Fuente: La Prensa, Ciudad de Panama
Panama - Cafe en vez de vino blanco para acompañar el pescado
viernes 13 de diciembre de 2002
Dominique Ageorges
De AFP
PARIS, Francia. -"¿Y con el rodaballo a la lima qué vino quieren beber? Vino no, más bien un Moca Sidamo de Etiopía".
Este diálogo puede parecer surrealista ahora, pero podrá oírse un día en los restaurantes en los que el café está limitado al papel de punto final de la comida, gracias a la acción de algunos aficionados que obran en favor de su rehabilitación en la mesa.
Estos militantes de la gastronomía cafetera lograron ya que en el Hotel Crillon de París se sirvan tres platos acompañados de café, entre los cuales hay una crema de vieiras con un Colombia Supremo.
El chef del Hotel Crillon de París, Dominique Bouchet, pone rápidamente empero los puntos sobre las íes: "La idea de esta acción no es en absoluto abandonar el vino. Queremos simplemente darle al café un lugar de honor, que no sea ya el pariente pobre de la gastronomía, que llega junto con la cuenta", explicó a la AFP Bouchet, que se muestra entusiasmado por sus recientes investigaciones culinarias respecto a la alianza entre manjares y café.
Los otros integrantes de esta aventura, que se inicia con la publicación en Francia de un libro común titulado Café, accords gourmands (Editorial Agnès Viénot), son el sumiller del Crillon David Biraud, dos "maestros de café", Vincent Pateux y Stéphane Sterne, y, sobre todo, Roseline Desgroux, ex urbanista apasionada del café, al que se dedica ahora enteramente.
Desde hace dos años, Desgroux propone a las empresas una nueva fórmula de encuentros de convivencia: la desgustación de grandes cafés y el descubrimiento de la cultura del café. Además, empezó a hacer en su casa combinaciones café-comida y sometió su idea a Dominique Bouchet, que creó las recetas.
"Yo quiero promover el arte de vivir en general y no sólo la gastronomía", explica Desgroux, mostrando una copa especialmente concebida para servir el café, como si fuese vino. "La vajilla es importante", agrega.
Roseline Desgroux tampoco quiere que se abandone el vino en la mesa, sino simplemente hacer que los consumidores comprendan que "detrás de un gran café, como detrás de un gran vino, hay una tierra, unos hombres, una historia".
"Nuestra acción se basa en el hedonismo", acota Stéphane Sterne, quien recuerda que "en varios países se bebe el café desde hace mucho tiempo en las comidas y en vasos". "Nosotros no hemos inventado nada", recalca.