
Fuente: La Republica, Lima
Perú - Llega la chita de laboratorio
lunes 31 de marzo de 2014
Domingo, 30 de marzo de 2014 | 4:30 am
Las chitas adultas llegan a medir hasta 40 centímetros y pesar de 1,5 a dos kilos.
Dentro de poco, los acuicultores podrán producir la sabrosa "chita" en piscigranjas. Un proyecto del Instituto del Mar del Perú (Imarpe) ha logrado que esta especie marina se reproduzca por primera vez en cautiverio.
Las chitas del laboratorio de cultivo de peces de Imarpe nadan tranquilamente en los tanques donde las mantienen los investigadores, pero reaccionan rápidamente cada vez que alguien se asoma. A la bióloga Noemí Cota le ha pasado varias veces que los ejemplares le han salpicado agua cuando hacen sus inesperados movimientos. Y no se mueven para huir sino para acercarse. "Creen que les vamos a dar de comer", dice. Eso indica que se han adecuado a las condiciones en que viven.
Estos ejemplares que ahora vemos en varias pozas del lugar son los reproductores. Fueron capturados en el mar de Pisco y Callao en enero de 2013. Están clasificados por tamaño: hay grandes, medianos y chicos. No están juntos porque los mayores dejarían sin alimento a los más pequeños. Diariamente, al mediodía, son alimentados con trozos de anchoveta y otra comida especialmente preparada. Después los dejan solos para que no se estresen por la presencia humana.
El equipo de especialistas que Noemí integra junto con otros cuatro profesionales ha logrado por primera vez que estos ejemplares de chita (anisotremus escapularis) se reproduzcan en cautiverio. "Un gran logro científico para la acuicultura mundial", señala Imarpe. Quiere decir que dentro de poco esta especie endémica del mar de Perú y Chile, apreciada por su carne blanca y gran sabor, podrá ser producida en piscigranjas.
Chita reproductora
A la zona donde se mantiene a las chitas usadas en el proyecto sólo ingresa personal autorizado. Los visitantes tienen que limpiar las plantas de sus zapatos en un recipiente con agua antes de poder hacerlo. Una vez dentro se puede ver una decena de enormes tanques tapados con una gruesa cubierta negra: en cuatro de ellos están los ejemplares de chita. De ellos se logró el primer desove en laboratorio.
Las condiciones de las chitas reproductoras están controladas todo el tiempo. Desde que se les capturó en 2013 se probó distintos métodos para su acondicionamiento en un medio que no es el suyo. Todas pasaron un periodo de cuarentena y después se les trasladó a los tanques donde hoy viven. Allí se ha logrado dotarlos de la temperatura y la luz adecuada para su maduración y desove. Además, varios tubos conectados hacen recircular el agua y les dan el oxígeno que necesitan.
"A los ejemplares capturados les hicimos pruebas durante casi un año hasta que comprobamos que ya estaban maduros, es decir ya producían el esperma o los huevecillos para lograr la reproducción. Eso indica también su adecuación al laboratorio", explica Noemí Cota, miembro del equipo. Ese primer desove, es decir la reproducción en condiciones controladas, se logró a comienzos de marzo de este año. A partir de ahora el seguimiento a esos ejemplares en crecimiento –hoy son larvas de apenas 10 milímetros– será clave para obtener la más completa información sobre la chita.
Esta primera producción de "chitas bebé" –por decirlo de alguna manera– es mantenida en tres pozas en otro ambiente. Allí se pueden ver, flotando en el agua, miles de pequeñísimas larvas. Sólo se puede apreciar su forma de pez cuando se les pone bajo el microscopio. Su imagen aparece ampliada en la pantalla de una computadora, donde queda registrada con su edad y tamaño.
Hasta el momento no se sabía nada, no había estudios de este especie marina: por ejemplo, cuánto tiempo tarda en alcanzar un tamaño adulto y el peso adecuado para aprovechar mejor sus posibilidades comerciales; o las condiciones en que debe ser mantenida en las piscigranjas; o cómo se les puede alimentar en cautiverio. Todos esos enigmas van a ser respondidos con el seguimiento que se le hace a las reproductoras y a las que nacieron a comienzos de mes.
Con este proyecto –financiado por el Ministerio de la Producción– se sabrá por ejemplo si, como pasa con el lenguado, la chita demora poco más de un año en lograr su adultez. (A propósito del lenguado, hace diez años Imarpe empezó la investigación sobre su reproducción, sistematizó el conocimiento experimental y hoy ya hay empresas –existe una en Huarmey– que lo produce en granjas acuícolas). Ese es el camino que podría seguir la chita.
¿Por qué se ha escogido a la chita para este proyecto? Porque se trata de una especie marina cuya presencia en el mar peruano ha descendido en los últimos años. Y además su carne, blanca y sabrosa, es apreciada por los consumidores y solicitada en los restaurantes en presentaciones como la famosa chita al ajo o a la plancha, donde la sirven entera. Después de estudiar el lenguado y la chita, en Imarpe continuarán estudios de reproducción en laboratorio con la cabrilla, otro pez de los considerados "muy buenos" para la cocina nacional.
"Se ha escogido esas especies marinas porque tienen gran valor comercial y –considerando los costos de su producción acuícola– tienen que ser rentables para el productor. Estas especies lo son", dice la bióloga Noemí. Además considera que todas las investigaciones en curso son valiosas porque servirán más adelante para que otras especies nativas puedan ser desarrolladas y explotadas por la acuicultura.
Cultivar peces
Hace unos días tuvimos frente a nosotros una chita al ajo recién preparada. Su carne es suave y deliciosa después de ser frita sólo con sal. Siempre mantiene sus jugos y su sabor. En unos años ese quizá sea el destino más requerido para las chitas que se produzcan en piscigranjas: atender la gran demanda gastronómica.
El contralmirante (r) Germán Vásquez-Solís, presidente del consejo directivo del Imarpe, lo explica mientras recorre los laboratorios: "El mar peruano está sometido a una pesca intensa y ya no da para más. Con esa visión, creemos que la acuicultura es como cuando en la tierra se pasó de la cacería a la ganadería. Estos estudios buscan generar las bases científicas para que en el futuro se hagan granjas para la crianza de peces". Con los conocimientos adquiridos, Imarpe generará un paquete tecnológico que más adelante pondrá a disposición de los interesados.
La Sociedad Nacional de Pesquería señala que la acuicultura representa una gran oportunidad para la inversión privada o de los pescadores artesanales. El Perú está a la saga en este rubro respecto de Chile y Ecuador: la acuicultura nacional produce 90 mil toneladas, mientras que Ecuador produce tres veces más y Chile siete veces más. La SNI considera que se puede crecer en la producción de los llamados peces blancos como son –justamente– la chita, el lenguado, el perico o la corvina.
Hoy un kilo de chita fresca cuesta entre 25 y 30 soles, una chita al ajo en un restaurant puede costar 50 soles y el kilo de filete puede doblar ese precio. La chita es una de las seis especies marinas que más extraen los pescadores artesanales y constituye alrededor del 9% de la pesca total artesanal. Su presencia va desde Manta en Ecuador, hasta Antofagasta en Chile.
El cultivo de peces en laboratorio y después en piscigranjas recién está empezando. Hoy las chitas que sirven para este experimento son parte de un proyecto pionero. Mientras las observamos en su tanque, algunas de ellas nadan rápidamente hacia arriba y hasta sacan parte del lomo por sobre la superficie del agua, como si trataran de mirarnos. Pero cuando la cámara de la fotógrafa se acerca para hacer unas tomas lanzan un coletazo y se alejan, salpicando el agua fuera de la poza.