Fuente: Expreso, Lima

Perú - La pesquería más grande es sostenible y peruana

lunes 15 de diciembre de 2025

Perú - La pesquería más grande es sostenible y peruana

Por Alfonso Miranda Eyzaguirre

13 Dic 2025
Expreso, Lima
https://www.expreso.com.pe/opinion/la-pesqueria-mas-grande-es-sostenible-y-peruana/

El reciente reconocimiento del Marine Stewardship Council (MSCIP) al programa de mejora de la pesquería artesanal de calamar gigante o pota del Perú representa un punto de inflexión para el sector pesquero nacional. La admisión al MSC, la certificación de sostenibilidad pesquera más reconocida del mundo, abre la ruta hacia un sello internacional que garantiza buenas prácticas, trazabilidad y responsabilidad ambiental. Detrás de este logro está la Cámara Peruana del Calamar Gigante (CAPECAL), que, coordinando esfuerzos entre la industria, la pesca artesanal y el Estado, agrupa a las 21 principales empresas procesadoras y exportadoras del recurso.

Este liderazgo ha impulsado reformas fundamentales —como el nuevo Reglamento de Ordenamiento Pesquero y la formalización de la flota artesanal—. Además, promovió una gobernanza más transparente, el monitoreo satelital de embarcaciones y un mayor control para combatir la pesca ilegal.

La decisión de ingresar al programa MSC-IP no es simbólica. El estándar se basa en tres principios: mantener poblaciones saludables del recurso, minimizar el impacto de la pesca sobre el ecosistema y asegurar un método de gestión sólido, con reglas claras y trazabilidad total. Para una pesquería como la del calamar gigante —variable y sensible a factores ambientales— este enfoque es indispensable, pues exige monitoreos científicos constantes y una regulación flexible que garantice sostenibilidad a largo plazo.

La pesquería peruana de pota —la de mayores volúmenes de captura en el mundo— opera exclusivamente con embarcaciones artesanales, que utilizan un arte de pesca altamente selectivo, basado en líneas poteras manuales. Esto minimiza la captura incidental y protege el ecosistema marino, lo que convierte a esta pesquería en modelo internacional de bajo impacto y aprovechamiento responsable.

Pero la relevancia del MSC no se limita al campo ambiental. En un mercado global cada vez más consciente de la sostenibilidad, la certificación ofrece ventajas decisivas: brinda confianza al consumidor, garantiza trazabilidad, mejora la reputación de la pesquería peruana y abre puertas a la diversificación al ingresar a mercados que exigen estándares estrictos.

Los beneficios alcanzan a toda la cadena productiva: miles de embarcaciones artesanales, decenas de plantas procesadoras y comunidades costeras cuyo sustento depende de esta actividad. Lograr un manejo sostenible se traduce en más estabilidad económica y en un futuro seguro para pescadores, trabajadores de planta y sus familias.

Sin embargo, ingresar al MSC-IP implica asumir responsabilidades concretas. Exige un plan de mejora continua, de verificación independiente, con acciones específicas y cumplimiento estricto de parámetros. Para ello se requiere el compromiso activo del Estado mediante políticas públicas adecuadas, recursos suficientes para el control y vigilancia, apoyo a la investigación científica y mecanismos efectivos contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.

El Estado peruano, a través de sus entidades técnicas y de fiscalización, tendrá un rol determinante. Debe asegurar regulación clara, supervisión rigurosa y soporte institucional para que este proceso de mejora no quede en el papel, sino que se traduzca en resultados medibles y permanentes.

Hoy, con el ingreso al MSC-IP, el Perú enfrenta una doble oportunidad: demostrar que es capaz de gestionar de manera responsable una de sus pesquerías más importantes y consolidar su presencia en los mercados globales como proveedor de productos del mar, sostenibles y trazables. Pero, sobre todo, existe la oportunidad de garantizar un futuro digno para las comunidades costeras y proteger un recurso estratégico para el país.

Este es un momento histórico para la pesca peruana. Si trabajadores, industria y Estado sostienen este esfuerzo, podremos mirar al mar no solo como fuente de ingresos, sino como un legado sostenible y responsable para las próximas generaciones.