
Fuente: Xornal, Vigo
Espanha - La crisis pesquera mundial
José Manuel Pena
martes 24 de octubre de 2006
(lunes 23 de octubre de 2006) - "Demasiados pescadores para pocos peces" se a convertido en un cliché. Como muchos clichés, esta afirmación encierra algo de verdad, pero a la vez no tiene en cuenta un aspecto fundamental. No es sólo el número de pescadores lo que cuenta, sino también el tamaño de sus redes, el número de sus anzuelos, el tamaño de sus barcos, en resumen su capacidad para pescar.
La pesca ha sido desde siempre una tarea incierta y complicada, en la que se han enfrentado la capacidad y el saber de los pescadores a un mar de misterios insondables. El Worldwatch Institute es una organización de investigación medioambiental independiente y sin ánimo de lucro, con base en Washington, D.C. Su misión es la de fomentar una sociedad sostenible en la cual las necesidades humanas se satisfagan sin dañar el entorno natural o a las futuras generaciones. Para tal fin el Instituto lleva a cabo investigaciones sobre problemas de carácter mundial y hace llegar sus resultados a aquellas personas cuya responsabilidad es la toma de decisiones y, desde hace años, ha encendido la luz de alarma sobre la crisis mundial pesquera.
Con los pescadores de cualquier parte del mundo en continuo choque contra los límites del mar, la vieja trama de una comunidad sorteando las vicisitudes se pone en escena más frecuentemente hoy en día que antes. De todos modos, la mayor parte de la destrucción de las zonas de pesca y de los ecosistemas tiene sus raíces en una mala gestión del entorno marino, sobre todo la pesca abusiva, aunque también métodos de pesca destructivos, así como la contaminación y la destrucción del hábitat. Los analistas de la FAO descubrieron que se pescaba de forma abusiva en un tercio de las zonas pesqueras que revisaron y encontraron poblaciones completamente mermadas en todas las aguas costeras del mundo.
Todas las áreas pesqueras, sin embargo, pueden sufrir una pesca abusiva. Por ejemplo, en la caída de las pesquerías de bacalao y abadejo atlántico en las costas de Norteamérica, se especuló que las focas podrían estar comiéndose grandes cantidades de peces y que los cambios ambientales o enfermedades podrían estar reduciendo estas poblaciones. Pero aquí de nuevo la causa dominante resulta ser la pesca abusiva a largo plazo, que ha reducido el tamaño medio de los individuos de bacalao y abadejo capturados, así como su número global. Al eliminar tan gran número de estos predadores, los pescadores podrían haber causado una transformación a largo plazo en el ecosistema del Atlántico Norte.
Aunque la pesca abusiva es la mayor amenaza para las pesquerías en general, las prácticas de pesca despilfarradoras pueden también dañar profundamente a las zonas de pesca. Los pescadores que utilizan la modalidad de la pesca de arrastre, pueden capturar grandes cantidades de especies que no son utilizadas. Los peces desechados incluyen especies que otros pescadores querrían pero que non capaces de capturar.
En el altamente explotado Mar del Norte, los barcos de arrastre han alterado las poblaciones de peces al extraer grandes cantidades de peces adultos y descartar de 2 a 4 kilos de especies no deseadas por cada kilo de capturas para fines comerciales. Además de debilitar las poblaciones de especies comerciales, las intensas prácticas despilfarradoras pueden haber contribuido a la desaparición de marsopas y delfines del Mar del Norte al reducir su reserva alimenticia y al ahogarlos directamente en las redes. En la región alemana del Mar del Norte, los investigadores han descubierto que cada metro cuadrado del fondo marino es removido al menos una vez al año por los barcos de arrastre que utilizan redes de nylon que mantienen abiertas por medio de maderos y hundidas por medios de cadenas, matando erizos de mar, estrellas de mar, gusanos, crustáceos y moluscos, dañando seriamente el ecosistema.
A lo largo del mundo, la pesca ha tenido un efecto significativo en la vida animal. De acuerdo con los observadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU, antes de que las redes de deriva se prohibiesen, los pescadores atrapaban con este método unos 42 millones de aves marinas, mamíferos marinos y otras especies no deseadas en su búsqueda de atún y el calamar. Aunque las redes tienden a ser menos discriminatorias que los anzuelos, los pescadores también capturan tortugas y aves en los anzuelos con cebo lanzados por los barcos de pesca de palangre. Se calcula que los atuneros japoneses que operaban alrededor de la Antártida matan unos 44.000 albatros anualmente. Los pescadores de palangre españoles captura aproximadamente 20.000 tortugas marinas de gran tamaño anualmente, 4.000 de las cuales se cree que mueren después de ser devueltas al mar con el anzuelo todavía en la garganta.
La acción humana ya ha causado importantes pérdidas en determinadas zonas de pesca marina. Irónicamente, el problema fundamental al que se enfrentan los pescadores es su propia capacidad para capturar peces. El antropólogo James McGoodwin, de la Universidad de Colorado, señala que " de hecho, lo que es fascinante, y también trágico, en la industria pesquera es que participe tan activamente en su propia aniquilación".