España - Stolt habilita en Ribeira la primera planta piloto de cría de lenguado

lunes 19 de septiembre de 2005

Hasta el momento, la compañía producía la especie en la planta de Camariñas

La firma se marca el reto de que la especie reporte el 30% de sus beneficios en el 2013

Un cultivo muy distinto al de Andalucía, líder en la producción La acuicultura española venderá su pescado con un sello de calidad

(Firma: Espe Abuín | Lugar: redacción)

«Que sea la primera planta de cría de lenguado del mundo es, por ahora, mucho decir». Pablo García, director general de la empresa Stolt Sea Farm, líder indiscutible en la producción de rodaballo, insiste en quitar importancia a lo que, a todas luces, se vislumbra como un logro de primer orden en el ámbito de la acuicultura, un avance que reforzará la posición de Galicia como potencia a nivel mundial en el sector. Cinco años después de haber iniciado las investigaciones con la especie, la compañía ha conseguido dar un paso adelante en un cultivo que todavía está en fase experimental y ha instalado una unidad piloto de engorde de lenguado en el complejo industrial que la empresa tiene en Couso (Ribeira).

Puede que por modestia o por simple precaución, Pablo García insiste en no magnificar un avance que es «una nimiedad» y asegura que ni siquiera se puede definir como planta a lo que, en realidad, «es un simple laboratorio, una extensión del departamento de I+D». Los conocimientos que actualmente se tienen sobre la especie no son suficientes como para arriesgar importantes sumas de capital y, por tanto, los ejemplares, con los que antes se experimentaba en Camariñas, disponen ahora de su propia tecnología en una de las naves anexas a la granja de rodaballo de Couso.

Pero pese a todas las precauciones de no lanzar las campanas al vuelo, lo cierto es que la propia multinacional con sede en Galicia tiene depositadas altas expectativas en el proyecto, hasta el punto de que se ha fijado como objetivo que, dentro de ocho años, la comercialización de lenguado de crianza reporte el 30% de los beneficios de la empresa, cuando hoy en día su aportación es «insignificante» en las ganancias de una compañía que en el año 2004 facturó 50 millones de euros.?