Fuente: El Caribe, Santo Domingo

Republica Dominicana - A los barcos coreanos se les acabo la pesca

William Alcántara

viernes 31 de octubre de 2003

La Procuraduría de Medio Ambiente ordena apresar a capitanes y tripulantes de las embarcaciones

La Marina de Guerra emplaza a que estén hoy en puerto, tras solicitud de la subsecretaría de Recursos Costeros Marinos

El barco Caonabo I estuvo durante seis días en la Bahía de Ocoa. Los pescadores escatiman daños al ecosistema que podrían reponerse durante 10 años.

El Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop) ordenó a las embarcaciones "Enriquillo I" y "Canoabo I", de la compañía Korea Dominican Fisheries, retornar a puerto, ante la advertencia de la Marina de Guerra de emprender su búsqueda, de acuerdo con fuentes de El Caribe.

La Marina de Guerra recibió ayer una orden de la Procuraduría para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos Naturales para el "apresamiento"
de los capitanes y tripulantes, así como la retención en puerto de los botes para "ponerlos a disposición de la Justicia".

El procurador de Medio Ambiente, José Trinidad Sena, actuó tras recibir ayer una carta del subsecretario de Recursos Costeros Marinos, Cecilio Díaz Carela, que pedía detener "toda actividad de los barcos 'Canoabo I' y 'Enriquillo I', debido a que son totalmente ilegales".

"A esta compañía coreana esta subsecretaría le expidió una licencia para comercializar productos pesqueros, con la advertencia de que esos barcos no pueden faenar en nuestras aguas territoriales, por las redes que utilizan y otros aspectos que se salen de las normas establecidas en el sector pesquero dominicano", explicó Carela.

El Idecoop auspicia el programa de pesca que emprendería la compañía coreana en el país, durante 20 años, cuando fue solicitada una licencia para estas operaciones a la Subsecretaría de Recursos Costeros Marinos. Esta fue concedida el 22 de octubre pasado, a nombre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Ambas entidades se enfrentaron cuando pescadores de la Isla Saona, Azua y Palmar de Ocoa, así como miembros del Club Náutico de Santo Domingo, advirtieron que las embarcaciones realizaban pesca de arrastre en costas dominicanas.

"Esta licencia no incluía la pesca, sólo la comercialización de mariscos extraídos por los pescadores artesanales del país", reiteró el subsecretario de Estado de Recursos Costeros Marinos, Cecilio Díaz Carela.

En la orden que Sena envió al jefe de la Marina de Guerra, vicealmirante Eurípides A. Uribe Peguero, también se solicita al organismo castrense una "investigación para determinar si estas embarcaciones realizan actividades pesquera de arrastre en las aguas territoriales dominicanas, prohibida por la ley de pesca 5914".

De ser determinadas las infracciones, la ley establece que se deberá pagar una multa que abarca entre uno a cinco mil salarios mínimos. Carela dijo ayer que ya esta suma estaba establecida, pero "se las comunicaré a los propietarios".

La ley 5914 también establece que "deben ser empresas dominicanas, en embarcaciones dominicanas y registradas como dominicanas, las que pueden pescar en aguas territoriales".

"Gato entre macuto"

Senadores y diputados se reunieron ayer para discutir sobre los barcos coreanos en aguas dominicanas. En ese encuentro, la Comisión Especial de Diputados de Límite Marítimo pidió al Senado que apruebe el proyecto sobre pesca que regulará la acuicultura en el país.

Los diputados anunciaron que el próximo martes aprobarán un proyecto de resolución para exigir al Gobierno que cancele los permisos a la compañía coreana, al indicar que "en eso hay gato entre macuto".

También los legisladores, encabezados por la diputada Licelot Marte de Barrios, piden el sometimiento a la Justicia de la tripulación y de todos los funcionarios del Gobierno responsables de otorgar el permiso de pesca.
El proyecto sobre acuicultura, establecerá con claridad cuáles son los limites o fronteras marítimos del país.

Está pendiente de autorización en el Senado.

La comisión de diputados dijo que el Idecoop no tiene facultad legal para otorgar ese tipo de permiso.

"Ese permiso de explotación debe ser revocado por las autoridades de Medio Ambiente", dijo el diputado Ovi Saldívar.

Elvira Lora y Roberto Valenzuela

Dominicanos a bordo

Le llaman la dama del mar en la Bahía de Ocoa. El título se lo han asignado sus compañeros pescadores, quienes creen en ella por sus conocimientos en la fauna marina. Zaida Tejada basa sus tres décadas dedicada a la pesca para visualizar que "en diez años no se podrá reponer el daño que nos ha provocado ese barco coreano", refiriéndose al Canoabo I, que se mantuvo durante seis días en esa costa.

Don José Silbino Castillo, con más de 60 años pescando en la zona, explicó que nunca se había visto algo parecido, "fue como meter una licuadora en el fondo del mar, arrasaron con todos los pescados que teníamos para sostener a nuestra familia". Su compañero de faena, Manuel Antonio Matos, explicó que los ochos tripulantes, cuatro dominicanos y cuatros coreanos, lanzaron "un chinchorro de arrastre y pudieron pescar alrededor de 300 quintales de pescado".

Jesús Tejeda Mejía, quien formó parte de una comisión que protestó frente a la embarcación, exigió resarcir el daño provocado a los pescadores de las comunidades de Las Charcas, Hatillo, Palmar de Ocoa, Estebania y Azua.
Tejeda Mejía, a quien la tripulación mostró su certificación, calificó de extraño y peligroso que la Secretaría de Estado de Medio Ambiente se haya prestado para expedirle un permiso de explotación, "el No.1106-03 firmado por la licenciada Ramona Rosa Nolasco y Cecilio Díaz Carela, director de Recursos Pesqueros y subsecretaria", respectivamente. A los pescadores también les mostraron un certificado de matrícula expedido por la Marina de Guerra. En este consta que el barco es propiedad de SPNG Jun Kim, de la compañía Korea Dominican Fisheries, S.A. y es denominado Canoabo-1. La certificación está firmada por el coronel Daniel Comprés Burgos; comandante de Puerto, y coronel Arseno Maldonado Gil, director general de Comandancia de Puertos.


William Alcántara