Fuente: El Diario, Manta

Ecuador - ¿Por qué el atún ecuatoriano no tiene espacio para más empresas?

jueves 10 de abril de 2025

Ecuador - ¿Por qué el atún ecuatoriano no tiene espacio para más empresas?

9 de abril de 2025
El Diario, Manta
https://www.eldiario.ec/por-que-el-atun-ecuatoriano-no-tiene-espacio-para-mas-empresas-20250409/

Ecuador destaca como el segundo productor mundial de atún, pero regulaciones estrictas, costos altos y un mercado saturado impiden la llegada de nuevas empresas procesadoras. Con veinte plantas procesadoras ubicadas principalmente en Manta, Guayaquil y Posorja, Ecuador exporta cerca del 80% de su producción atunera.

El país lidera la pesca en el Pacífico Oriental. La industria no ha crecido en número de empresas. Las razones son múltiples, pero todas convergen en un mismo punto: el ecosistema actual ya no admite más participantes.

Altos costos y exigencias internacionales
Instalar una nueva planta procesadora requiere una inversión inicial de al menos dos millones de dólares anuales, destinados a infraestructura especializada como cámaras de frío y tecnología de procesamiento. Además, las normativas internacionales exigen prácticas sostenibles, lo que incrementa los costos operativos.

“La sostenibilidad es clave, pero también un desafío”, señala Mónica Mónica Maldonado, secretaria ejecutiva de Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (CEIPA). Cumplir con estos estándares requiere no solo capital, sino experiencia técnica que no todos los empresarios poseen.

El historial de advertencias internacionales también ha generado desconfianza. La “tarjeta amarilla” emitida por la Unión Europea en años anteriores, como advertencia por prácticas de pesca ilegal, aún pesa sobre la percepción internacional del sector.

Materia prima limitada
Aunque Ecuador cuenta con una flota de 113 barcos atuneros, cerca del 50% del atún procesado proviene del extranjero. Esta dependencia de materia prima importada reduce el atractivo para nuevos inversionistas, que no pueden garantizar un suministro constante y local.

Además, la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) impone un cupo anual de pesca para Ecuador —entre 350.000 y 400.000 toneladas— y establece vedas de 72 días al año para proteger especies clave como el atún aleta amarilla, patudo y barrilete. Esta regulación, aunque necesaria para la sostenibilidad, limita el crecimiento del sector.

“El cupo está fijo. Sin más barcos ni más toneladas disponibles, no hay materia prima para nuevas plantas”, explica Jaime Estrada Medranda, empresario de la empacadora Eurofish.

Un mercado competitivo y saturado
El principal destino del atún ecuatoriano son mercados exigentes como la Unión Europea (especialmente España), Estados Unidos y países de América Latina. Sin embargo, Ecuador compite con gigantes como Tailandia y China.

Las empresas ecuatorianas actuales ya cubren buena parte de la demanda local e internacional. Esto, sumado a la limitada infraestructura fuera de las provincias de Manabí, Guayas y Santa Elena, hace poco viable la expansión geográfica del negocio.

Cómo se transforma el atún ecuatoriano
El proceso industrial del atún en Ecuador convierte esta especie en un producto de exportación de alto valor agregado. Todo inicia con la captura en el Océano Pacífico Oriental, donde la flota ecuatoriana utiliza sistemas de frío para conservar la frescura del pescado hasta su arribo a puerto.

Una vez en tierra, el atún se clasifica por especie y tamaño, se descongela en tinas de agua caliente, se limpia y se cocina al vapor. Posteriormente, se envasa en latas o bolsas tipo pouch y se esteriliza en autoclaves. Finalmente, se etiqueta, se empaqueta en cajas reciclables y se envía, en su mayoría, a mercados internacionales.

Este proceso no solo asegura la calidad del producto, sino que también consolida al atún como un recurso estratégico para la economía nacional.

Manta, eje del atún
Manta es el núcleo de la industria atunera ecuatoriana y genera más de 100,000 empleos directos e indirectos, abarcando desde pescadores hasta operarios de plantas procesadoras. La actividad pesquera también dinamiza el comercio local, incluyendo la venta de insumos, transporte y logística.

Durante las décadas de 1980 y 1990, Manta se consolidó como un centro atunero estratégico, gracias al crecimiento sostenido de su flota pesquera. Empresas como Inepaca, Seafman, Tecopesca y Marbelize se expandieron en ese período, empleando entre 800 y 1,200 trabajadores cada una.

Además de la captura, estas compañías instalaron plantas procesadoras para producir conservas y lomos, incrementando la capacidad exportadora de Ecuador.