Fuente: National Geographic, Barcelona

España - El papel de la acuicultura para garantizar una alimentación equilibrada para todos

lunes 1 de diciembre de 2025

España - El papel de la acuicultura para garantizar una alimentación equilibrada para todos

La acuicultura es clave para garantizar el acceso global a pescado nutritivo, incluso en regiones sin recursos pesqueros naturales. Su desarrollo sostenible asegura una fuente constante y de proximidad para una dieta equilibrada.

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30 de Noviembre de 2025
National Geographic, Barcelona
https://www.nationalgeographic.com.es/promociones/papel-acuicultura-para-garantizar-alimentacion-equilibrada-para-todos_26006

La acuicultura se ha consolidado como una de las actividades más estratégicas para el futuro de la alimentación mundial. En un planeta con una población en crecimiento constante y una demanda cada vez mayor de proteínas de calidad, criar peces en entornos controlados no solo es una opción rentable, sino una necesidad. Su papel es especialmente relevante en lugares donde la pesca convencional no es posible, ya sea por limitaciones geográficas, por la escasez de recursos naturales o por la necesidad de proteger ecosistemas frágiles.

En la actualidad, la acuicultura se ha convertido en una herramienta clave para garantizar el acceso a pescado fresco y de calidad a la vez que se preservan los ecosistemas naturales. Los cupos pesqueros, necesarios para preservar los recursos naturales y mantener el equilibrio de los océanos, limitan la captura de muchas especies. En este contexto, la acuicultura permite complementar la oferta y asegurar el suministro de un alimento esencial en una dieta equilibrada. Gracias a su desarrollo, es posible producir pescado de proximidad de forma controlada y sostenible, reduciendo la presión sobre el medio natural y ofreciendo una alternativa viable allí donde los cupos pesqueros impiden aumentar las capturas.

Pero no se trata solo de disponibilidad, sino también de calidad nutricional. El pescado es una de las fuentes más completas de proteínas de alta calidad y aporta nutrientes esenciales como los ácidos grasos omega-3, fundamentales para la salud cardiovascular. La acuicultura garantiza un suministro estable y predecible de estos nutrientes a lo largo de todo el año, incluso en épocas de alta demanda, ya que a diferencia de la pesca, no está condicionada por los factores meteorológicos o de estacionalidad.

La capacidad de la acuicultura para adaptarse a distintos entornos es uno de sus mayores puntos fuertes. En regiones interiores, sistemas cerrados de recirculación de agua filtran y reutilizan el agua: la acuicultura continental destaca por no hacer un consumo de agua, si no que solo la utiliza y la devuelve en mejores o iguales condiciones, reduciendo el impacto ambiental. En las costas, las granjas marinas se especializan en especies autóctonas de peces, integrándose en la gastronomía local y fortaleciendo tanto la seguridad alimentaria como la identidad cultural de cada región.

Un modelo de éxito
Ejemplos de éxito hay en todo el mundo. En países sin salida al mar, proyectos de piscicultura en lagos interiores han transformado la dieta de las comunidades rurales, incrementando el consumo de proteína animal y mejorando la salud de la población. En España, iniciativas en zonas como Castilla y León han permitido producir trucha fresca a gran escala, abasteciendo mercados locales sin depender de la pesca directa en ríos.

Más allá del abastecimiento, la acuicultura desempeña un papel crucial en la conservación marina, uno de los retos más importantes que enfrentan los océanos. Producir en entornos controlados alivia la presión sobre los ecosistemas y da tiempo a que las poblaciones silvestres se recuperen. Esto se traduce en un doble beneficio: el consumidor recibe pescado de calidad sin agotar los recursos naturales, y los ecosistemas marinos y fluviales pueden regenerarse de forma más sostenible.

Otro aspecto clave es la capacidad de la acuicultura para diversificar la producción. No todas las especies requieren las mismas condiciones, lo que permite adaptar las instalaciones a los recursos disponibles. Esta flexibilidad hace posible que cada región diseñe sistemas productivos ajustados a su realidad ambiental y a sus necesidades alimentarias.

La acuicultura también impulsa economías locales. La instalación de granjas acuícolas genera empleo directo en la cría, alimentación e investigación de las especies, así como indirectamente en áreas como el transporte, la comercialización y la transformación del producto. En comunidades rurales, puede convertirse en una alternativa económica estable frente a actividades menos sostenibles o más dependientes de factores climáticos.

En definitiva, la acuicultura no es solo un sector alimentario: es una herramienta estratégica para garantizar una dieta equilibrada, adaptada a las particularidades de cada territorio y capaz de ofrecer soluciones allí donde la pesca convencional no puede llegar. Al mismo tiempo, protege los ecosistemas naturales y permite planificar un abastecimiento seguro para las generaciones futuras. En un mundo que necesita producir más con menos recursos, el cultivo controlado y sostenible de peces se perfila como una de las claves para asegurar que nadie quede fuera del acceso a alimentos de calidad y que todos podamos comer pescado.