
Fuente: El Comercio, Lima
Peru - Flamencos: Una visita adelantada
Aunque fuera de época, una bandada de flamencos ha llegado a la bahía de Paracas
José Rosales Vargas
lunes 1 de diciembre de 2008
La bahía se ha vuelto a vestir de rojo y blanco desde hace algunos días tras la inusual llegada a las playas de la Reserva Nacional de Paracas (RNP) de un grupo de elegantes flamencos de patas y cuello largos que siguen motivando, como hace 188 años, la misma admiración de todo aquel visitante que tiene la suerte de avistarlos.
Esta bandada de hermosos flamencos ha hecho su primera parada en el sector de La Aguada, donde se han formado hasta dos nutridos grupos de unos 15 ejemplares cada uno, los cuales retozan en esta hermosa ensenada escarbando con sus singulares picos las orillas para extraer diminutos seres acuáticos (artemia salina) que son su alimento preferido. Por ellos cruzan los Andes desde lejanas y solitarias lagunas de nuestras serranías.
Junto a una diversidad de aves que también sobrevuelan estas playas los coloridos flamencos o parihuanas se alimentan de estos invertebrados y diminutos crustáceos sorprendentemente sin tragar una sola gota de agua, señala el jefe de la RNP, biólogo Óscar García Tello.
Esta especie, que pertenece a la 'Phoenicopterus chilensis', está entre las aves más longevas del mundo, pues puede vivir hasta ochenta años, asegura el especialista, quien refiere que el hábitat ideal de estos curiosos ejemplares son las gélidas lagunas andinas aunque también es posible observarlos en las playas de la reserva, que representan una parada importante en su ruta de migración regional.
"Es entre los meses de mayo y julio que alcanzan los picos más abundantes de población en las playas de la RNP. Se han contabilizado más de 500 flamencos solo en la playa La Aguada, donde los guardaparques encargados de su conservación realizan el seguimiento de las poblaciones de aves provistos de binoculares y contómetros con los que registran el desplazamiento y comportamiento de estos y otros ejemplares", señala.
Agrega que este trabajo permitió detectar en las dos últimas semanas de noviembre la presencia de un considerable número de flamencos en el sector de La Aguada y también en las playas Laguna Flamenco, La Bocana y La Poza, ubicadas en la zona de Laguna Grande a unos cincuenta kilómetros al sur de Paracas.
"En estas playas se observa una alta concentración de la artemia salina, que no solo motiva esta nueva presencia de flamencos en una época inusual del año, sino que ha llegado inclusive a teñir gran parte de la orilla del característico color rojizo", asegura.
Un equipo de El Comercio llegó a estas inhóspitas y lejanas playas y comprobó la presencia de hasta tres bandadas de flamencos de entre 15 y 18 ejemplares cada una y con una mayor presencia de juveniles que se alimentan ávidamente de estos microscópicos crustáceos que forman un denso manto rojizo en la orilla y sirven para saciar el apetito de las bellas aves.
LOS MOTIVOS DE LA VISITA
La intensa actividad minera que se registra en las zonas altoandinas, la contaminación y la paulatina desaparición de los bancos de sal serían algunos de los factores que causan este desplazamiento de flamencos en una época inusual a las costas, sobre todo de las especies juveniles que son más vulnerables a estos impactos.
En la década del 80 se registró una disminución de ejemplares debido a que los terroristas destruyeron parte de su hábitat en Parinacochas (Ayacucho).
Chile, Argentina e inclusive Bolivia han implantado rígidas medidas de protección de las tres especies de flamencos que les han permitido en los últimos 25 años incrementar considerablemente las poblaciones y en las tres naciones se han alcanzado 200 mil, 90 mil y 300 mil ejemplares, respectivamente, frente a las seis mil que, según se estima, habitan nuestro país.
MÁS DATOS
4Aunque los flamencos anidan entre los 3.000 y 4.000 metros sobre el nivel del mar, hay registros que confirman que algunos ejemplares han llegado a recorrer hasta 5.000 kilómetros en busca de alimento para ellos y sus crías.
4Otro motivo que obliga a migrar a estas bellas aves es la constante acción destructiva del hombre. Por ejemplo, hay muchas lagunas de las zonas altas del continente que han desaparecido o han sido contaminadas.