
Fuente: El Nuevo Herald, Miami
Peru - Noruegos repetirán famosa expedición Kon-Tiki
RICK VECCHIO, Associated Press
viernes 21 de abril de 2006
LIMA - Casi seis décadas después de la hazaña de Thor Heyerdahl, quien cruzó el Océano Pacífico a bordo de la balsa Kon-Tiki, miembros de un equipo noruego se encuentran en Perú dando los toques finales a una nueva embarcación con la que piensan repetir la épica jornada.
"Pienso que estamos mentalmente preparados y estamos realmente muy ansiosos por poner esta balsa en el mar", dijo Olav Heyerdahl, de 28 años, nieto del explorador y uno de los seis miembros de la tripulación.
Detrás de él en un dique seco de la resguardada base naval del puerto de El Callao, vecino a Lima, se alza imponente la balsa Tangaroa --nombre del dios polinésico del mar--, cuya partida está programada para el próximo 28 de abril.
La expedición fijada inicialmente para el año pasado, fue postergada luego que los auspiciadores destinaron parte de los recursos a las víctimas del tsunami de diciembre del 2004, que mató a miles en el sudeste asiático.
En 1947, Heyerdahl y su equipo navegaron en la primitiva balsa por 8.000 kilómetros desde Perú hasta la Polinesia en 101 días para comprobar la teoría de Heyerdahl de que las islas del Pacífico Sur fueron pobladas por antiguos marineros provenientes de Sudamérica, y no del sudeste de Asia, como señalan las teorías vigentes.
El hijo de Heyerdahl, el biólogo marino y estudioso de oceanografía, Thor Heyerdahl Jr, arribó a Lima el martes para ver casi terminado el velero.
"Estoy muy identificado con mi hijo", dijo. "Estoy muy feliz por él por tener esta oportunidad".
El patriarca Heyerdahl, quien murió a la edad de 87 años en el 2002, documentó su viaje en el best-seller "Kon-Tiki" y en un filme documental que ganó el Oscar.
El velero de 17 metros es más grande que el original Kon-Tiki, con ocho vigas transversales atadas a once troncos de balsa de Ecuador, revestidas por una cubierta de bambú. En lo alto de una cabina de madera, la tripulación empotró una terraza de paja de junco, como la que utilizan los indígenas aymaras.
A diferencia del Kon-Tiki, que llevaba sólo el equipo más básico aún para los estándares de 1947, el Tangaroa tendrá abundante tecnología moderna incluyendo paneles solares generadores de energía fijados al techo de la cabina.
"Los paneles solares nos darán aproximadamente 600 watts ... suficiente para las cámaras y el agua caliente, etc", dijo el líder del equipo, Torgeir Saeverud Higraff, de 33 años, profesor y escritor en el museo Kon-Tiki en Oslo, Noruega.
El Heyerdahl más joven --un carpintero, ingeniero constructor y buzo-- trabajó con un soldador peruano para sujetar una base de acero inoxidable para una antena satelital colocada en la popa de la nave.
El aparato permitirá a la tripulación la navegación satelital y mantener la comunicación durante el viaje, dijo el fotógrafo sueco y realizador fílmico, Anders Berg, de 42 años, quien documentará la jornada.
"Hemos visto este proyecto crecer desde sólo una idea, un sueño, y de repente estás a sólo 10 días de estar en la balsa en el mar", dijo Berg. "Es como una gestación, yo diría".
El Kon-Tiki original, equipado con una rústica vela, estuvo netamente a merced de las corrientes marinas y de las brisas ya que no era posible navegar en contra de los vientos. El viaje terminó con la balsa estrellada en un arrecife del Archipiélago de Tuamotu cerca de Tahití debido a que la tripulación no pudo cambiar el curso.
Una gran vela de algodón tejido peruano será colocada en el Tangaroa este semana.
Higraff dijo que ese tipo de vela era algo común en la historia del Perú prehistórico y mucho mejores de lo que Thor Heyerdahl pudo imaginar en 1947.
Cronistas españoles escribieron hace siglos acerca de señores incas que navegaron el Pacífico en grandes veleros casi 70 años antes que los conquistadores llegaran a Perú en 1532, dijo.
"Por ejemplo, Túpac Yupanqui, quizás fue el primer inca en explorar el gran y vasto océano", dijo Higraff.
Señaló que los cambios ambientales han sido uno de los mayores desafíos en recrear la expedición, un proyecto de 800.000 dólares (650.000 euros) apoyado por el ministerio de Ambiente de Noruega, la empresa privada y Larvik, pueblo natal de Heyerdahl.
En las seis décadas que han pasado desde la expedición original, el río Quevedo que Heyerdahl usó para transportar los troncos para construir la balsa, al puerto ecuatoriano de Guayaquil y luego a Lima, se ha secado en algunas partes donde apenas es una riachuelo.
"Usamos la misma ruta porque queríamos también mostrar la diferencia entre 1947 y 2006", dijo Higraff, quien atribuyó el cambio a la deforestación.
"Tuvimos que llamar a la guardia costera ecuatoriana, para lograr hacer los dos últimos kilómetros, pero lo hicimos".
El equipo también incluye a los noruegos Bjarne Krekvik, de 54 años, el capitán, y su segundo a cargo, Oyvin Lauten, de 55, y el ex marino peruano Roberto Sala, de 43.