Fuente: La Republica, Lima
Peru - Chile calcula costo de reforma pesquera
lunes 23 de septiembre de 2002
Por MARK MULLIGAN.-
En las aguas de los seis mil kilómetros de costas de Chile, unos 70 mil pescadores compiten por los despojos de la que otrora fuera una de las principales industrias exportadoras del país.
La explotación excesiva de los recursos marinos ha sacudido el sector, con una ley que enfrenta a las compañías de pesca industrial con los pescadores artesanales.
La fuerte inversión de los operadores industriales convirtió a Chile en el segundo exportador en importancia del mundo de harina de pescado, fabricada a partir de sardina, anchoa y macarela y que se emplea como fertilizante y alimento animal. El año pasado, Chile vendió US$ 254,6 millones en harina de pescado a Europa, Asia y EEUU, y la producción restante a la industria local de cría de salmón.
Los numerosos criaderos de salmón al sur de Chile ocupan el segundo lugar -detrás de los de Noruega- entre los productores de salmón fresco congelado y procesado, al sumar exportaciones equivalentes a US$ 730 millones el año pasado.
De hecho, la producción pesquera total de Chile tuvo un valor de US$ 2,000 millones en 2000; a principios de los años setenta prácticamente estaba en cero.
No obstante, todo este éxito no dejó de tener sus costos. Tras 20 años de inversión ilimitada en un sector en gran medida liberalizado, los gobiernos en los años noventa trataron de equilibrar las exigencias de la industria con la amenaza de la pesca excesiva.
El primer intento por salvar los peces en peligro y controlar la pesca entrañó la adopción de un sistema de cuotas por especie y limitó la pesca a las temporadas abiertas. La consecuencia fue una carrera loca de los operadores de flotas para apoderarse de las mayores porciones del arrastre construyendo embarcaciones mayores y más veloces.
Para complementar su producción y evadir una ley que excluía la pesca industrial de la zona que se extendía a ocho kilómetros de la costa, con frecuencia los grandes operadores subcontrataron a pescadores artesanos.
Seguidamente se produjo una ola de fusiones, estimulada por los desastrosos efectos del fenómeno climático de El Niño.
Desde mediados de noventa, la pesca chilena se redujo de 8 a 3 millones de toneladas, lo que refleja el descenso de las reservas de algunas especies, controles más severos y disminución de la flota industrial nacional de 700 a 300 embarcaciones.
Una legislación que se considera actualmente en el Congreso reemplazará el actual sistema de cuotas por otro en que las cuotas se distribuyen entre las empresas pesqueras y los artesanos en virtud de una compleja ecuación que se basa en el tamaño de la capacidad de extracción instalada y la pesca promedio durante los últimos tres años.
Sin embargo, los artesanos, que en Chile suman más de 40 mil, se sentían insatisfechos con sus cuotas en el antiguo sistema y están luchando por una participación mayor.
En tanto, Sonapesca, sociedad pesquera nacional, que representa a los grandes grupos industriales, está relativamente satisfecha con el nuevo proyecto de ley, pero acusa al Gobierno de alcahuetear a los pescadores tradicionales.