
Fuente: El Comercio, Lima
Peru - Rescatan de casualidad a seis pescadores naufragos
martes 13 de agosto de 2002
Chiclayo. El BAP Río Huarmey buscaba anteayer a la nave Orlando José I, que se perdió frente a las costas de Trujillo, cuando encontró por casualidad a Guíame mi Valentina, una embarcación artesanal que no tenía ni matrícula ni permiso de zarpe. A esta última le falló el motor el 9 de agosto a las 8 de la mañana y se quedó al garete cuando se encontraba a más de 150 millas de la costa de Paita, de donde había zarpado.
A pesar de ello, sus seis ocupantes no se amilanaron. Por el contrario, con un poco de ingenio, optaron por utilizar los vientos marinos para impulsar las velas de la nave. José Cherres Álvarez (17), Jimmy García Santos (20) y su hermano José (16), así como Manuel Farías Ramos (24), Lupe Marquina Ulloa
(48) y Roberto Guerrero Córdova (16) eran los hombres a merced del mar.
Al día siguiente su lancha quedó a la deriva. El motor sufrió una rotura del monoblock y se quedó sin propulsión. En ese momento los pescadores pensaron en lo peor, pues navegaban sin rumbo. Uno de ellos, Jimmy García Santos, trató de animar a sus compañeros contándoles con detalles sobre aquella vez -hace tres años- en que superó con éxito un naufragio similar.
Sin embargo, a quien no pudo convencer fue a Roberto, el adolescente de Chulucanas (Piura) que, según nos contó, vive con su tía en Paita y sus padres ignoran que desde hace dos años va al mar en busca de peces. Me había preparado para afrontar los peores momentos en alta mar. Durante estos días no dormí pensando que en cualquier instante tocaríamos tierra, narró todavía asustado.
Aquel 8 de agosto habían echado sus redes durante todo el día en busca de tollo, pero al percatarse de la emergencia levantaron las velas con la intención de llegar hasta las costas de Bayóvar y luego al punto de partida.
Esto les dio resultados favorables, aunque para algunos la situación era impredecible. Afortunadamente, tenían suficientes víveres y agua con los que pudieron alimentarse durante los dos días en que la nave de siete toneladas de capacidad permaneció a la deriva. Estaban agotados y con pocas esperanzas cuando notaron la presencia de los guardacostas. ¡Estamos salvados!, fue el primer grito de Roberto mientras no dejaba de abrazar a sus compañeros.
Sus súplicas y oraciones habían sido escuchadas. El BAP Río Huarmey los encontró casualmente cuando buscaba a otra embarcación. Guíame mi Valentina fue hallada frente al puerto de Malabrigo y luego fue remolcada hasta el muelle de Pimentel, donde llegó ayer a las dos de la tarde.
Lo ocurrido me ha hecho madurar, nos confesó Roberto.