Fuente: La Voz de Galicia, Vigo

España - Una disputa por la conquista de mas millas de aguas exclusivas

martes 22 de noviembre de 2005

Chile, Canadá, Australia o Ecuador son países que pretenden ampliar su control marítimo y usan los apresamientos para disuadir a los pesqueros que faenan cerca de sus aguas soberanas

(Firma: L.C. Saavedra | Lugar: vigo)

Hace tan solo 30 años el mar era libre. Desde finales de la década de los cuarenta, España -Galicia, principalmente- se colocó como la primera potencia europea, tomando el relevo del Reino Unido. Y lo hizo gracias a una mezcla de aventura, epopeya y, sobre todo, mucha visión empresarial.

La flota y las compañías del sector crecieron y florecieron a una velocidad de vértigo. Pero en 1975, la creación de las ZEE (zonas económicas
exclusivas) hasta las 200 millas náuticas de la costa -coincidiendo con el abismo de la plataforma continental que descansa en el suelo oceánico, ya en mar abierto-, supuso un freno a las flotas más poderosas, como la gallega.
Las zonas costeras de los océanos pasaron a ser tuteladas por los países ribereños.

Reparto

Las diez primeras potencias pesqueras del mundo poseen el 50% de las ZEE del planeta. El reparto por continentes aprobado en los años ochenta quedó establecido de la siguiente manera: Asia (29%), África (26%), América del Norte, Central y Canadá (18%), Europa (10,5%), Oceanía (8,7%) y América del Sur (5,3%).? Galicia, según la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), podría ocupar hoy por hoy el puesto 30 en el ránking mundial de la pesca. Pero todo apunta a que bajará todavía más peldaños en la tabla global. Las nuevas amenazas para la expansión por el mundo de la flota gallega se extienden desde hace unos años a las costas de Perú, Ecuador y Chile, además de Australia, e incluso Francia con sus microarchipiélagos en el Pacífico sur, sin dejar de citar a Canadá y, ahora a Noruega, que ya escenificó con rusos y feroeses episodios como los que este fin de semana ha interpretado con gallegos.

Presión hasta el hastío

Todos estos Estados tienen en mente la posibilidad de extender sus aguas jurisdiccionales a 350 millas, lo que apartaría a muchas unidades gallegas de sus actuales caladeros. Aunque por el momento no gozan del amparo legal para sus objetivos, los países se defienden elevando la presión en un intento de hastiar a las flotas extranjeras para que se piensen dos veces pescar en sus aguas adyacentes. Es decir, usan el poder de la disuasión, aun cuando haya derechos de pesca y los tribunales reconozcan que los buques gallegos tienen derecho a faenar.

En la mayoría de los casos, la extensión soberanista a 350 millas es el trasfondo de todas estas situaciones. Cubrir una zona de subsuelo marino da oportunidades en muchos campos, de los que quizá el más llamativo sea la posibilidad de localizar yacimientos energéticos de gas o de petróleo.

Pero lo que podría constituir una extralimitación por parte de un Estado soberano se vuelve en contra de la víctima en cuanto se descubre que ésta no ha jugado limpio.