Fuente: La Voz de Galicia, Vigo

España - Una bandera de conveniencia puede conseguirse en un día por 750 euros

lunes 2 de diciembre de 2002

-Los pesqueros pueden usar estos pabellones si no infringen las leyes internacionales.
-En Internet hay portales que se ofrecen a gestionar la inscripción en un registro abierto por una comisión.

Actuación contra los países, no contra las embarcaciones Trámites en un máximo de 24 horas Facilidades de pago para la empresa Registro con un certificado de regalo

Adquirir una bandera de conveniencia para una embarcación, ya sea pesquera o mercante, es sorprendentemente fácil y barato. Y, además, legal. La irregularidad sólo surge cuando el propietario emplea el buque y su pabellón para infringir impunemente las normas internacionales sobre pesca y las disposiciones en materia de seguridad marítima y laboral, una salida que se dibuja cada vez más atractiva cuando en todos los caladeros se están recortando las posibilidades de captura de las especies más rentables.

Internet aún ha facilitado más las cosas a los armadores de pesqueros piratas. Por una comisión de 500 euros (83.193 pesetas), más el importe de los trámites burocráticos -que en Estados como las Bahamas pueden ser de 250 euros (41.597 pesetas)-, un grupo empresarial facilita al empresario una bandera de conveniencia de la que, dependiendo de la administración de la que se trate, podrá disponer en un plazo de sólo 24 horas.

Vínculos

Algunos países de conveniencia imponen requisitos como el que la casa armadora tenga presencia en el país y, así, además de registrarse como empresa y obtener el número de identificación fiscal, obligan a la compañía a tener una oficina abierta, con trabajadores, en el territorio. Es el caso de las Antillas Holandesas, que, por otra parte, concede al empresario una bonificación fiscal de hasta el 90%, lo que supone un ahorro del 10% con respecto al registro especial de Canarias.

Sin embargo, la mayoría de los Estados se limitan a reclamar el pago del impuesto de actividades económicas y un canon anual y, en casos como los de las Administraciones panameña o maltesa, ni siquiera piden impuestos sobre beneficios. Tampoco son demasiado escrupulosos a la hora de dar el visto bueno a un barco. Chipre, por ejemplo, acepta cualquier barco, independientemente de su edad, tonelaje, nacionalidad y tripulación.

Espe Abuín (redacción).