Fuente: Expreso, Lima

Peru - Harina de anchoveta versus pescado de consumo

sábado 8 de enero de 2005

En enero de 1970 fue creada Epsep (Empresa Pública de Servicios Pesqueros), diseñada por los ingenieros pesqueros Eduardo Pastor Rodríguez, Eduardo Loayza Salazar, Francisco Takahashi Takahashi y Fernando Martínez Rodríguez.

Decían estos jóvenes en el Anuario 1970-71 de mi revista PESCA, que pese al desarrollo de la industria de la harina de anchoveta, la explotación de los recursos hidrobiológicos había estado deficientemente orientada.

Mientras que casi todo el esfuerzo se concentraba en la transformación de la anchoveta en harina y aceite, la pesca para consumo humano ha permanecido estancada. La causa fundamental de esta situación ha sido la actitud inmediatista de la mayoría de empresarios que han preferido volcar sus esfuerzos de inversiones al rubro de más alto y rápido rendimiento con la menor inversión de tecnología y promoción. Apoyaba esta actitud la inercia de una serie de gobiernos carentes de la necesaria visión y sentido social.
Por lo tanto, nuestro desarrollo pesquero estuvo tendenciosamente limitado a un sector que si bien aumentó considerablemente el ingreso de divisas y generó un gran esfuerzo multiplicador a su alrededor, descuidó las necesidades nutricionales de nuestro propio pueblo y las posibilidades de otro tipo de exportación.

Esto permite establecer que esta deficiencia estructural se basa en un criterio más especulativo que empresarial: elevados márgenes de rápida utilidad a base de lo que podría llamarse irracionalidad social en el trato a recursos que pertenecen a toda la comunidad. Este punto de vista discrepa de las explicaciones tradicionales que solían darse a esta deficiencia:
escasez de demanda por hábitos de consumo desfavorables: inadecuada conformación de los mecanismos de comercialización; insuficientes equipos e infraestructura de desembarque, almacenaje, procesamiento y transporte; limitados conocimientos sobre los recursos y los mercados, entre otros.
Estas explicaciones, si bien se ajustan a hechos reales, son desvirtuadas si se olvida que son producto de un desinterés empresarial. En mi opinión, la Epsep que vi nacer fue un buen deseo por llenar el vacío que existía y que existe hoy en el suministro masivo de especies marinas populares a más del 50% de nuestra población desnutrida.

¿Qué debe hacer el ministro Alfonso Velásquez? Declarar de necesidad nacional la creación de la industria de alimentos del mar. Al mismo tiempo liberar de aranceles, etc., a las embarcaciones que pesquen en nuestras aguas territoriales y que tengan convenios con empresas nacionales.
Maquinarias, equipos, etc., necesarios para instalar la nueva industria deben ser liberados. La riqueza de nuestro mar avala una nueva y moderna industria alimenticia.

Alejandro Bermejo
INGENIERO PESQUERO,
UNIVERSIDAD DE WASHINGTON