EE.UU. - Flota pesquera china mantiene su ritmo en Latinoamérica

martes 3 de junio de 2025

EE.UU. - Flota pesquera china mantiene su ritmo en Latinoamérica

Por Maria Zuppello/Diálogo

junio 02, 2025
Dialogo Americas com
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China, el mayor infractor mundial de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), se ha adherido recientemente al Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (AMERP), el tratado internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para combatir esta práctica. Si bien algunos han acogido con satisfacción la adhesión de China al AMERP como un hito, otros consideran que se trata de una estrategia para mejorar su imagen que tendrá poco o ningún efecto sobre su enorme flota de pesca en alta mar y sus actividades ilegales.

Según el grupo de expertos Overseas Development Institute (ODI), con sede en Londres, la flota pesquera de China en aguas lejanas cuenta con cerca de 17 000 buques, de los cuales unos 600 operan durante todo el año en Latinoamérica, agotando las poblaciones de peces y devastando los ecosistemas con sus prácticas pesqueras abusivas e ilegales.

Aunque el AMERP se centra principalmente en los buques extranjeros que llegan a los puertos de un país, también exige a los signatarios que investiguen y sancionen a sus propios buques cuando se sospecha que realizan actividades ilegales. Sin embargo, es probable que los intereses estratégicos y económicos de China en mantener su flota de aguas lejanas entren en conflicto con los requisitos y las intenciones del AMERP. Cuando China se adhirió oficialmente al acuerdo, se avistaron cientos de buques, pertenecientes a su flota pesquera, faenando en el límite de la zona económica exclusiva de Argentina. La flota, conocida por pescar ilegalmente e incluso invadir aguas jurisdiccionales, llevó a la Armada Argentina a intensificar la vigilancia.

A finales de abril, la Armada de Chile desplegó personal para vigilar y controlar el tránsito de la flota pesquera china por el estrecho de Magallanes. Semanas antes, la organización no gubernamental ecuatoriana Frente Insular de la Reserva Marina de Galápagos señaló a través de las redes sociales que la flota pesquera china se dirigía hacia Perú.

“Desde el punto de vista territorial y del aprovechamiento de los recursos pesqueros, la presencia de China debilita la soberanía nacional e impide el desarrollo económico y poblacional”, explica a Diálogo el argentino César Lerena, presidente del Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). Según el experto, “China lleva esta política dual para apropiarse de los recursos pesqueros de los países de la región. Desde lo biológico, esta apropiación descontrolada podría llevar al agotamiento del ecosistema”.

Según la Sociedad Nacional de Pesquería Artesanal del Perú (SONAPESCAL), la pesca INDNR de las embarcaciones chinas ha provocado pérdidas económicas significativas y ha perjudicado en los últimos años a más de 20 000 pescadores peruanos y sus familias. En Perú y Ecuador, estas flotas operan principalmente para capturar calamar gigante. Sin embargo, se ha documentado que también capturan tiburones, incluyendo especies en peligro de extinción como el tiburón martillo. En abril, en Manta, en la provincia de Manabí, en Ecuador, la Policía Nacional incautó aproximadamente 15 toneladas de aletas de tiburón y caballitos de mar destinadas al mercado chino.

Presencia en la Amazonia

Se han reportado operaciones de embarcaciones chinas también en la costa del estado brasileño de Pará, en Amazonia, específicamente en la región de la isla de Marajó. Estas actividades incluyen pesca de arrastre y, según denuncias locales, la recolección de agua dulce de los ríos amazónicos para su venta en el extranjero.

“Los buques pesqueros chinos usan una técnica específica para arrastrar más peces desde el océano; normalmente no deberían hacerlo cerca de la costa, pero los buques chinos lo hacen”, dijo al sitio de noticias argentino Infobae Carlos Augusto Gouvêa, alcalde de Marajó.

El daño a los pescadores locales es enorme. Mediante esta técnica ilegal de arrastre masivo con redes, los barcos chinos consiguen capturar los ejemplares más valiosos. Gracias a su monopolio, obligan a los barcos brasileños de escasa envergadura a negociar clandestinamente la compra de parte de esos peces para satisfacer la demanda local.

En febrero de 2025, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama) y el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) realizaron una operación conjunta en el río Xingú, en el estado amazónico de Pará. Incautaron más de tres toneladas de pescado ilegal, principalmente mapará (Hypophthalmus edentatus), capturado durante el período de veda. Aunque no se especificó la nacionalidad de las embarcaciones, la magnitud de la operación refleja la gravedad del problema.

“China realiza sus actividades de pesca ilegal abiertamente. En muchas ocasiones, colabora con países tentados a aceptar aportes de empresas chinas para mejorar sus puertos o astilleros. Estas estructuras son centrales para facilitar el apoyo logístico a los buques chinos que pescan ilegalmente”, dice Lerena. Para los expertos, los problemas de Latinoamérica con la flota pesquera china y la pesca INDNR son una batalla constante que está lejos de terminar.