
Fuente: El Comercio, Lima
Peru - Aire caliente del Atlántico y de Argentina causan fuertes lluvias
Martín Huancas Chinga
lunes 29 de enero de 2007
Los últimos eventos climáticos no solo sorprendieron a las autoridades y a los pobladores, sino también a los investigadores, que buscan ahora sus causas
Marcial Huallahuamán es uno de los hombres más tristes del mundo en este momento. El desastre ocurrido a principios de la semana pasada en San Ramón, Chanchamayo, le arrebató la vida de su esposa y sus tres hijas.
Si él quisiera buscar los orígenes de su desgracia por el camino de la ciencia no lo lograría; al menos no en este momento, pues las causas de las fuertes lluvias que ocasionaron los huaicos que destruyeron su familia aún no pueden ser catalogadas con exactitud por los especialistas.
Hoy por hoy, los científicos han logrado determinar una serie de condiciones que se han configurado para producir las lluvias y a partir de allí han nacido algunas hipótesis; pero, como dice el director de meteorología sinóptica del Senamhi, Jorge Chira La Rosa: "Las causas reales de los últimos eventos climáticos están aún por establecerse".
LAS HIPÓTESIS
Según científicos del Senamhi, las lluvias en la selva del país se debieron a tres factores: los vientos del Atlántico, el calentamiento del aire en la parte sur del continente y las condiciones especiales que este año presenta El Niño en nuestras costas.
De acuerdo con los especialistas del Senamhi, un sistema de alta presión en el Atlántico ha cambiado su configuración por lo que ha comenzado a influir directamente en la zona amazónica de Brasil y Perú. Este sistema de alta presión, formado por masas de aire caliente, se ha trasladado hacia nuestro territorio, especialmente sobre la selva.
Para el investigador Wilmer Pulache, especialista en climatología, la energía que generó este aire caliente sería la que se acumuló tras el irregular período de huracanes en el hemisferio norte.
Como nos lo recuerda el especialista, en la última temporada la presencia de ciclones fue irregular e incluso mucho menos numerosos que los del año 2005. "Toda esta energía debe haberse ido a algún lado, por lo que creemos que sea el motor de aquel sistema de alta presión del Atlántico", señala Pulache.
Además de este evento, se ha apreciado en los mapas hechos por satélite una masa de aire caliente que se formó desde el sur de Argentina y que se desplazó hacia el centro del continente hasta llegar a una zona atmosférica conocida como el alto de Bolivia, donde aquel aire se elevó y ganó velocidad, lo que provocó la formación de nubes de lluvia que luego golpearon nuestro país.
Estas dos causales unidas a otras pequeñas características de la región, pero sobre todo a un fenómeno de El Niño bastante particular, se juntaron para dar como resultados las lluvias que se produjeron en la selva de Junín, las cuales son consideradas muy fuertes por Chira La Rosa.
EL NIÑO MODOKI
La palabra Modoki, extraída del japonés antiguo y que significa "es parecido, pero diferente", ha sido rescatada por los investigadores japoneses desde hace un tiempo para denominar una nueva teoría que hace referencia a El Niño, pero que presenta características distintas a lo que hoy conocemos como el fenómeno tradicional.
Aunque se trata de una hipótesis, los estudiosos japoneses afirman que el Niño Modoki o seudoniño se produce cuando las aguas cálidas de Indonesia no llegan a las costas sudamericanas, sino que se concentran en el centro del Océano Pacífico, lo que produce condiciones especiales en este lado del mundo.
Los investigadores, a pesar de que reconocen que las características del llamado Niño Modoki se presentan en este momento, son muy cautos y no confirman que se trate de ese fenómeno. "Se tiene que terminar el período lluvioso para determinar si efectivamente se trata de aquel fenómeno".
DEFORESTACIÓN PELIGROSA
A pesar de que su labor es alertar sobre las alteraciones del clima, los investigadores del Senamhi insistieron en que las alertas que ellos lanzan deben ser complementadas con información de otros sectores a fin de que la población pueda tomar sus precauciones.
Por ejemplo, dijeron, nosotros dimos la alerta sobre lluvias en la selva central del país, pero lo que sucedió en San Ramón fue producto también de la deforestación.
Es por ello que El Comercio consultó con funcionarios de Inrena, quienes dieron a conocer un informe que identifica a la selva alta como la zona más deforestada del país debido a la agricultura practicada por migrantes de la sierra. Esta práctica involucra la tumba, roza y quema de bosques para la instalación de cultivos agrícolas por un período reducido, lo que termina por agotar la tierra, la deja inestable y propicia para huaicos.
El Inrena estima que en el país hay 7'388.002 hectáreas deforestadas, de las cuales el 82% se ubica en los departamentos de San Martín, Loreto, Ucayali, Huánuco, Junín, Cusco y Pasco. Un 50% de estas áreas deforestadas se encuentra habitada y de lo restante no hay información oficial de ocupación.
El Inrena ha recomendado aprobar el Plan Nacional de Reforestación, el cual servirá para impulsar esta actividad a través de planes regionales, programas y proyectos.
En tanto, el Inrena ha emprendido algunos proyectos para promover la reforestación, entre los que se encuentra el desarrollo de los bosques húmedos tropicales de la provincia de Bagua, Amazonas.
Se espera reforestar más de 900 hectáreas en las zonas altas e intermedias de la cuenca del río Utcubamba y sus afluentes.
Asimismo se prepara una estrategia para el manejo sostenible de los bosques secundarios de la selva central para limitar así el avance de la deforestación en esa zona.
Además, para reforzar la idea de que se puede explotar con responsabilidad las plantaciones forestales, se establece bosques con fines industriales en Cabana y Huandoval.
En el 2005 se estima que se reforestó más de 780 mil hectáreas del país. Sin embargo, según el informe del Inrena, aún falta desarrollar acciones más eficaces, como la identificación de las áreas idóneas para el aprovechamiento de los recursos forestales y aquellas en donde es posible realizar la reforestación.
También se debe establecer mecanismos que aseguren el respeto a las comunidades nativas, las unidades agropecuarias y las áreas naturales protegidas, entre otros.