Fuente: Gestion, Lima

Peru - ADEX responde a COMEX: Hay que respetal consenso logrado en proyecto de Ley de Puertos.

martes 24 de septiembre de 2002

El presidente de Adex, Alfonso Velásquez, solicitó que el Congreso de la República otorgue alta prioridad a la aprobación del anteproyecto de Ley Nacional de Puertos elaborado por la Comisión Multisectorial, pues ya han pasado más de 11 años sin que el Sistema Nacional Portuario tenga una ley que incentive su modernización y facilite el comercio exterior.

Comentó que ya es hora de que nuestros congresistas comiencen de una buena vez a trabajar con el anteproyecto de Ley Nacional de Puertos que fue entregado por el ministro de Transportes, Javier Reátegui, en Audiencia Pública organizada por la Comisión de Transportes del Congreso de la República, y se cumpla de tal manera con el mandato de la Ley 27396, ya que nuestros puertos y el comercio exterior la necesitan para aprovechar al máximo las oportunidades que se van a generar con el ATPDEA y el ALCA.

Críticas

Consultado sobre las críticas de ComexPerú y Arturo Woodman al anteproyecto de la Comisión Multisectorial, Velásquez señaló que las respeta pero no las comparte pues a su criterio éstas son extemporáneas y afectan el consenso que se logró en el seno de la Comisión Multisectorial.

Recientemente Arturo Woodman expresó su desacuerdo con el citado proyecto, en vista de que el mismo no es promotor de la inversión privada en la actividad portuaria. "En los puertos, lo que se quiere básicamente es eficiencia y que bajen los costos, para lo cual se requiere inversión, pero esta ley no promueve ni atrae la inversión", subrayó. Cuestionó además lo que consideró un incremento de la burocracia con esta norma, al disponer la creación de un directorio general en Lima, con once funcionarios, sumado a la formación en cada puerto, de entes con ocho directores más.

Asimismo Comex refirió que el referido proyecto es "una bomba a punto de estallar" en el comercio exterior. Agrega que el proyecto está lleno de contradicciones, duplicidad de esfuerzos y ambigüedades, desde el planteamiento de sus objetivos.

Velásquez resaltó que esta ley no debe ser vista como una Ley de Concesiones, sino como una Ley que sienta las bases para que el Sistema Nacional Portuario tenga reglas claras que motiven la inversión privada para modernizar nuestros puertos, y que a través de un profundo respeto por la transparencia, libre competencia y leal concurrencia se abaraten los costos portuarios, no sólo los que facturan los puertos, que de por sí son 40% más caros en contenedores y 60% más caros en carga suelta que los que se facturan en los puertos chilenos, sino los que genera el sistema que en total bordean entre los US$ 500 y US$ 600 dólares por contenedor.

"Queda claro que lo primero que hay que tener es una ley de puertos que reordene el sistema portuario y lo limpie de todas las ineficiencias, en especial las que genera el sector público, y a su vez defina las reglas básicas de interacción entre los usuarios de los puertos para que exista una sana competencia y con base en ésta se abaraten las tarifas públicas y privadas que genera el Sistema", señaló.

Experiencias

Sobre el tema de la inversión privada, manifestó que el anteproyecto está equipado con casi todas las modalidades posibles para que cuando se inicie la invitación a la inversión privada ésta se realice con la mayor transparencia posible y se logren los objetivos nacionales de mejoramiento de la calidad del servicio portuario, costos transparentes y competitivos y generación de fuentes de trabajo, además de ingresos para el erario nacional producto de las inversiones y un mayor comercio exterior.

Indicó que la ventaja del Perú en ser el último en el tema de la Ley de Puertos es que vamos a aprovechar otras experiencias de modernización portuaria que han permitido a los países desarrollados, por ejemplo, conseguir mejoras para sus pueblos.

Por ello comentó que el anteproyecto elaborado por la Comisión Multisectorial tuvo mucho cuidado en el articulado referente a los compromisos contractuales que el Estado, dueño de los puertos, puede celebrar con el sector privado, pues nuestra experiencia en este tema está plagada de aciertos y yerros, de tal manera que cuando éstos se realicen, sean lo suficientemente claros para que no se ponga ninguna mancha ni al Estado y sus funcionarios, ni a las empresas que se hagan de las concesiones.