Fuente: La Republica, Lima

Perú - Un paraíso marino entre Piura y Tumbes

lunes 13 de junio de 2016

Un paraíso marino entre Piura y Tumbes

Isla Foca, El Ñuro, arrecifes de Punta Sal y el Banco de Máncora se proyectan como la primera zona de conservación del mar cálido peruano. Allí se refugia el 70% de nuestra biodiversidad marina y se almacena la más grande despensa de la pesca nacional.

Adriana Mayo

El cristalino mar que baña las costas de Piura y Tumbes esconde el mayor tesoro del litoral peruano. Sus grandes masas de agua salada refugian al 70% de toda nuestra biodiversidad marina.

Mamíferos, aves, reptiles, peces y una infinidad de invertebrados acuáticos, junto a algas y corales multicolores –todos únicos en su especie– conviven armoniosamente en la lsla Foca, El Ñuro, los Arrecifes de Punta Sal y el Banco de Máncora.

Cuatro puntos prioritarios de más de 116 mil hectáreas de extensión que almacenan la mayor despensa de la pesca nacional y la principal fuente de ingresos económicos de más de 12 mil hombres que a diario se internan en la inmensidad del Pacífico con sus pequeñas embarcaciones de madera. Así extraen los recursos de manera artesanal.

Conozca de cerca el paraíso marino que aspira a convertirse en la primera reserva nacional del mar cálido peruano y en el principal modelo de concertación de las actividades económicas, sociales y ambientales.

Isla de los secretos
Son 19 kilómetros de trocha los que separan a la caleta La Islilla de la capital del distrito de Paita. Este pequeño espacio pesquero, ubicado a hora y cuarenta minutos del aeropuerto de Piura guarda frente a su costa una isla misteriosa, llena de secretos hidrobiológicos, conocida como Isla Foca.

Es esta superficie, de mil 500 metros de longitud, partida de manera irregular por un istmo, el punto de partida del área de la conservación que se proyecta en el norte del país, bajo el nombre de Zona Reservada Mar Pacífico Tropical Peruano.

Sobre su rocosa extensión, levantada a un kilómetro de tierra firme, se da la convergencia de dos corrientes marinas: la de Humboldt (de aguas frías) y la Tropical Ecuatorial (de aguas calientes), situación que la convierte en el único espacio terrestre nacional donde conviven animales propios de ambos ecosistemas.

Y donde además se aprecia a la única población de lobos finos de la zona de Galápagos, mamíferos de origen ecuatoriano que los primeros pobladores de La Islilla confundieron con focas. Allí la razón del porqué del nombre de la isla.

Pero su riqueza no se reduce a esta especie. Basta acercarse alrededor de 15 minutos en bote para apreciar de cerca a las miles de aves que se posan sobre sus puntas más altas. Pelícanos, gaviotas, piqueros de pata azul, chuitas, cormoranes y pingüinos de Humboldt han convertido el lugar en su hábitat por excelencia.

Esta confluencia de dos corrientes genera en la isla una paradisiaca playa de arena blanca donde turistas llegan a encontrar paz por horas, días y a veces semanas.

Es también este espacio el hogar de la cachema, cabrilla, mero murique, calamar, pez cirujano, entre otras especies de interés comercial, que podrían desaparecer en los siguientes años si es que la pesca ilegal, el boliche y arrastre siguen tendiendo sus redes en las primeras cinco millas, pese a que la Ley General de Pesca prohíbe esta actividad.

Esta es la principal razón por la que el proyecto de conservación toma cuerpo en este espacio, así como en los otros tres puntos prioritarios.

El refugio de tortugas
A dos horas al norte de La Islilla se llega a la caleta El Ñuro, en el distrito de Los Órganos, provincia piurana de Talara.

Aquí los pescadores descubrieron hace unos cuatro años que los restos de carnada que arrojaban al mar tras sus faenas pesqueras habían atraído a más de una tortuga marina.

Poco a poco el desembarcadero pesquero se convirtió en la primera zona de alimentación y en el refugio de las tortugas verdes y de las poco comunes tortugas carey.

Su llegada no solo causó asombro en los 350 pescadores de El Ñuro sino también sorprendió a los turistas que en aquella época acudían al lugar para tomar sol en sus playas de arena clara. Poco a poco este espacio se ha convertido en el principal lugar de contacto humano con la naturaleza marina, así como en un espacio privilegiado para ver ballenas jorobadas.

Y es que frente a su litoral estas especies consideradas como vulnerables se cortejan, aparean, reproducen y dan de lactar a sus crías, entre los meses de julio y setiembre.

Ya en Tumbes, el mar se torna cálido del todo debido a su cercanía a la línea Ecuatorial. Las aguas tropicales que bañan las costas del distrito de Canoas de Punta Sal albergan formaciones de arrecifes rocosos, una especie de ciudades submarinas que resguardan a especies como los ostiones o mullu. Mientras que sobre su fondo arenoso se registra la mayor población nacional de caballitos de mar.

A este espacio se suma la montaña submarina del Banco de Máncora, ubicado en el distrito de Zarumilla. Su ubicación y corta distancia del nivel del mar favorece el afloramiento de nutrientes, base sustancial del desarrollo de toda la riqueza pesquera local.

Más allá de los recursos
La creación de la Zona Reservada Mar Pacífico Tropical no solo cuidará las riquezas que habitan en los cuatro sectores prioritarios de Piura y Tumbes. También contribuirá a gestionar un adecuado espacio de desarrollo social y económico a beneficio de los hombres de mar.

"Esta zona mejorará el control de la pesca. Actualmente no todos los artesanales están formalizados. En Piura, la informalidad abarca al 60% de ellos; sin embargo, ejercen la actividad desde hace muchos años, tal como lo hicieron sus antepasados", señaló Mónica Alzamora Torres, coordinadora del Programa Marino Costero de la ONG Naturaleza y Cultura Internacional (NCI).
Pero no conservar sería un crimen, advierte el especialista de la Universidad Nacional Agraria de La Molina, Jaime Mendo Aguilar, ya que según refiere "la biodiversidad es un tema genético que se construye en miles de años". Perder un gen o una especie desequilibraría el ecosistema y traería consecuencias negativas. Protegerlo depende del Ejecutivo que tiene la última palabra.

Buen ejemplo
Ejemplos de conservación marina lo dan países como Australia, donde gran parte de su mar se encuentra protegido. Allí tanto pescadores como el gobierno se encargan de cuidar las áreas marinas y el turismo se ha convertido en el principal foco de desarrollo.