
Fuente: El Comercio, Lima
Peru - Ictiocompost: Transforman visceras de pescado en nuevo abono
sábado 3 de enero de 2004
Con 160 toneladas de desperdicios se logró producir 80 toneladas del ictiocompost CHICLAYO La bióloga Lila Suárez Muguerza fue objeto de bromas pesadas cuando, apoyada por un grupo de tricicleros, empezó a juntar vísceras de pescado y otros desechos que los procesadores artesanales de la caleta Santa Rosa arrojaban al mar.
Alfredo Reluz Custodio -uno de los colaboradores de Suárez- fue testigo de los difíciles comienzos de este proyecto que se inició en octubre del 2001.
Hoy las condiciones han cambiado para la investigadora e incluso para aquel trabajador artesanal que se ha convertido en el triciclero más solicitado para transportar las vísceras desde el Centro de Procesamiento Pesquero Artesanal (Ceppar) hasta las dos pozas de reciclamiento con capacidad para 300 cúbicos de desperdicios cada una.
En este lugar ubicado en predios de la comunidad campesina de Santa Rosa, Alfredo Reluz y otros colegas -a cambio de tres soles por viaje- acopian las vísceras que luego de tres meses de maduración se transforman en abono bautizado como ictiocompost.
A la fecha, se ha logrado reciclar 160 toneladas de residuos sólidos de la actividad pesquera en la caleta lambayecana, con las cuales se produjo 80 toneladas de bioabono.
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Uno de los insumos empleados en la elaboración del ictiocompost es la pajilla de arroz y aserrín, con los que se obtiene la fuente de carbono que permite una óptima actividad microbiana para la degradación de los residuos.
Las vísceras permanecen durante tres meses en las pozas composteras especial y hay una contribución del fuerte calor de la zona. En todo el proceso se controla la temperatura y humedad a fin de conocer qué cantidad de agua se aplicará para lograr un buen producto.