Fuente: La Nacion, Buenos Aires
Proponen favorecer a la industria naval
jueves 26 de diciembre de 2002
Con recursos del Estado y de los fletes
La iniciativa del diputado Brown busca financiar a una industria que puede emplear a 40.000 personas
Los fleteros dicen que un régimen similar fracasó ya hace treinta años
Cuatro de cada cinco astilleros cerraron en la década del noventa por la apertura económica y la falta de una política activa para el sector naval, según el diputado Carlos Brown (PJ-Buenos Aires), autor de un proyecto de ley para reflotarlo. Se trata de reeditar un fondo de financiamiento y subsidios que existió en los años setenta y ochenta, y que acabó siendo una mala experiencia por el elevado número de créditos impagos.
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Brown promete que esta vez habrá mayores controles. "Si cada vez que se apoye a un sector productivo, vamos a decir que antes no funcionó, entonces no hagamos nada y sigamos como ahora, con la mitad de la población pobre y un cuarto de desocupados", arremetió el diputado.
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La iniciativa ya recibió un dictamen favorable en la Comisión de Industria, que preside Brown, y ahora será discutida por la de Intereses Marítimos, antes de bajar al recinto de Diputados. Los fleteros marítimos y fluviales son sus mayores opositores porque, de convertirse en ley, ellos deberían aportar los recursos para el fondo financiero.
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El llamado Fondo para el Desarrollo de la Industria Naval Nacional (Fodinn) "puede convertirse en una nueva frustración y a la vez en un negocio para aquellos armadores y navieros deudores del Estado que han recibido ya créditos blandos y ni siquiera los han pagado", aducen fuentes del transporte marítimo y fluvial. El proyecto de Brown propone que el Fodinn se constituya con diversos ingresos:
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Una asignación de no menos del 0,5% del presupuesto nacional.
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Una contribución de no menos del 5% del valor de los fletes de transporte internacional marítimo y fluvial de comercio exterior, a cargo de exportadores e importadores. La alícuota iría bajando hasta el 2% a partir del cuarto año de vigencia.
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El producido de sus operaciones, todo otro recurso que ingrese a su patrimonio o bienes que adquiera en cumplimiento de su objetivo.
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Aportes y donaciones de la Nación, provincias, municipios, particulares y organismos internacionales.
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Los críticos del proyecto, que prefirieron mantenerse en el anonimato, aducen que una asignación presupuestaria para la industria naval está "en obvia desproporción con otras actividades y necesidades de la sociedad".
Brown responde que la industria naval "necesita del apoyo del Estado", y aclaró que no es el único sector que se encuentra en esas condiciones.
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"La devaluación ayudó a los astilleros", admitió el legislador bonaerense.
"Por eso es momento de trabajar con esta actividad, que hoy no es muy importante", agregó. Según el diputado, la industria naval emplea a 3000 personas, pero podría aglutinar a 40.000. Además, destacó que cada puesto de trabajo en el sector crea otros tres en actividades conexas.
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Los fleteros aducen que la contribución que se les impondría aumentaría el costo del comercio exterior, en tiempos en que la exportación aparece como la salida para la crisis argentina. Brown contesta que el transporte internacional marítimo y fluvial factura en la Argentina unos US$ 3000 millones anuales, de los que sólo el 2% se moviliza en embarcaciones nacionales. Su objetivo consiste en elevar ese porcentaje al 30 o 40 por ciento.
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Los recursos del Fodinn se destinarían al otorgamiento de préstamos y subsidios para el financiamiento de construcciones, modificaciones y reparaciones de buques. Las subvenciones a sectores específicos están prohibidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
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Los críticos del proyecto recuerdan que un régimen similar fue instituido por el gobierno militar de Alejandro Lanusse, en 1973. "Los préstamos, en general otorgados arbitrariamente, no fueron cancelados en su gran mayoría", dicen los fleteros. El gobierno de Carlos Menem abolió el fondo, y los buques endeudados fueron vendidos o rematados en operaciones poco claras, en las que el Estado acreedor no cobró lo suyo.
.<< Comienzo de la notaCuatro de cada cinco astilleros cerraron en la década del noventa por la apertura económica y la falta de una política activa para el sector naval, según el diputado Carlos Brown (PJ-Buenos Aires), autor de un proyecto de ley para reflotarlo. Se trata de reeditar un fondo de financiamiento y subsidios que existió en los años setenta y ochenta, y que acabó siendo una mala experiencia por el elevado número de créditos impagos.
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Brown promete que esta vez habrá mayores controles. "Si cada vez que se apoye a un sector productivo, vamos a decir que antes no funcionó, entonces no hagamos nada y sigamos como ahora, con la mitad de la población pobre y un cuarto de desocupados", arremetió el diputado.
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La iniciativa ya recibió un dictamen favorable en la Comisión de Industria, que preside Brown, y ahora será discutida por la de Intereses Marítimos, antes de bajar al recinto de Diputados. Los fleteros marítimos y fluviales son sus mayores opositores porque, de convertirse en ley, ellos deberían aportar los recursos para el fondo financiero.
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El llamado Fondo para el Desarrollo de la Industria Naval Nacional (Fodinn) "puede convertirse en una nueva frustración y a la vez en un negocio para aquellos armadores y navieros deudores del Estado que han recibido ya créditos blandos y ni siquiera los han pagado", aducen fuentes del transporte marítimo y fluvial. El proyecto de Brown propone que el Fodinn se constituya con diversos ingresos:
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Una asignación de no menos del 0,5% del presupuesto nacional.
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Una contribución de no menos del 5% del valor de los fletes de transporte internacional marítimo y fluvial de comercio exterior, a cargo de exportadores e importadores. La alícuota iría bajando hasta el 2% a partir del cuarto año de vigencia.
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El producido de sus operaciones, todo otro recurso que ingrese a su patrimonio o bienes que adquiera en cumplimiento de su objetivo.
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Aportes y donaciones de la Nación, provincias, municipios, particulares y organismos internacionales.
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Los críticos del proyecto, que prefirieron mantenerse en el anonimato, aducen que una asignación presupuestaria para la industria naval está "en obvia desproporción con otras actividades y necesidades de la sociedad".
Brown responde que la industria naval "necesita del apoyo del Estado", y aclaró que no es el único sector que se encuentra en esas condiciones.
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"La devaluación ayudó a los astilleros", admitió el legislador bonaerense.
"Por eso es momento de trabajar con esta actividad, que hoy no es muy importante", agregó. Según el diputado, la industria naval emplea a 3000 personas, pero podría aglutinar a 40.000. Además, destacó que cada puesto de trabajo en el sector crea otros tres en actividades conexas.
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Los fleteros aducen que la contribución que se les impondría aumentaría el costo del comercio exterior, en tiempos en que la exportación aparece como la salida para la crisis argentina. Brown contesta que el transporte internacional marítimo y fluvial factura en la Argentina unos US$ 3000 millones anuales, de los que sólo el 2% se moviliza en embarcaciones nacionales. Su objetivo consiste en elevar ese porcentaje al 30 o 40 por ciento.
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Los recursos del Fodinn se destinarían al otorgamiento de préstamos y subsidios para el financiamiento de construcciones, modificaciones y reparaciones de buques. Las subvenciones a sectores específicos están prohibidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
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Los críticos del proyecto recuerdan que un régimen similar fue instituido por el gobierno militar de Alejandro Lanusse, en 1973. "Los préstamos, en general otorgados arbitrariamente, no fueron cancelados en su gran mayoría", dicen los fleteros. El gobierno de Carlos Menem abolió el fondo, y los buques endeudados fueron vendidos o rematados en operaciones poco claras, en las que el Estado acreedor no cobró lo suyo.




