
Fuente: La Voz de Galicia, Vigo
España - Los productores reclaman que la acuicultura sea actividad estrategica
lunes 28 de junio de 2004
Delegados de 30 países analizaron en Noruega el futuro y las expectativas de la cría de especies Pese a los avances conseguidos, España ha descendido hasta el puesto número
11 del ránking mundial
La confianza del consumidor
Agilizar los trámites burocráticos
(A. Prádanos | stavanger)
El pescado cultivado en granjas supone hoy un tercio del consumo mundial y para el 2025 rozará el 60%. Es la revolución azul , que crece sin cesar desde hace dos décadas a razón de un promedio anual del 11%. El reto para las grandes potencias de la acuicultura (Noruega, Chile y la UE) es convertirla en actividad no sólo rentable sino sostenible económica, social y medioambientalmente. Más de 400 delegados de casi una treintena de países debatieron esta semana en la localidad noruega de Stavanger las ventajas y riesgos del método de producción alimentaria de mayor expansión en todo el mundo.
Bajo el lema Haciendo de la moderna acuicultura la 'revolución azul'
sostenible , AquaVision 2004 reunió a productores, gobiernos, científicos y ecologistas para analizar el horizonte de un sector que sólo en España mueve al año más de 400 millones de euros, sumados los cultivos de especies piscícolas, moluscos y crustáceos. Pese a ello, ha ido perdiendo los primeros puestos que ocupó durante años en la clasificación mundial; en el
2003 se situó en el número 11 del ránking.
Un marco legal
Para los productores de cultivos marinos agrupados en Apromar el principal factor limitante en España es la inexistencia de un marco legal favorecedor.
Es necesario que se le dé consideración de actividad estratégica por su proyección de futuro, asegura Javier Ojeda, gerente de Apromar.
Ventajas como la extensión del litoral -8.000 kilometros- más las aguas territoriales, al ser la industria española una de las pocas que operan en aguas abiertas y, sobre todo, la existencia de un mercado interno envidiado internacionalmente, quedan neutralizadas por «la falta de certidumbres burocráticas y legales», denuncia.
Ojeda lamenta en este sentido la difícil interlocución con el Ministerio de Medio Ambiente -«nos preocupa más esa relación que con el Ministerio de Agricultura y Pesca», puntualiza-, la farragosa tramitación de licencias y permisos y las altas tasas que se les cobra por el uso del dominio público marítimo, más propias, subraya, de las actividades turísticas y de servicios que del sector primario, «que es lo que somos».