
Fuente: El Comercio Digital, Gijon
España - Un buen anho de sardina
lunes 8 de septiembre de 2003
La flota asturiana de cerco duplicó las capturas al subastar 1.531.868 kilos en los tres meses de verano, 784.524 más que el pasado año
REDACCIÓN/AVILÉS
BOCARTE
Balance negativo: si la sardina registra un balance positivo, al bocarte le sucede todo lo contrario. En lo que va de año, en la Lonja de Avilés, se subastaron 32 kilos en junio. En 2002 fueron 6.223; 140.660, en 2001 y 90.275, en 2000.
Incertidumbre: en la otoñada (octubre y primera quincena de noviembre) reposa la última oportunidad de los cerqueros para salvar dentro de lo posible una pesquería que se inicia con la primavera frente a la costa de Bretaña y que tras recorrer (en el sentido de las agujas del reloj) el golfo de Vizcaya y Cantábrico, se hunde en la profundidad atlántica a la altura de cabo Ortegal con los primeros fríos.
En la madrugada del lunes 14 de abril y tras cuatro meses de amarre, la flota asturiana de cerco volvía a la mar. Horas después rendía la primera marea de sardina: 17.800 kilos y que subastados en la Lonja de Avilés habían cotizado a 1,09 y 0,75 euros kilo.
Atrás quedaban ochenta y siete días de un paro forzado por los efectos del vertido del buque tanque 'Prestige', accidentado el 13 de noviembre de 2002 frente a la costa de Finisterre y que se fue a pique seis días después.
El fuel oil que salió de sus tanques arrasó el litoral gallego más próximo y los vientos del cuarto cuadrante se encargaron de esparcer su negro manto también al Este de la Estaca de Bares.
A primeros de diciembre se avistaron las primeras manchas en el Cantábrico occidental y el 14 la flota de cerco tuvo que amarrar. Con un aparejo de red de jareta de 480/500 metros de largo, 80 de alto, más un 'ojo' de malla de 14/20 milímetros, faenando de noche y madrugada, el riesgo de destrozarlo era más que seguro.
Con el arte largado, en la oscuridad es imposible detectar las manchas de fuel oil en la mar, hace muy vulnerable al galipote un aparejo cuyo valor ronda los seis millones de pesetas. De ahí la paralización de actividad.
La de cerco, flota integrada por doce buques (de los que once son de nueva construcción, y de los que uno tiene base en Luarca, dos en Lastres y nueve en Avilés y a los que hay que unir uno de pequeño porte de Gijón), fue la única de Asturias que se vio forzada al amarre.
La artesanal de pincho, malla fija y nasa; la de arrastre y la comunitaria de palangre y volanta (esta última que lo hace en aguas del Gran Sol y cantil de Francia) siguieron faenando con normalidad. De ahí que la fecha del 14 de abril marcaba un antes y un después para los cerqueros.
El año 2002 apuró actividad prácticamente hasta el final, ya que la última quincena de diciembre queda prácticamente en blanco para esta flota, anotando un total de capturas de 2.982.915,69 kilos y pagados a primera venta a una media de 0,60 euros el kilo.
De esa cifra, la Lonja de Avilés sumó 2.803.077,49 kilos y un precio medio de 0,61 euros. Volver a la mar tras casi noventa días de inactividad, con un litoral afectado por el galipote vertido y a la deriva, era un más que un razonado motivo de preocupación.
Lo mismo que la interrogante sobre posibles efectos sobre la pesquería de sardina y especies asociadas. Abril se completó con 98.403 kilos subastados y la expectativa del inicio de la costera de bocarte (ardora) en el golfo de Vizcaya. El lunes 21 de abril cuatro barcos -dos de Lastres y otros dos de
Avilés- ponían propa al Este. Días después lo hacía el resto menos uno. Mayo fue un ir en busca de los cardúmenes de bocarte hasta la desembocadura de los ríos atlánticos franceses. No hubo suerte.
El 'capotazo' fue general para la flota del Cantábrico y el regreso a los puertos base fue goteo escalonado para retomar la pesquerías de sardina en el litoral asturiano.Y hubo suerte.
Junio arrojó un balance de 642.544 kilos -el mejor mes de los últimos once años-; julio, 498.159 y agosto, 391.165. Los tres meses de verano, que además son los más importantes para esta pesquería, ya que la sardina está en el punto de sazón, completaron 1.531.868 kilos, que comparativamente al mismo período de 2002 supuso duplicar capturas. Concretamente, se pescaron
784.524 kilos más.
Dato que respecto a septiembre se mantiene dentro de los parámetros de un moderado optimismo, al cerrar la primera semana y respecto a la lonja de Avilés, con dos barcos menos porque armaron a bonito, con 204.100 kilos. A tres meses y medio para finalizar el ejercicio, la flota de cerco desembarcó
1.673.126 kilos. El año puede superar las capturas de 2002. Una pesquería que arma una renovada y moderna flota.
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