Fuente: Fish Information Services, FIS

Mexico - Reducion de tarifas de energia y combustible aliviara los costos de los acuicultores

Patricia Diácono

lunes 16 de diciembre de 2002

El Gobierno ha dado un paso adelante para aliviar a los productores acuícolas al aprobar una ley que prevé una reducción de las tarifas y precios de la electricidad, el diesel y la gasolina para uso agropecuario.

La Ley de Energía para el Campo, que fue aprobada esta semana por la Cámara de Diputados, beneficia a la acuicultura y la pesca ribereña, entre otras actividades, y ayudará al sector a aumentar su competitividad.

Pero aun con estas ventajas, los costos de producción de la acuicultura continúan siendo muy altos. Los productores afirman que la exigencia de contar con asesores técnicos, que elevan los costos de inversión, sumado a las demoras en entregar los avíos, continúan siendo dos de los principales factores que hacen peligrar la acuicultura en México.

Por eso, los titulares de varios establecimientos acuícolas decidieron aunar esfuerzos y conformar una agrupación, con la que pretenden abaratar sus costos de producción. Uno de estos productores, Elpidio Manríquez Rodríguez, explicó a Tribuna que lo que buscan es tener suficiente autonomía y "eficientizar al máximo el manejo de los recursos, después de haber caído en una crisis seria económicamente hablando, debido a los problemas de mancha blanca". Explicó que esta situación generalizó la descapitalización entre los acuicultores del sur de Sonora.

El grupo ha reclamado a la Asesoría Acuícola Integral Atanasia-Melagos que les entregue la documentación que certifica dos años de asesoría, a fin de iniciar el nuevo proyecto y hacer los trámites necesarios para contar con los recursos crediticios para el próximo ciclo de producción.

En tanto, los productores esperan que con el repunte significativo en la cotización del camarón -que la mayoría de los acuicultores tiene almacenado-, puedan lograr un ingreso que les permita recuperar la solvencia económica y saldar los compromisos pendientes.

Por Patricia Diácono