visto racismo», explicaba Grabriel, que pasa por ser uno de los más experimentados en estas lides.

En el grupo hay marineros de 22 a 48 años, procedentes de las provincias marineras de Callao, Chiclayo y Arequipa, que están familiarizados con el sistema de trabajo y las especies propias del sector del cerco: anchoa y sardina.

Cambados es un mundo nuevo para ellos pero, según afirman, en el que se sienten como en casa. «De momento, sólo notamos la diferencia del horario», señalaban ayer.